La obra “Tebas Land” cuenta la historia detrás de un parricidio
Tragedias griegas, muerte, libertad y prisión se conjuntan en Tebas Land, una pieza de teatro contemporáneo que habla sobre una charla entre un dramaturgo y un joven que cumple una condena en la cárcel por asesinar a su padre
Karina CoronaEl texto Tebas Land, del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, ha recorrido diversas latitudes por más de 10 años, confrontando y llevando a escena lo complejo del ser humano ante su propia naturaleza e instintos, pero, sobre todo, preguntando ¿qué lleva a una persona a querer matar a alguien, y más si es tu familiar, tu padre? ¿El fin justifica la acción?
Mauricio García Lozano, director y actor, trae esta esta pieza, por primera vez a México, en un momento donde el crimen y la inseguridad prevalecen dentro de la sociedad, con el fin de invitar al público a conocer diferentes perspectivas de una realidad que palpita todos los días.
“Tebas Land es un textazo y ver la posibilidad de adaptarla para que funcione en este país y ciudad y vibre con toda la vitalidad. La verdad, ha sido uno de los desafíos y fortunas más grandes que he podido tener en mi carrera”, explica el director, quien también acompaña en escena al actor Manuel Cruz Vivas.
Lo complejo de su adaptación
Uno de los principales retos para presentar la obra en el Foro Shakespeare fue que la tonalidad de los actores fluyera de manera natural, que no se sintiera la actuación y así el público se dejara llevar por lo laberíntico de sus escenas.
Para Mauricio García Lozano, se trata casi de un acto performático entre estos dos personajes en escena y que le permite plasmar lo que pasa en México, al situar su desarrollo dentro del penal de Santa Marta Acatitla.
“La primera lectura que hicimos duró un poquito más de tres horas, aunque sea tan brillante, fue destilarlo para quedarnos con lo elemental. Adaptar las palabras y que sonaran mexicanas; buscar el tono improvisado, fue un trabajotote, pero nos ayudó a apropiarnos de un material complejo y profundo”, expresa en entrevista.
La anécdota parte del propósito de un director de teatro, quien se adentra en la cárcel para entrevistar a un joven parricida y trasladar su historia a escena. El enigma consiste en el descubrimiento del homicida cuando percibe que alguien lo mira como ser humano en lugar de vigilarlo y los cambios que vive el dramaturgo al recibir la mirada del joven.
La pieza presenta un nivel tan coloquial y convincente al grado de desafiar al espectador para, en algún punto, incluso cuestionar si lo que ve forma parte de la realidad, o no, pues si algo tiene Tebas Land, además de su complejidad temática es que la pieza funciona en varios niveles.
“Entra la función de la metateatralidad, porque, por un lado, está la historia del escritor entrevistándose con el parricida; por otro, el director ensayado con el actor y la historia de la función misma en la cual dirigimos al público en presente; es compleja, pero muy interesante, un laberinto clásico”, indica.
La historia de Tebas Land
Tebas Land hace suya la exigencia ética de revisar a fondo el sistema penitenciario donde el encierro es también una cuestión metafísica.
Toda la discusión se envuelve bajo el marco teórico de Edipo Rey, de Sófocles; Los hermanos Karamazov, de Dostoyevski, y de las teorías de Freud, las cuales llegan a la parte humana, en el papel de la figura paterna y las razones que llevan a una persona a querer matar a un familiar.
“El teatro nos permite abrir la puerta a la reflexión y traer temas fuertes, como los motivos que nos pueden llevar a cometer un asesinato de alguien cercano. La relación padre e hijo está reflejada no solamente en la historia del parricida, sino en el director con el actor, el escritor y preso, hay transferencias de paternidad continuas en la obra.
“Los motivos, que pueden ser discutibles, pero que están sobre la mesa, ¿qué derecho tiene el padre de abusar de su hijo y qué derecho tiene un hijo de asesinarlo?”, profundiza García Lozano.
Para el actor es sumamente crucial que se hablen estos temas, pues es una de las tareas y objetivos del acto teatral; sobre todo después de un periodo de pausa provocado por la pandemia, es más significativo llegar al acto en vivo para presenciar lo complejo y profundo de la humanidad.
“El teatro es el espacio de lo humano y llevar a cabo un espectáculo que pueda revelar sus matices. También hace que pueda generar empatía con los personajes y tratar de entender el viaje, a veces, complejo y contradictorio que viven estos personajes y sus motivos”, abunda.
La historia de Tebas Land cobra vida en una malla metálica con forma de jaula para dar la apariencia que los dos actores, Mauricio y Manuel, se encuentran dentro del patio del penal de Santa Martha.
Alrededor de la sala del Foro Shakespeare se ubican cámaras, las cuales graban en tiempo real, tanto las actuaciones como al público, las imágenes son reproducidas en pantallas.
Otro de los temas fundamentales del montaje es el debate entre la dialéctica de la libertad y la prisión.
“Se hace dentro de una jaula gigante, porque plantea que estamos frente a un reo real. Estos términos no sólo tienen que ver con que el preso esté metido en la cárcel, sino la libertad espiritual que puede tener, o no, un escritor en ocupar una historia como es la del parricida para su provecho artístico.
“Es otro tema bastante delicado, ¿hasta dónde se vale eso? Hay una buena cantidad de reflexiones sobre, incluso, los límites de la libertad y la prisión, la cual nos puede sujetar de manera real o metafórica”, comparte.
Más allá de poner sobre la mesa temas tan polémicos como la muerte y el asesinato, el actor revela que una de las características para realizarla fue la complicidad e intimidad que surgió en el equipo creativo tras dos años y medio de pausarla por la pandemia.
“Tebas Land es una obra tan brutal, desgarradora, habla lo contrario del amor, de ruptura, que se haya hecho en un entorno totalmente distinto a nivel creativo, esa paradoja le da un color a este montaje que yo siento es único. Al final, que la pieza fuera tocada por la pandemia, hace darnos cuenta de lo necesario del teatro, la celebración del encuentro humano para verse reflejado en escena”, puntualiza.