La opresión del amor

Es común relacionar la imagen de una mujer deprimida, devorando helado, triste, ojerosa y sin ilusiones cuando se habla del desamor... pero lo cierto es que los hombres también pueden dejarse caer cuando tienen el corazón roto en mil pedazos. 

A diferencia de algunas de ellas, los caballeros no se refugian en la soledad de su habitación, sino que salen a las calles a gritar en contra de la decepción amorosa e inclusive arman protestas en contra de lo que algunos llaman "romanticismo capitalista", sobre todo en estas fechas, en las que todo es color de rosa. 

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Los lemas y slogans de los Kakuhidou son una combinación de la cultura del Internet japonés con el marxismo clásico
"La demostración de amor durante toda la semana de San Valentín es equivalente a no seguir las tradiciones indias. Se atrapará a todo aquel que demuestre su amor en Facebook, Twitter o WhatsApp"
Chandra Prakash KaushikPresidente de Hindu Mahasabha
En algunos países, este tipo de protestas son equivalentes a las crisis por diferencias políticas, religiosas y diplomáticas

Es común relacionar la imagen de una mujer deprimida, devorando helado, triste, ojerosa y sin ilusiones cuando se habla del desamor… pero lo cierto es que los hombres también pueden dejarse caer cuando tienen el corazón roto en mil pedazos. 

A diferencia de algunas de ellas, los caballeros no se refugian en la soledad de su habitación, sino que salen a las calles a gritar en contra de la decepción amorosa e inclusive arman protestas en contra de lo que algunos llaman “romanticismo capitalista”, sobre todo en estas fechas, en las que todo es color de rosa. 

Esas manifestaciones se hacen presentes sobre todo en países como Japón, India y Arabia Saudita. Y un ejemplo de ello son aquellos que forman parte del grupo marxista japonés llamado “Kakumei-Teki himote Doumei”, que en español se conoce como “Alianza Revolucionaria de Hombres que no son Atractivos para Las Mujeres”, y cuyo diminutivo es Kakuhido.

Mientras algunos caballeros están pensando con qué sorprender a su amada este 14 de febrero, los partidarios de la Kakumei-Teki himote Doumei planean reunirse en Shibya, una población de jóvenes parejas en Tokio, con el fin de protestar en contra del Día de San Valentín en una manifestación a la que, de acuerdo a Quartz, enaltece la “opresión del capitalismo romántico”.

Este grupo “antiromanticismo” nació en el año 2006, y fue fundado por Katsuhiro Furusawa tras haber sido abandonado por su novia.

Furusawa afirmó en su sitio Web oficial que “la conspiración empapada de sangre del Día de San Valentín, impulsada por los capitalistas de chocolate opresivos, ha llegado una vez más. Y con el fin de crear un futuro más brillante, hacemos un llamado a la solidaridad entre los compañeros no queridos, para que podamos demostrar en firme oposición al Día de San Valentín y el complejo industrial romántico”.

Como inspiración, Katsuhiro no solamente se basó en su experiencia desamorosa, también leyó el Manifiesto del Partido Comunista y, de acuerdo a sus palabras, se dio cuenta de que el rechazo de una mujer es una cuestión de lucha de clases.

“Desde entonces, el grupo ha realizado varias demostraciones cada año coincidiendo con las vacaciones que se asocian con el amor romántico en la cultura japonesa como el Día de San Valentín, Navidad y el Día Blanco”, apuntó Quartz.

Los lemas y slogans de los Kakuhidou “combinan la cultura del Internet japonés con el marxismo clásico”. 

El sitio Web oficial fue lanzado este año y en algunos de sus eventos públicos sus partidarios gritan frases como “El sexo no tiene sentido”.

De corazones rotos a protestantes

Las muestras de oposición en contra del mes del amor van más allá de las fiestas “Anti-Día de San Valentín”. En algunos países, este tipo de protestas son equivalentes a las crisis y conflictos por diferencias políticas, religiosas y diplomáticas.

Y Japón no es el único ejemplo de ello. En India se formó un grupo nacionalista, Hindu Mahasabha, que amenaza con forzar bodas improvisadas para las parejas que muestran su amor públicamente el 14 de febrero. 

La misión de Hindu Mahasabha es educar a las personas sobre la diferencia entre el amor verdadero y las celebraciones occidentales que no se deben festejar en el país (el Día de San Valentín), según declaró a The Times of India Chandra Prakash Kaushik, presidente de este grupo.

Chandra Prakash Kaushik agregó que “la demostración de amor durante toda la semana de San Valentín es equivalente a no seguir las tradiciones indias. Se atrapará a todo aquel que demuestre su amor en Facebook, Twitter o WhatsApp”.

Y en Arabia Saudita inclusive hay patrullas cuidando que las tiendas no vendan chocolates, las tradicionales rosas rojas o cualquier cosa que se relacione y apoye la comercialización de la “celebración infiel”. 

De hecho, “el año pasado, cinco hombres fueron sentenciados a prisión y latigazos en público por haber tenido una fiesta de San Valentín con hombres”, reveló la publicación en Quartz.

Mientras que en Indonesia, un juez dictaminó en 2011 que las celebraciones del Día de San Valentín se oponen a las normas culturales y religiosas de ese país, ya que el Día del Amor y la Amistad incita a consumir alcohol y drogas, así como a tener sexo.

Malasia no se queda atrás, pues en 2011 el Departamento de Desarrollo Islámico de ese país instituyó el evento que en español se puede traducir como “Cuidado con la trampa de San Valentín”, en el que voluntarios hacen su apostolado contra la celebración occidental del sentimiento más profundo que hay.

En 2014, el Departamento de Desarrollo Islámico distribuyó su prédica en las mezquitas para evitar que las personas se sumaran a la celebración colectiva de males equiparables “al aborto, el alcoholismo y el abandono de niños”. 

Las detallistas son ellas

Mientras la mayoría regala flores o tarjetas, en Japón hay un producto que es la estrella de los detalles para el Día del Amor: el chocolate. Además, éste tiene que ser obsequiado de mujeres para hombres.

Miles de japonesas hacen largas filas en las confiterías para regalarle el llamado “alimento de los dioses” no solamente a sus parejas, también a todos los hombres con los que tengan algún tipo de amistad, parentesco o relación. Tomando en cuenta a los compañeros de trabajo.

Y es que regalar chocolates en el país asiático es algo más que una mera tradición para las mujeres, es casi una obligación a nivel social. En Japón se consumen más de 212 mil toneladas de chocolate al año. De hecho, el 14 de febrero, las japonesas adquieren más de un cuarto del chocolate que se vende durante todo el año en el país.

Tal vez ellas se queden con las manos vacías el Día de San Valentín, pero tienen el llamado Día Blanco para recibir sus obsequios, el cual se lleva a cabo el 14 de marzo.

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