La revolución intelectual de Abelardo Saavedra

El político español nacido en el siglo XIX es explorado por Aurelio Fernández en el libro Saavedra. Un anarquismo, donde se describe de manera desenfadada la vida del hombre que tenía ideas en contra del Estado. El autor considera que es necesario rescatar la ideología de este personaje
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Aurelio Fernández tiene la teoría de que desde que comenzó a hablar le “enchufaron” la doctrina de Abelardo Saavedra, pariente lejano español que ha permanecido en la memoria colectiva de su familia.

Su recuerdo germinó en Aurelio hasta su adultez, época en la que nació la necesidad de aprender más de este personaje político que ha estado lleno de mitos.

En 2012, Fernández se tomó medio año sabático de su puesto en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, para indagar más a profundidad sobre Saavedra, yendo hasta España a desenterrar el pasado.

“Me encontré con un personaje y pude construir una etapa de la historia del pensamiento anarquista, sobre todo de la acción anarquista, y una etapa de los países donde estuvo él, y empecé a descubrir un montón de cosas coincidentes que yo hago con las que hacía él”, describe Fernández, en llamada telefónica.

Después de años de investigación, de ir y venir a España y Cuba, Fernández se sentó a escribir una biografía fuera de lo ordinario, sin un academicismo puntual, que apela a las anécdotas del libre pensador ibérico, pero de manera documentada.

El resultado fue Saavedra. Un anarquismo, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), libro donde da un repaso a la vida de este político, quien evidentemente estaba adelantado a su época por ser abiertamente anarquista, creyente de la unión libre, el control de la natalidad, y más.

“Eché abajo varias leyendas y me he ganado la enemistad de algunos por eso, porque se decía que era hijo de un gran terrateniente andaluz y renunció a su herencia para dedicarse al anarquismo, no era cierto, era hijo de un campesino, tenía algunas tierras, pero no era gran propietario”, abunda el autor.

Para Fernández, es necesario retomar el pensamiento que pregonaba Saavedra, para cristalizarlo en el presente, enfocándose en las ideas que ofrecía sobre transformar a la sociedad.

“Lo que tenemos que preguntar es ‘¿cómo vamos a llegar a una sociedad sin injusticias?’ Porque una sociedad sin injusticias es una sociedad sin clases, sin opresores ni oprimidos, por lo tanto la propiedad de los medios de producción es de todos, sin restarle importancia al individuo y la familia”
Aurelio FernándezAutor

Para el escritor, quien también ha tenido formación periodística, a los movimientos sociales actuales les falta sumar y tener una sinergia para ver por un bien común; algo que sí sucedía, al menos, con Saavedra.

“Me parece que falta cohesión de esas ideas, esto es una opinión muy personal, muy debatible y rebatible, a mí me parece que la enseñanza de esta época y de este hombre es esta convicción de que podían llegar a una sociedad mejor”, subraya.

Abelardo Saavedra Tendiendo puentes con la 4T

Si Abelardo Saavedra siguiera vivo, ¿se mostraría insurrecto al presidente? ¿Sacaría su lado anarquista a relucir contra las instituciones? ¿Habría encabezado un movimiento progresista por las minorías?

Aurelio Fernández reflexiona y asegura que su pariente hubiera dialogado y asimilado al gobierno, para hacer cambios desde el interior, ya que esto fue lo que realmente sucedió cuando él estuvo en España.

“¿Qué hizo Saavedra en 1936? Siendo un hombre maduro, de 76 años y tocándole la república, pues aceptó que parte de los anarquistas, los más rudos, se pasaran al gobierno republicano, Juan García Oliver fue el ministro de justicia, Federica Montseny también, Aurelio Fernández fue ministro de salud en Cataluña, o sea, aceptaron ese juego, porque era lo que en ese momento tenían que hacer”, explica.

El autor observa que la llegada de la llamada Cuarta Transformación fue un cambio positivo para desazolvar el periodismo que se hacía previo al gobierno morenista. Considera que no hay una intolerancia por parte del ejecutivo federal, cree que solo hay un gran resentimiento de parte de los colegas, porque ya se acabó el soborno que varios de ellos presuntamente recibieron en administraciones pasadas.

Para el autor, es necesario retomar el pensamiento que pregonaba Saavedra, para cristalizarlo en el presente, enfocándose en las ideas que ofrecía sobre transformar a la sociedad

“A la prensa nos ha fastidiado porque (él) nos desprecia y nos encabrona en unos casos, y en otros casos no les da chayo, no nos hagamos güeyes, o sea Loret… ahí están las cuentas de lo que recibían y no se enteran de lo que recibían por fuera, porque había maletas de dinero circulando, yo no sé si tú lo sabes, pero yo sí”, afirma.

El también director de La Jornada de Oriente considera que sí se están logrando mitigar los problemas al interior del aparato gubernamental, y que en definitiva hay un mejor momento político con la 4T que con las pasadas gestiones panistas o priistas.

“El combate a la corrupción es real, no quiere decir que se haya acabado ni que se lo vaya acabar él, ni que los escalones de arriba estén completamente barridos, no es cierto, pero hemos vacunado a la gente y no nos hemos endeudado, en los gobiernos anteriores ya tendríamos una deuda adicional, de la cual se hubieran quedado con una comisión los políticos”, agrega.

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