El reciente trabajo del Colectivo Los Ingrávidos, de origen mexicano, convoca una noción ritual y animista del medio cinematográfico en donde una coreografía de elementos y fuerzas de la naturaleza interactúan con la materialidad de la película y la pantalla.
El nido del Sol (video a color, 2021) forma parte de una trilogía titulada Tonalli que se nutre de la cosmovisión náhuatl para abrir un campo de alta densidad de ritmos, texturas y colores emanados del Sol, la Luna y el fuego. En esta pieza en video —que se presenta a partir de ayer y hasta el 28 de julio en la Sala10, el espacio virtual del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) —, Xólotl, Huitzilin y Xóchitl se reúnen para recuperar la danza de la radiación, cuyo colorido calor atiza el nuevo fuego de su danza cósmica.
En palabras del colectivo, El nido del Sol “es un collage audiovisual que reúne la fuerza del cine con los poderes mágicos de la Luna, el Sol y el fuego, en busca de reactivar las fuerzas naturales de la cosmovisión mexicana. Tonalli está dividida en tres partes que pensamos como una composición chamánica. La primera parte es una preparación atávica para la guerra florida; en la segunda intentamos representar un brasero ceremonial, donde se ven las diferentes lunas; la última parte, la irradiación solar, representa a Tonalli y la energía vital que tienen todos los seres y objetos del mundo”.
