La pandemia como oportunidad creativa para Alejandro Torres Kennedy
El cineasta mexicano Alejandro Torres Kennedy tenía planeado un viaje a Sudáfrica para zarpar en velero a principios de 2020, pero llegó la pandemia y sus planes cambiaron; sin embargo, aprovechó su estadía en ese país para rodar una película de corte reflexivo e independiente, que habla de la soledad, así surgió Transition, la cual empieza a presentar en festivales internacionales
Hidalgo NeiraAntes de que iniciara la crisis sanitaria, Alejandro Torres Kennedy se iba a embarcar, literalmente, en una aventura desde Sudáfrica para surcar los mares del mundo y así llegar a Brasil, como ya lo había hecho siete años atrás con otros amigos.
Llegó al país africano con anticipación y, mientras se alistaba, empezó a ocurrir lo inimaginable, el mundo empezó a colapsar por el coronavirus y el confinamiento se volvía una realidad global. El viaje en velero se empezó a ver como una posibilidad remota para el mexicano y sus demás amistades, sin saber qué seguiría.
Torres iba preparado, tenía contemplado grabar la experiencia de viaje con su cámara, en estilo amateur, por la falta de preparación profesional cinematográfica, para así hacer un documental, pero sus planes cambiaron y decidió dejar de grabar el día a día y escribir mejor una historia de ficción, que justo retratara ese momento histórico.
“En lugar de continuar con lo que pudo ser un documental de lo que era el confinamiento para algunos veleristas, que quizá hubiera sido interesante, yo pensé más en la ficción, es lo que me más me interesa y así surgió”, platica Torres Kennedy del rodaje de Transition, su ahora ópera prima.
Esta película inesperada tiene como protagonista a Marie Boutonnet, quien es una amiga francesa de Torres y que también se quedó varada en Saldanha Bay. Ella es la única voz del largometraje, quien experimenta la soledad al habitar la marina y recorrerla diariamente sin personas, mientras ve y escucha, a través de internet y llamadas telefónicas, lo que pasa en el mundo con el COVID-19.
“Tenía una idea general de lo que iba a ser la película, como tenía tantas limitantes, iba a ser yo haciendo cámara, sonido y dirigiendo, así que estuve analizando unos días antes de proponerle a Marie y le expuse que con todo esto qué historia podía utilizar y aproveché en donde estábamos, en realidad éramos 12 personas que quedamos confinadas, pero al tener sólo un personaje, lo interesante era ver cómo se quedaba totalmente sola”, comparte el director novel.
El realizador, quien ha tenido una preparación autodidacta y que previamente se había dedicado a producir campañas publicitarias, decidió escoger el blanco y negro para la mayoría de sus secuencias; más que un recurso narrativo, fue por la ventaja de mantener una calidad balanceada en imagen, al no contar con un equipo altamente profesional.
“Intenté blanco y negro por curiosidad y me gustó, incluso, relacionado con esa primera parte de cómo se desarrolla la historia, como que le da un poquito más de misterio. Al final vemos la evolución, tanto del personaje, como de la forma en cómo se narra este cambio a color más adelante”, agrega.
Transition es una producción independiente que apenas inició su recorrido en festivales como el de Varsovia. La película se realizó con un presupuesto limitado de aproximadamente 20 mil dólares y Torres Kennedy espera volver a México para impulsar su largometraje y lograr una distribución nacional.
La soledad como tema universal en opera prima de Torres Kennedy
Transition es una película de reflexión que gira en torno a la soledad de cada individuo, estando en una pandemia o no; Alejandro Torres Kennedy reconoce que este año de confinamiento fue un enfrentamiento personal para muchísimas personas en el mundo, por eso vio esta área de oportunidad al hacer su película.
“Durante la pandemia creo que mucha gente se tuvo que enfrentar a sí misma en el sentido de que, si bien normalmente cuando estamos solos no nos sentimos así, porque la cháchara con el teléfono en la mano nunca termina y siempre vamos a encontrar con quien conectar con las redes sociales, creo que el confinamiento mundial obligó a las personas a sentirse más consigo mismas”, platica en llamada telefónica.
Más que una soledad en tono de melancolía o de sentirse marginada de la sociedad, Torres res cata que en este año pandémico se pudo haber aprovechado de la introspección, y esta reflexión para él es positiva, eso es algo que le pasa al personaje de Marie, quien su tiempo en la marina lo utiliza para hacer ejercicio, meditar y encontrarse a sí misma.
“Es necesario pasar tiempo consigo mismos y disfrutar lo que viene siendo la solitud, más que la soledad, no tiene una connotación tan negativa, y creo que muchísima gente se descubrió a sí misma, quizá empezaron a pintar, a escribir poesía, a tocar música. Por supuesto que la pandemia ha sido una tragedia por las vidas que se han perdido, pero sí creo que fue una oportunidad para muchísima gente de estar consigo misma y darse cuenta que el estar solo significa no estarlo”, opina.
Una mirada de élite
Al hablar de un grupo de personas que se encuentran al otro lado del mundo esperando a que la vida continúe su cauce, mientras pasan sus días en un velero estacionado en definitiva es una visión elitista de quienes tuvieron un privilegio durante la crisis sanitaria. Alejandro Torres está consciente de esto y para nada evade que fue privilegiado, al contraste de millones de personas que vivieron en desventaja. Lo que rescata es que en este escenario, y cualquier otro, se debería sacar la creatividad adelante.
“Cada quien desde donde está tiene la oportunidad para crear, descubrir y creo que lo importante es eso, si es alguien interesado en la creatividad y en el arte, entender que de todos lados puede haber inspiración, me siento muy afortunado de haber estado allí”, subraya.