Las repercusiones del cambio climático se están viviendo ya, en el mundo se están deshielando los polos y cada vez es mayor la generación de dióxido de carbono (CO2) por parte de las industrias.
Pareciera que esto no se va a detener nunca. Sin embargo, la perspectiva es distinta para Leonardo DiCaprio, quien pugna por demostrar que todavía se puede implementar una transformación positiva para ayudar al planeta; el actor exhibe las pruebas en Ice on fire, documental que narra y produce.
Después de haberse exhibido en la pasada edición de Cannes, con un recibimiento positivo por parte de la crítica y el público, el documental fue adquirido por HBO y será transmitido por primera ocasión en Latinoamérica hoy, 22 de julio, a las 22:00 horas
Nuevas tecnologías que mitguen el CO2, el uso de energías renovables, así como la implementación de jardines verdes urbanos, son parte de los compromisos que los entrevistados insisten que pueden auxiliar a mejorar la vida en el planeta.
Ernesto Enkerlin, ambientalista mexicano que ha formado parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas, afirma que lo plasmado en el documental es posible si se toman acciones ahora mismo.
Filosóficamente, no podemos darnos por derrotados, lo que se trata es de resolver la bronca. El llamado como el de DiCaprio –que tiene más de 15 años como un aliado importante y embajador de la causa ambiental– es uno más de los intentos y es la realidad apabullante
Después de que Estados Unidos se saliera del Acuerdo de París en 2016, el cual se instauró para mitigar la reducción de gases de efecto invernadero, parecería que es imposible lograr un paso a favor del ambiental, pero Enkerlin prevé que con o sin Donald Trump se podrán hacer cambios para mejorar el medio ambiente.
Castigo a los causantes del cambio climático
Sin ser un tema nuevo en la agenda global, Enkerlin indica que el siguiente paso es crear sanciones para las industrias contaminantes en el planeta, y esto se puede hacer con la participación internacional y los convenios existentes.
“Probablemente se logre, aunque suene mal, una tiranía de las mayorías, donde se establezca un mecanismo internacional para penalizar a quien emita y premiar a quien no produzca (CO2 y GEI) y en función de eso se va a establecer comercio internacional”, expresa el experto ambiental.
Además de Enkerlin, también el profesor emérito del Instituto Internacional de Estudios Económico de la Universidad de Estocolmo, Mats Persson aboga por el tema, ya que señala que en la siguiente Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático a celebrarse en Santiago de Chile en diciembre, deberá tratarse el tema de impuestos sobre el CO2.
También en mayo pasado la canciller alemana Angela Merkel pidió poner un precio a las emisiones de industrias de transporte y edificios que estén sin regular en el comercio de carbono de la Unión Europea. La ministra de medio ambiente, Svenja Schulze, sugiere que un cargo introductorio podría ser de 35 euros por tonelada métrica de C02.
