La señora Harris va a París una comedia donde todo sueño es posible
Basada en la novela del mismo nombre, La señora Harris va a París es una comedia fuera de lo común, porque cuenta la historia de una afanadora británica, a mitad del siglo XX, que desea llegar hasta la casa de moda Christian Dior para adquirir un vestido; su anhelo se vuelve realidad a través del trabajo, esfuerzo y dedicación
Hidalgo NeiraBasada en la novela del mismo nombre, La señora Harris va a París es una comedia fuera de lo común.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las personas cambiaron, buscaban tener un propósito en la vida, sentirse libres. La esperanza era primero y eso es lo que movía a Ada Harris en Inglaterra, quien lo que más deseaba en el planeta era que su esposo volviera ileso del conflicto bélico.
Pero para 1957, el sargento no volvió y pasó lo inevitable, la señora Harris recibió una misiva de parte del gobierno británico que le indicaba que lo más probable es que su esposo estuviera muerto. Ada, aunque triste y decepcionada, continuó su vida como empleada doméstica para las altas clases sociales en Londres.
Aunque todo parecía ser una desgracia, la vida de la señora Harris dio un cambio radical e inesperado, porque cuando en una de las mansiones en las que trabajaba vio por primera vez un vestido confeccionado por Christian Dior, encontró un nuevo motor en su vida, ahorrar hasta el último penique para poder adquirir una de estas prendas de alta costura y, de paso, visitar París, algo que nunca había hecho.
Con esta premisa, basada en el libro del mismo nombre de Paul Gallico, comienza La señora Harris va a París, una comedia de humor blanco entrañable por su personaje principal. Esta afanadora muestra cómo las élites discriminan y menosprecian a los que menos posibilidades económicas tienen.
Esta no es la primera vez que se adapta la obra de Gallico, hace 30 años la recién fallecida Angela Lansbury personificó a la señora Harris en una versión televisiva, además de que también se ha llevado a escenarios de teatro musical en 2016 y 2018 con el título de Flores para la señora Harris.
“Creo que, en cierto modo, todos tenemos sueños. Cosas que son inalcanzables a las que aspiramos y que nos encantaría comprar o lograr. Cualquier cineasta podrá relacionarse con esta historia, creo, porque lo que tratamos de hacer como cineastas parece ser completamente inalcanzable. Quiero de cir, ¿cómo vas a conseguir que alguien te dé los recursos para hacer algo como esto?”, comparte Anthony Fabian, director de la cinta, en una conversación con Focus Features, la casa productora del largometraje.
Fabian, quien adquirió los derechos para hacer este filme que fue rodado en pleno confinamiento, platica que para tener cierta veracidad en las atmósferas y ambientaciones tuvieron que hacer parte de la película en Budapest, porque asemeja al París de 1957 y también por costos de producción.
“Budapest en realidad se inspiró en París, por lo que había muchas calles que se parecían a París y pudimos salirnos con la nuestra con bastantes exteriores. Pero, de nuevo, con un uso muy inteligente de CGI (Imagen generada por computadora). Por ejemplo, si ves la película había un mercado de flores como ese en París, pero ya no está. Así que encontramos un espacio junto a un río que tenía una geografía y una configuración similares, y pintamos en el mapa Notre Dame y otros edificios de París en el fondo”, abunda el cineasta.
La señora Harris va a París, que ya está en cartelera, cuenta con un 94 por ciento positivo de críticas periodísticas en el sitio especializado Rotten Tomatoes, dándole la “Certificación Fresca”, distintivo de que es una garantía segura de diversión, además de que las audiencias le siguen con un 93 por ciento de aprobación en la misma página web.
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