La victoria de Conchita
El concurso de talento anual de la cadena Eurovisión es un verdadero espectáculo. Iluminación impactante, una producción grandiosa y participantes excéntricos hacen del show el más visto del canal.
Este año, su final tuvo un atractivo especial, que puso los ojos del mundo en él, gracias a su ganadora.
Se trata de Conchita Wurst, conocida como la mujer barbuda, quien es interpretada por un hombre cuyo nombre real es Tom Neuwrith.
Un vestido y una peluca bastan para que el austriaco de 25 años dé vida a la ahora célebre cantante.
Ana Paulina ValenciaEl concurso de talento anual de la cadena Eurovisión es un verdadero espectáculo. Iluminación impactante, una producción grandiosa y participantes excéntricos hacen del show el más visto del canal.
Este año, su final tuvo un atractivo especial, que puso los ojos del mundo en él, gracias a su ganadora.
Se trata de Conchita Wurst, conocida como la mujer barbuda, quien es interpretada por un hombre cuyo nombre real es Tom Neuwrith.
Un vestido y una peluca bastan para que el austriaco de 25 años dé vida a la ahora célebre cantante.
“Esta noche está dedicada a todos los que creen en un futuro de paz y libertad. Somos una unidad, y nadie puede detenernos”, dijo Conchita en un discurso después de que se anunciara su victoria.
A pesar de las protestas de grupos antiLGBT –especialmente de Rusia–, que exigían que se eliminara a la artista de la competencia, su ascenso fue inevitable. Pero las reacciones no se hicieron esperar.
“No hay límites para nuestra indignación. Es el fin de Europa. Se ha vuelto salvaje. Ya no hay hombres y mujeres, ahora hay ‘eso’”, dijo el político ruso Vladimir Zhirinovsky.
Pero esto no desanima a Conchita Wurst, que para finalizar el concurso interpretó la canción “Rise like a Phoenix”, un tema sobre vencer la adversidad que parecía dedicado a sus detractores.
“Para mí, un sueño se hizo realidad. Pero a la sociedad le enseñó que hay gente que quiere ir hacia el futuro y no hacia el pasado”, expresó en una conferencia de prensa.
“Creo que Europa, y estoy muy agradecida por eso, envió un fuerte mensaje”, agregó.
Quedar en primer lugar significa que su país será el anfitrión del programa el próximo año, y Austria está, sin duda, orgulloso de su ganadora.
“Esto no es solo una victoria para Austria sino, sobre todo, para la diversidad y la tolerancia en Europa”, reveló Heinz Fischer, quien es presidente del país centroeuropeo.