Cuando John Hammond intentó inaugurar su Parque Jurásico en la Isla Nublar en Costa Rica, a principios de los 90, jamás se imaginó que su sueño se volvería en una pesadilla que se saldría de control, incluso, fuera de este territorio, porque ahora a 30 años de distancia en Jurassic World: Dominio, los dinosaurios han vuelto a habitar el planeta al lado de los humanos.
Esto es lo que ofrece Jurassic World: Dominio, la sexta y, en teoría, última cinta de la franquicia creada por Universal Pictures en 1993 y basada en los personajes literarios de Michael Crichton, mismos que sólo habían hecho apariciones esporádicas a lo largo de la saga, pero sin tener un regreso protagónico a cuadro.
Además, Colin Trevorrow, quien inició la segunda trilogía con Jurassic World en 2015, volvió a la silla de director para concluir la saga, trayendo consigo a paleontólogos expertos que fungieran como asesores para la producción y así cuidar a detalle cómo sería la convivencia entre humanos y dinosaurios en un hipotético presente.
Los académicos también esperan que las audiencias tomen interés real en el estudio de los dinosaurios con esta producción, fenómeno que sucedió en la década de los 90 cuando llegó Parque Jurásico, porque esto impulsó nuevas generaciones de paleontólogos en el mundo.
“Estamos en la era dorada de la paleontología, donde alguien en algún lugar del mundo está encontrando una nueva especie de dinosaurio una vez por semana, en promedio, y eso ha estado sucediendo durante más de una década, porque esta es la generación de paleontólogos de Parque Jurásico”, subraya Stephen L. Brusatte, profesor de Paleontología y Evolución en la Universidad de Edimburgo, en las notas de producción del filme.
Otro acierto que tiene Jurassic World: Dominio es que se enfoca en visibilizar de manera sutil las repercusiones del calentamiento global, por ejemplo, para traer a los personajes que comenzaron la franquicia en 1993, el pretexto está en cómo ahora Ellie Sattler (Laura Dern) ha dejado la paleobotánica de lado para concentrarse en el cambio climático.
“Ella (Sattler) descubre que hay enjambres de langostas que están diezmando los cultivos en los Estados Unidos, lo que la lleva a obtener una segunda opinión del brillante paleontólogo Alan Grant (Sam Neill). Después de que Sam, Jeff (Goldblum) y yo filmáramos nuestra primera escena juntos en esta película, Colin envió una foto de nosotros tres al monitor de Steven Spielberg. Luego recibí un mensaje de texto de Steven, que esto le había traído una lágrima a sus ojos al vernos a todos juntos de nuevo. Fue tan especial”, describe Dern, en las anotaciones para la prensa.
El doble reto se impuso cuando tuvieron que rodar la cinta, porque recién iniciada la producción comenzó la pandemia, suspendieron momentáneamente en marzo de 2020, pero en julio reanudaron, confinando a todo el equipo de producción en un solo hotel y con todas las medidas sanitarias. Esta fue la primera producción hollywoodense a gran escala en atreverse.
Fue de tal nivel de profesionalismo, que el equipo de producción, junto con el doctor Riccardo DiCuffa, crearon un manual de protocolo COVID-19 de 109 páginas, mismo que funcionó como un estándar para la industria fílmica y se empezó a distribuir en otros rodajes de más compañías.
Pese a estas inclemencias, Jurassic World: Dominio salió adelante y esta semana está teniendo un preestreno exclusivo en México y Corea del Sur, ya que en mercados internacionales llegará hasta el 10 de junio; cabe recordar que su premiere mundial fue en la capital mexicana semanas atrás, con presencia de los actores Bryce Dallas Howard, DeWanda Wise, Jeff Goldblum, más el cineasta Colin Trevorrow; dicho sea de paso, los últimos dos mencionados provocaron furor en redes sociales al ser captados comiendo tacos.