Sci-Hub es un sitio creado por Alexandra Elbakyan una investigadora en neurotecnología de Kazajistánc. En él se pueden acceder a más de 47 millones de documentos científicos sin costo alguno.
De hecho, el propio sitio presume ser la primera web pirata que provee de documentos científicos de manera abierta.
Este buscador no solo funciona como tal, sino que salta los sistemas de pago (paywalls) y permite la descarga del archivo.
Este sistema se alimenta día a día gracias a la contribución de investigadores anónimos. En el mismo sitio también se puede leer que Sci-Hub está a favor de la igualdad en todo el mundo y su misión es derribar toda barrera del conocimiento para que todos los materiales de estudio sean accesibles sin importar su estatus social, geográfico o económico.
Están en contra del uso del Copy Right en documentos científicos.
Algunos han llamado a Alexandra “La Robin Hood” de la ciencia, sin embargo, este proceso al igual que otros sitios que han liberado contenidos le ha acarreado todo tipo de problemas, desde técnicos hasta el cierre temporal de la plataforma.
Su principal bandera es la primera fracción del artículo 27 de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”.
Por el conocimiento libre
En 2012, las autoridades de la Universidad de Harvard interpusieron una demanda por piratería contra el sitio, alegando una pérdida de entre 75 y 150 mil dólares.
También la editorial Elsevier se enfrentó a Elbakyan, pero hay dos cartas muy fuertes a favor de la desarrolladora de software, primero que los servidores sobre los que se encuentra montado el sitio no están en Estados Unidos y otra, la más importante, es el apoyo de gran parte de la comunidad científica.
Elsevier, terminó por publicar una carta en apoyo a Sci–Hub e incluyó a la Librería Génesis, otra plataforma para descargar libros, revistas y hasta cómics.
La cultura del conocimiento libre no es nueva. Las plataformas para compartir conocimiento fueron hace mucho tiempo los principales motores del crecimiento del Internet. Sus usuarios han demostrado una y otra vez que es una gran herramienta de formación e impulso del conocimiento.
Aaron Swartz murió tras una larga batalla en pro de un Internet libre que sirviera como fuente de conocimiento para todo aquel que quisiera consultar investigaciones científicas. Las acusaciones en su contra y un afán de utilizarlo como ejemplo para quienes se atrevieran a liberar documentos científicos lo encaminaron a una profunda depresión. El desenlace fue su suicidio.
Swartz es recordado por varias de sus aportaciones pues desde muy joven vio en la tecnología un gran potencial no solo para él, sino para quienes tuvieran sed de adquirir conocimiento lejos de los esquemas tradicionales de la educación, pero sin duda su gran contribución fue el impulso que inyectó a otros de atreverse a compartir.
Plataforma para descargar libros, revistas y cómics