En Kapitanivka, un pueblo localizado en Ucrania, hay una voz que hace eco y retumba por gran parte del mundo para romper con los códigos del rap relacionados con el machismo y la misoginia. Alyona Savranenko, mejor conocida por Alyona Alyona, llega a la escena para demostrar el poder femenino y la lucha social en su país natal.
Sin embargo, esta lucha no fue fácil, pues antes de pisar los escenarios, Alyona tuvo trabajos muy mal remunerados, entre ellos, fue maestra de kínder, profesión que ejerció durante varios años, pero con el tiempo se dio cuenta de que su camino era ser rapera y, así, brindar un mensaje positivo no sólo a sus alumnos, sino a todo su país.
“El rap es una música de protesta, es de calle y de dolor, tú puedes hablar a través del rap si tienes algún dolor en tu vida o tu país, es de lo que trata este género. En Ucrania el rap no es el género más famoso, es el pop, por lo que espero que haya más cantantes, porque en mi país se escuchan más a los raperos rusos”, relata a Reporte Índigo.
La primera vez que escuchó rap fue a los 11 o 12 años, desde entonces se sintió identificada con el género, por ello eligió expresar su voz a través de él. Primero empezó traduciendo las letras del inglés a su idioma; no obstante, poco a poco fue encontrando su voz, posicionando a las mujeres dentro de la escena musical, algo que, admite, sí fue complicado en su país.
“Hay un mal entendimiento de lo que significa el rap, un prejuicio, se cree que el rap es acerca de las drogas, los narcóticos, putas y anillos de oro, pero eso está equivocado, quizá en el pasado se trataba, pero ahora se trata de lo que tú quieres que sea. Anteriormente, hacía ese tipo de rap, pero lo cambié por un mensaje positivo, también sobre los problemas de mi país, de los seres humanos y por eso creo que la gente conecta porque, sienten mi vibra y energía” relata.
Actualmente, la cantante promociona el lanzamiento de su nuevo álbum Galas, expresión ucraniana que se traduce como “ser provocativo”, de ahí radica la esencia de su producción, pues además de ser contestataria, incorpora una parte instrumental con sonidos folclóricos indonesios grabados en Bali.
La mitad del disco se hizo con colaboraciones con artistas latinoamericanos, experiencia que enriqueció su forma de hacer rap.
“Algo que me gustó de la colaboración con Yoss Bones fue el cambio de energía, porque la música latinoamericana es más melódica, política y vocalmente se siente muy distinto a la música ucraniana, cuando las escucho llegan directo a mi corazón y me hacen llorar porque son liricas, por eso el rap se trata de conectar con la gente y darle algo que pueden escuchar, que sientan la energía, la vibra y quieran bailar”, relata.
El disco incluye 16 canciones grabadas con artistas de todo el mundo, entre ellos el canadiense Dax; la mexicana Yoss Bones con la canción “Pappi Pappi”, el músico argentino EKCO; de Israel, el artista estrella Noga Erez y, de Ucrania, la cantante Monatik, entre otros.
En todas sus canciones, Alyona Alyona aborda temas importantes para reflexionar, como la ecología, la hambruna, la pobreza, la actual pandemia y los estereotipos sobre la belleza de las mujeres, pero también sobre situaciones de Ucrania, cómo hacerla un mejor país, más tolerante sobre cuestiones de diversidad de género y LGBTTTI, temas que es urgente que se promuevan en su país y que, con su música espera se haga la diferencia.
“Todavía me considero una maestra, pero ahora, con mi música enseño algo que nace de mí misma, un mensaje positivo, ser buenas personas para hacer del mundo un lugar mejor. La música es mi lenguaje con el cual puedo conectar con todo el mundo”, puntualiza Alyona Alyona.
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