La transformación de Oaxaca a través de las bibliotecas: El legado de Francisco Toledo

Freddy Aguilar, bibliotecario y colaborador de Francisco Toledo, destaca la importancia de las bibliotecas en la era digital y su papel en comunidades desfavorecidas
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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En la era digital con la constante evolución tecnológica, el papel de las bibliotecas no solo persiste, sino que se expande para abordar los desafíos contemporáneos que surgen en la sociedad. La creación de nuevas bibliotecas se ha convertido en un acto de resiliencia, una respuesta activa ante la transformación acelerada de la información y las necesidades cambiantes de la comunidad.

La rápida digitalización, la globalización y la interconexión de la información plantean preguntas fundamentales sobre el propósito y la relevancia de las bibliotecas en el siglo XXI. Estos son los desafíos contemporáneos que dan forma a la creación de nuevas bibliotecas y definen su papel en la sociedad actual. Sin embargo, existen personas como el bibliotecario Freddy Aguilar Reyes, quienes, ante esa adversidad, aún creen en el poder de un libro.

“Las bibliotecas no lo tienen todo consigo, los libros tampoco, no son una prioridad para la clase política mexicana. Para ser bibliotecario hay que tener una coraza y enfrentar todos esos obstáculos, se debe insistir, como cuchillito de palo, y no quitar el dedo del renglón”, cuenta Aguilar a Reporte Índigo.

Aguilar Reyes, colaborador del artista Francisco Toledo en la apertura del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y en la gestión de la Biblioteca Infantil y la Biblioteca Henestrosa de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), ha desempeñado un papel crucial en la promoción del conocimiento y la cultura en la región. Su labor ha sido fundamental en el desarrollo y dirección de estas instituciones, contribuyendo significativamente al acceso y difusión de la información.

En su visión, destaca la importancia de abordar las adversidades contemporáneas a través de la lectura activa y el compromiso social, enfatizando la necesidad de que escuelas, librerías, familias y bibliotecas sigan siendo agentes clave en este proceso, respaldados por valores como la solidaridad, el acompañamiento y la empatía.

Su trabajo con Toledo

El bibliotecario cruzó caminos con Francisco Toledo en los años 70. En la preparatoria, a través de amigas enfermeras que ayudaban en la cárcel, Aguilar fue instado a conocer a estos jóvenes que buscaban dejar una huella positiva.

La experiencia en la cárcel motivó la creación de la primera biblioteca, donde la necesidad de libros llevó a su encuentro con Toledo. Aunque su interacción inicial fue breve, la semilla de una amistad duradera estaba plantada.

“Una amiga muy querida de la universidad me dijo: ‘Te voy a presentar a un muchacho que tal vez pueda ayudarte’. Así conocí a Toledo, que vivía en lo que ahora es el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). Nuestra charla inicial fue breve, no éramos de muchas palabras, pero me obsequió algunos libros. Mi objetivo era mantener todo transparente, así que conseguía recibos del director de la cárcel para él. Después, Toledo me pidió ayuda para la biblioteca en la Casa de la Cultura de Juchitán, y así comenzó nuestra colaboración y la fundación de la Biblioteca Pablo Picasso“, detalla.

En los años 80, buscó la ayuda de Toledo para establecer una biblioteca en la Sierra Sur, fortaleciendo aún más su conexión a través de la pasión compartida por los libros y la creación de bibliotecas.

Desde entonces, para Freddy es imperante que, sobre todo, la juventud tenga acceso a libros, especialmente en una época dominada por la tecnología y las redes sociales.

Un trabajo constante

En la lucha por democratizar el acceso al conocimiento, la creación de bibliotecas en espacios con escasos recursos, poblaciones empobrecidas y marginadas se erige como un desafío crucial.

“La faz de Oaxaca cambió a partir de la creación del IAGO y de la biblioteca. Los jóvenes tuvieron acceso a libros que de otro modo no podrían conseguir en otro lugar. Por ejemplo, los libros de arte son caros, y difícilmente pueden llegar a comunidades de Oaxaca, por ello, fue imperante trabajar en ampliar el catálogo de la biblioteca; ahora ya ocupa un espacio muy importante en la comunidad; generó cambios significativos en los jóvenes”, destaca.

Los libros se vuelven disponibles a través de la expansión de estas bibliotecas. La realidad es que estas instituciones no solo son depósitos de conocimiento, sino catalizadores de cambio social y cultural.

Crear y mantener bibliotecas en entornos de bajos recursos implica superar desafíos inmediatos. La falta de fondos, infraestructura adecuada y personal capacitado son solo algunos obstáculos. Sin embargo, Aguilar destaca que tener una biblioteca y promover la divulgación es casi un acto revolucionario en la era digital y de redes sociales.

“El libro tiene una historia que se remonta a antes de la imprenta, evolucionando como soporte físico a lo largo del tiempo, siempre cambiante. Aunque la competencia con los medios digitales es ahora más rápida y accesible, los desafíos persisten, como hace 70 años. El bibliotecario sigue siendo un filtro crucial, separando lo sustancial de la paja.

“En medio del bombardeo de noticias falsas, el lector, ya sea en pantalla o en papel, debe aprender a discernir lo que realmente vale de lo que no. El reto siempre ha sido el mismo, pero ahora es más evidente. La gente que lee, sin importar el formato, va formando un criterio y aprende a hacer esa separación”, expresa.

La competencia con los medios digitales plantea nuevos desafíos. Aunque la información es más rápida y accesible, el bibliotecario sigue siendo esencial como filtro. En la era de las noticias falsas, discernir entre lo sustancial y lo superficial es una habilidad crucial, independientemente de si se lee en pantalla o en papel.

A pesar de los desafíos, la biblioteca sigue siendo un bastión de formación de criterio.

Sobre la Ley de Bibliotecas

Freddy Aguilar destaca la necesidad de mejorar las leyes y mecanismos para aplicarlas en el ámbito bibliotecario, proponiendo descentralizar el Sistema de Bibliotecas en México. Sugiere permitir a cada biblioteca seleccionar sus libros según las necesidades locales y fomentar la participación de las comunidades.

“Las leyes son perfectibles y tener una ley por sí sola no funciona, hay que crear los mecanismos para aplicarla y también hay que darle cierto nivel de inclusión, porque, por ejemplo, el Sistema de Bibliotecas está muy centralizado, la Dirección de Bibliotecas hace paquetes de libros que distribuye a todas las bibliotecas del país, me gustaría que le dieran libertad a cada biblioteca del país a tener una selección independiente”, opina.

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