El virus del ébola fue detectado hace 43 años en Nzara, hoy Sudán del Sur, y desde entonces ha atacado en diferentes partes del mundo, dejando sin vida a millones de personas. Sin embargo, el desarrollo tecnológico y médico está ayudando a erradicarlo.
Esta vez será a través de un laboratorio sobre ruedas con el cual se busca atacar esta enfermedad, llevándole los medicamentos y atenciones necesarias lo más urgentemente posible a quienes más lo necesitan.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Sierra Leona, Liberia y Guinea, ubicados en África Occidental, son los países que más han registrado defunciones por este virus. De 2014 a 2016, Sierra Leona tuvo una tasa de letalidad de 28 por ciento, Liberia de 45 y Guinea de 67.
La idea del laboratorio nació por una profunda frustración entre los científicos al darse cuenta que los países más afectados por el virus no tenían infraestructura para atenderse. Los pacientes a menudo permanecían en salas de cuarentena durante mucho tiempo mientras sus muestras se enviaban a otros lugares para ser analizadas, lo que ponía en riesgo de infección a otras personas.
El médico Calum Semple, de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido, y quien está en el consejo asesor científico de enfermedades infecciosas de la compañía estadounidense Integrum Scientific, asegura que para crear el laboratorio móvil también se basaron en lo que él vivió en Sierra Leona.
En el país africano, Semple perdió tres meses trayendo equipos, algunos de los cuales desaparecieron en el camino, y restaurando un banco de sangre local. Su laboratorio tuvo una inundación y un incendio eléctrico; el polvo y el voluble sistema de energía local dañaron los instrumentos frágiles.
El nuevo laboratorio móvil, creado por Integrum Scientific, tiene casi 10 metros de espacio, un congelador a –80 ° C, comunicación satelital y dos generadores que pueden funcionar con el combustible diesel “sucio” común en países de África.
Construido para atravesar caminos rurales y sin pavimentar, este vehículo cuenta con una puerta reforzada y un sistema de seguridad para evitar la entrada de visitantes no deseados. Su techo se puede bajar aproximadamente 40 centímetros para que pueda ser trasladado por un avión de transporte militar, el Hércules C130.
Semple reconoce que este proyecto puede cerrar las brechas durante las emergencias, pues construir infraestructuras lleva tiempo y una alta cantidad de dinero. En ese sentido, espera que Bill y Melinda Gates y otros financiadores ayuden a los países africanos a comprar y operar los vehículos, que costarían alrededor de 700 mil dólares cada uno.