La Sonora Santanera hizo bailar a la gente del Cervantino al son de rumba, mambo y danzón

Un pedacito de la Ciudad de México llegó al Cervantino a través de La Sonora Santanera, quienes durante tres horas hicieron bailar a la gente que se dio cita en el espacio llamado Los Pastitos
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Familias que llegaron desde la Ciudad de México y las colonias como la Valle Gómez, el barrio bravo de Tepito, algunas que, incluso, viajaron desde Puebla se dieron cita la noche del 19 de octubre para ver a la Sonora Santanera, quienes además de celebrar sus 67 años como agrupación, llegaron a Guanajuato para traer un pedacito del Salón Los Ángeles.

Pachucos y rumberas, la música de ayer, de hoy y siempre sonaron por casi tres horas en el espacio llamado Los Pastitos, el cual congregó cerca de 2500 personas. Algunas, quienes al no alcanzar entrar, se reunieron en espacios aledaños para simplemente gozar, sin saber que esta verbena chilanga duraría hasta la una de la mañana.

La velada comenzó con anécdotas del México de 1937, cuando un grupo de personas celebraban el nacimiento de Salón Los Ángeles, uno de los pocos lugares que mostraban aquellos ritmos novedosos y polémicos como el danzón. Historias de baile y tradición guardadas en sus paredes a ritmo de chachachá, swing y mambo.

Han pasado 85 años de lucha, incluso prejuicios, malas rachas, de gente que no creía en ese recinto, para que, hasta el dia de hoy, se pueda celebrar como lugar con tradición, de difusión de la música popular, un encuentro de distintas, clases sociales, con diversas formas de pensamiento, pero que, al final, nada de eso importa, pues en cuestión de baile, esas “diferencias” sobran.

Aunque el clima de esta noche bajó, para muchas y muchos no importó, pues al calor del baile, el frío no existió, algunos agarrados de la cintura, de cachete, abrazados o en solitario, la Santanera provocó que las parejas sacaran sus mejores pasos.

El escenario de Los Pastitos se iluminó, “ya llegó su pachucoooteee”, sonaba, mientras la gente gritó al escuchar la primera estrofa de “Pachuco” de La Maldita Vecindad, esta fue la introducción para que tres pachucos salieran junto con tres rumberas, para posteriormente bailar al ritmo del “Danzón #5” y la ya mítica “Bonito y sabroso” de Benny Moré.

El silencio inundó el escenario, mientras a través de las pantallas que se encontraban junto al escenario proyectaban conciertos de La Sonora Santanera donde colaboraron con Rocko Pachucote, de la Maldita y Rubén Albarrán, de Café Tacvba.

Luego de esta introducción, la cual permitió que toda la gente sintiera el ambiente chilango nocturno, al son de la rumba, los integrantes de la Sonora salieron a escena. Los aplausos, gritos se hicieron presentes; vestidos con trajes negros y sacos rosas, de inmediato, tomaron sus lugares, saludaron a la gente que habia llegado de la Ciudad de México, Tepito y de otros estados de la República Mexicana, para dar así paso a la primera canción de la noche, “La boa”.

Y es que resumir 67 años de trayectoria en tres horas no fue suficiente, aún así, la Sonora logró vencer el obstáculo del tiempo para poder interpretar repertorio, tanto de sus más consagrados éxitos como: “El bomboro quiña quiña”, “Luces de Nueva York”, “Atolito con el dedo”, “Orangután” y El mudo”, así como su homenaje a la música tropical “Pedacito de mi vida” y “Pagarás”.

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“A seguir bailando, hermosa familia”, expresó el vocalista de la Sonora, quien invitó a la gente a agarrar a su pareja a vivir uno de los momentos más románticos de la noche con la pieza “´Perfume de Gardenias”: “Gente bonita, gente enamorada, esto va para ustedes, es el momento de abrazar a su pareja y dedicarle esta canción”, expresó el vocalista.

Don Alfredo, un hombre que llegó desde temprano para poder verlos en la primera fila dijo que con este concierto celebraría su cumpleaños 70, familias que llegaron desde otros municipios de Guanajuato, con cobijas, grupos de jóvenes que llegaron juntos para bailar al son de la Santanera y disfrutar de esta velada única.

Tas casi dos horas y media de baile, La Santanera se despidió al ritmo de “los luchadores” y de nuevas versiones de las canciones “La vida es un carnaval”, “Mil horas” y “El santanero”, temas que hicieron vibrar a las más de dos mil almas que se unieron esa noche para hacer vibrar las calles.

“A muchas agrupaciones les queda grande el nombre, pero Arturo Ortiz y Antonio Méndez Hernandez , miembros fundadores de esta institución, celebran que esta noche nos hayan permitido vivir esta gran muestra de cariño junto a ustedes. Gracias Cervantino”, concluyó la Santanera.

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