La presidenta de los Premios Ariel ve en esta edición  la “oportunidad para encontrar nuevos horizontes”

Leticia Huijara, presidenta de la AMACC, habla acerca del estado del cine nacional, el rescate de los Ariel y el papel del Estado en la cultura
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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El cine es un espacio en donde los límites de lo estético y lo comercial, lo artístico y lo mercantil, suelen ser borrosos. 

El séptimo arte es una industria de muchos millones de dólares, tan sólo en México el año pasado se vendieron 173 millones de boletos que generaron una recaudación de 11mil  490 millones de pesos, según datos del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

El año pasado México produjo casi 260 largometrajes, para premiar la excelencia de estos filmes la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) entregará este 9 de septiembre, como cada año, los premios Ariel.

Esta ocasión los premios son diferentes a otras ediciones. Por primera vez en su historia la ceremonía se realizará fuera de la Ciudad de México, entidad dónde según el Anuario Estadístico de IMCINE se hace más trabajo cinematográfico, y se mudan al Teatro Degollado, en la Ciudad de Guadalajara. 

La decisión de trasladar los premios a la capital jalisciense se debe a “la voluntad de descentralizar, de dialogar con todas aquellas regiones en las que se está generando industria y existen creadores cinematográficos que están iniciando sus carreras. Y es una oportunidad para encontrar nuevos horizontes para la academia”, comenta en entrevista la actriz Leticia Huijara, Presidenta de la AMACC.

También agradeció la ayuda prestada por el Gobierno de Jalisco y todas las instituciones que facilitaron la realización de la ceremonia, entre ellas la Secretaría de Turismo del Estado y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Si bien en otro año la iniciativa de festejar al cine en otra entidad hubiera sido celebrada sin tapujos en esta ocasión la determinación se da después de que en noviembre del año pasado la AMACC informara que debido a cuestiones financieras la Academia suspendería la convocatoria para la edición de este año. Lo que permitió que la edición 65 de la máxima celebración del cine méxicano pudiera llevarse a cabo fue “muchisisisimo trabajo”, comenta la protagonista de La Ley de Herodes.

“Fue un trabajo de veinticuatro horas tanto mío como de mi Vicepresidenta Inna Payan, de ir a tocar puertas, conseguir promociones y apoyos tanto en efectivo como en especie. Hablar a todos aquellos que nos habían ofrecido su apoyo y encontrar cuál era el camino más adecuado para continuar con el mantenimiento de la academía y no perder algo que es tan importante como la ceremonía”, apunta Leticia.

“Me da muchisimo gusto que las películas nominadas sean tan diferentes entre sí, tanto en género como en tema; a eso es a lo que deberíamos apostar. Tener un universo al alcance del público de películas distintas una de otra y que eso se refleje en nuestra premiación”
Leticia Huijarapresidenta de la AMACC

Este trabajo del que habla se materializará con la entrega de 25 estatuillas que reconocerán a mujeres y hombres en cada uno de los campos que componen el quehacer fílmico. Las ceremonias de premiación siempre sirven como un barómetro de la materia que se celebra, en este caso el cine nacional. Para la presidenta de  la asociación cuya misión es promover y desarrollar el séptimo arte nacional el panorama actual pinta bien.

“Yo veo un cine diverso, plural, que aborda casi todos los temas que toca la realidad del país. Una industria que empieza a optar por géneros poco tradicionales dentro de la cinematografía mexicana, un gran avance en cortometrajes y largometrajes de animación, muchos géneros híbridos, También tenemos un avance pues vemos la integración de muchísimas mujeres a puestos de dirección. En fin, vemos un cine que crece de manera exponencial año tras año”, señala Huijara.

El papel del Estado en la cultura

El crecimiento del cine que se ve reflejado en la calidad de las cintas nominadas  no siempre se correlaciona con el éxito a nivel de distribución. De las 258 obras que se produjeron en México en 2022 solo 88 fueron exhibidas en salas, según estadisticas de IMCINE. 

Para Leticia “esto es un problema que se viene arrastrando desde hace muchísimos años y siempre desde la academia hemos puesto énfasis en encontrar los caminos para que todas las películas que se producen con apoyos del Estado encuentren una salida en la distribución y en la exhibición, puesto que son hechas con dinero público debería ser el Estado quien garantizara que llegaran a sus públicos”, comenta quien encabeza la AMACC.

El trabajo que hace el Estado para garantizar el acceso a la cultura fue un tema que estuvo bajo debate cuando se anunciaron las dificultades financieras que imposibilitarían la ceremonia de este año. 

“Tiene que garantizar el fomento, la promoción y  por lo tanto la distribución de los productos culturales. Es respetar el derecho de los mexicanos a la cultura que esta garantizado en el artículo cuarto constitucional, no es algo que se nos esté ocurriendo ahorita, lo único que tendríamos que hacer es atender estos acuerdos”, menciona Leticia.

Este punto, la obligación de quien administra la cosa pública por velar por la cultura,  era el argumento central  de quienes alzaron la voz cuando la AMACC anunció su decisión de posponer la convocatoria después de serles negados los 3.5 millones de pesos que solicitaron para la realización de los Premios Ariel. 

Sin embargo la presidenta de la Academia niega que exista conflicto alguno por parte de la academia y sus miembros hacia el gobierno mexicano. 

Leticia comenta sentirse muy contenta por la presencia que tienen las mujeres y las personas menos representadas en el cine nacional, ejemplo de ello es la categoría Mejor Dirección, dónde hay cuatro nominadas.

“La Academia está compuesta por un sinfín de individuos y yo no podría aventurar a decir si existe una animadversión o no. La comunidad cinematográfica es muy diversa, muy basta, y cada uno tiene el derecho a manifestar la opinión política que mejor le represente; la Academía no puede tomar partido”, declara la presidenta de un institución con más de medio centenar de miembros activos.

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