Guadalupe Parrondo cuenta con setenta años de carrera artística. Foto: Especial

La pianista Guadalupe Parrondo recibe Medalla Bellas Artes de Oro

Desde su niñez como prodigio, hasta su papel como embajadora de la música clásica, Parrondo se destaca por su talento excepcional

En la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, la pianista mexicana Guadalupe Parrondo fue honrada con la Medalla Bellas Artes de Oro en la disciplina de música, por su dedicación al piano, su excelencia interpretativa y su compromiso con la educación musical, lo que la convierte en una de las figuras más respetadas y admiradas en el ámbito musical.

Al subir al escenario, la pianista decidió prescindir de un discurso convencional. En lugar de ello, agradeció y, con una emotividad palpable, se dirigió al piano. Allí, dejó que sus manos fluyeran sobre las teclas mientras dijo: “la música es una profesión de fe” y recitó el credo del compositor Sergio Cárdenas:

“La música es tiempo sustraído del tiempo. Su morada es el espacio. Su lenguaje, la vibración. Su sonido, memoria de terrenalidad. Su canto, mirada que atrapa. Su voz, silencio que acalla. Su ser, la plenitud. La música es un misterio. En algún momento, por un momento, ese misterio nos es revelado. Es una revelación, cuya fugacidad perturba, cuya plenitud envuelve y nos posee. Es un acontecer que cuestiona y desnuda, que remite a Dios. La música es Dios. ¿Habrá quien resista su presencia?”.

Posteriormente, interpretó “L’Isle joyeuse” (La isla feliz), pieza musical para piano solo de Claude Debussy compuesta en 1904.

Este homenaje, además de subrayar su legado como intérprete, también lo hace como una embajadora de la música que ha llevado su arte a escenarios nacionales e internacionales, siempre fiel a su estilo elegante y sensible.

Desde muy pequeña, Guadalupe Parrondo demostró un talento excepcional. Hija de un técnico de pianos de Saltillo, Rodolfo Parrondo Castañeda, y de Estela Corcuera Romero, Guadalupe comenzó a tocar el piano a los tres años. A los siete, ya era presentada como niña prodigio, tocando el Concierto para piano y orquesta en re mayor de Haydn, bajo la dirección de Luis Cerrada de la Fuente. Este fue el inicio de una carrera marcada por su virtuosismo, pasión y dedicación inquebrantable al piano.

Omar López Vergara, uno de sus alumnos más cercanos, recuerda con gran admiración su experiencia al estudiar con la maestra Parrondo. “En mi primera clase con ella, después de tres compases, me dijo enérgicamente: ‘Suficiente, eso no suena bien’. Ahí entendí que no estaba tomando clases con una simple maestra de piano, sino con un verdadero monstruo del piano, como muchos de sus alumnos la llamamos”.

Omar rememora cómo la maestra era capaz de tocar piezas complejísimas, como el Concierto en sol mayor de Ravel, mientras cantaba las voces de la orquesta o dominaba el repertorio de Chopin con una precisión y musicalidad asombrosas.

Parrondo ha cosechado numerosos logros a lo largo de su carrera, ganando concursos internacionales en Barcelona, Venezuela, Ginebra, y muchos otros. Su dedicación y entrega al piano la han convertido en un referente absoluto en el mundo de la música clásica.

“Lo que hace Guadalupe es magia. Nunca le escuché una nota falsa, jamás una duda en su interpretación. Todo lo que toca lo convierte en algo más allá de lo creíble, algo que solo un verdadero prodigio puede lograr”, comentó en la sala Adamo Boari.

La pianista fue galardonada con el máximo galardón que entrega el Instituto Nacional de Bellas Artes. Foto: Cuartoscuro

¿Quién es Guadalupe Parrondo?

Su repertorio abarca recitales, música de cámara, música para dos pianos y otros géneros, desde la música de Bach hasta estrenos mundiales de obras de compositores mexicanos. Ha grabado cuatro versiones del Concierto romántico de Manuel M. Ponce y los discos, Genio y figura (con obras mexicanas) y Encores (con piezas de Bustamante, Chopin, Debussy, Paradisi, Scarlatti y Schubert, entre otros).

En 2019 realizó la grabación de la integral de las sonatas para piano de Federico Ibarra, así como la grabación de obras para violín y piano de compositores mexicanos con el violinista Adrián Justus y fue reconocida por su labor durante 40 años en la Escuela de Música del Centro Cultural Ollin Yoliztli por su cátedra de Piano. La Secretaría de Cultura de la CDMX la declaró Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México.

Guadalupe Parrondo fue considerada niña prodigio desde los siete años. Foto: Cuartoscuro
Te puede interesar