La obra “Fiú-fiú, ¿Cómo ser clown sin dejar de ser mujer?” se exige sororidad
A 10 años de su estreno vuelve al escenario Fiú-fiú, ¿Cómo ser clown sin dejar de ser mujer?, de la compañía Sopa de Clown, para abordar de manera divertida e ingeniosa los estereotipos y la violencia de género
Karina CoronaAunque la actriz Anamaría Moctezuma ha ejercido en el clown desde hace aproximadamente 17 años, las palabras de un maestro le hicieron confirmar que este arte sería su trinchera de expresión; además, sobre la necesidad de que haya más mujeres en este rubro.
“Hace 10 años, un maestro de clown me dijo ‘las mujeres no pueden hacer clown, porque es irreverente, trabaja con cosas más duras y soeces, y ustedes son más dulces, simpáticas y frágiles’. Yo pensé ‘¡con mayor razón hay que seguir aquí! No me corra por ese discurso, córrame porque, a lo mejor, no funciona, pero no por esa justificación’. Fue una señal para seguir aquí”, comparte Moctezuma a Reporte Índigo.
Desde entonces, la actriz, junto con Nubia Alfonso y María Goycoolea crearon en 2005 la Compañía Sopa de Clown, con la cual mandan un mensaje de sororidad y de las demandas por hacer valer los derechos de las mujeres.
A una década del estreno de su show Fiú-fiú, ¿Cómo ser clown sin dejar de ser mujer?, la compañía Sopa de Clown llevará el montaje nuevamente a escena, en esta ocasión en el Teatro Sergio Magaña, para unir a las voces femeninas que reclaman atención y visibilizar sobre las alarmantes cifras de violencia contra la mujer.
Con Fiú-fiú quieren sensibilizar al espectador sobre la situación de México, donde son asesinadas 10 mujeres cada día; la sociedad continúa estimulando la cosificación y el cliché femenino mediante la música, imágenes, relaciones laborales y familiares. Asimismo, desean que los hombres puedan reflexionar sobre la normalización de una cultura patriarcal que ha minimizado la necesidad de igualdad de género.
“Antes no sabíamos cuántas mujeres desaparecían, ahora tenemos la estadística y seguimos viendo la cosificación en redes sociales, desgraciadamente se sigue dando. También sobre la decisión de querer, o no, ser mamá, todas estas reflexiones las manejamos en el espectáculo”, relata Anamaría.
La obra inicia con Tita y Nubi, quienes emergen detrás de un biombo como muñecas de papel para recortar; recrean diversas situaciones estereotípicas como la belleza, pareja, bulimia, autoestima, la seducción y la vejez.
La actriz cuenta que la pieza también aborda sobre esos mandatos patriarcales sobre ‘el deber ser’ como: “no debes tener panza, tienes que pintarte las canas, además debes ser trabajadora y el sostén de la familia”.
“Pensamos que el clown sería la mejor manera de platicar sobre todo esto que nos han enseñado y cómo lo vivimos. Con la comedia y ternura del clown exigimos y llamamos a la sororidad.
“Quizá no tengamos la respuesta o de cómo cambiar, creo esa es la tarea de cada uno en la reflexión. Pero, 10 años después, sí hemos visto un avance, mujeres y compañeras con un mayor empoderamiento, y no pelearnos, porque luego dicen, ‘es que están en contra de los hombres, y no, estamos en búsqueda de la equidad, queremos los mismos derechos, ni más ni menos, vivimos en un país donde la constitución nos dice que todos somos iguales, vamos a aplicarlo realmente”, indica.
El título de la pieza de Clown
El nombre Fiú-fiú hace referencia a los piropos que una mujer puede recibir a lo largo de su vida y de cómo a muchas no les gustan o se sienten incómodas o con miedo.
“Nos ha pasado que se acerca un hombre, te silva o te dicen ‘qué guapa’, y cuando nosotras expresamos ‘gracias, pero no me chifle o no se me acerque’ se molestan ¿por qué debo agradecerlo o pedir tantito respeto? Mientras no se entienda eso seguiremos exigiendo, porque nos enseñaron a callar, que estaría mejor no exigirlo y convivir en paz”, concluye.
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