La obra “El hámster del presidente” rescata y empodera a las infancias
La obra El hámster del presidente invita a levantar la voz y descubrir el poder de la familia cuando se involucra en lo político, para así combatir las injusticias y cambiar aquello que no está bien
Karina CoronaPara el dramaturgo Saúl Enríquez la reacción de sus dos pequeños ante la injusticia fue primordial para adaptar y llevar a escena El hámster del presidente, cuento infantil del escritor Juan Villoro.
Si bien su familia ya había leído el texto, para el dramaturgo era indispensable que su mensaje se lograra transmitir en la obra que se escenifica en el Teatro Helénico, hasta el 11 de septiembre.
“Como todavía no les dicen a las y los niños ‘esto es normal, así es’, siempre descifran las injusticias. Que mi niño sepa, reaccione y denuncie, para mí es importante; desde el cuento decía ‘están haciendo trampa’, es algo que trato de destacar en la obra, que los niños tomen la voz, tienen cosas importantes qué decir, quizá no tienen nuestra experiencia, pero sí una pureza de la que podemos aprender, recordar y abrazarnos de ella”, resalta Enríquez a Reporte Índigo.
Saúl destaca el papel del hámster en la obra, más allá de una primera lectura como “cuida a tu mascota” o “como uno trata a los animales tratará a sus ciudadanos”, el propósito del pequeño roedor es tocar un tema aún más sensible: el proteger y apoyar a quien te necesite.
“Quise abrir el espectro para que no solamente fuera la relación de un niño con un hámster, sino de una familia que arropa a ese niño y se lanzan a esta gran aventura”, indica.
La historia sucede en un país cuyo presidente usa un abrigo con 117 bolsillos en los que guarda cosas extremadamente importantes, y donde vive Genaro III, un pequeño hámster, secretario particular del presidente y encargado de ayudarlo a relajarse y tomar buenas decisiones.
Cuando Genaro huye, el presidente cae en crisis; sólo Ruy y Romina, su hermana menor, podrán ayudarlo a salvar los dulces del país.
“Cuando Ruy se da cuenta de la situación del hámster hace todo lo posible por rescatarlo, ahí inicia toda una revolución en el país. Lo poderoso de la obra fue involucrar a la familia en temas políticos, yo creo que los ideales de un país se construyen en la familia, del respeto, la colaboración, la honestidad y la no corrupción.
“En familia se lanzan a defender al pequeño animal y a descubrir el destino del presidente. Es una historia para niños, tiene que haber redención, pero lo que quiero dejar claro es que la idea de familia y política se relaciona, a la gente le da miedo esa combinación y creo que tenemos que salirnos de ahí”, explica Saúl Enríquez.
Al vivir en “un mundo adultocentrista”, donde todo está hecho para los adultos, las infancias están en un lugar al que no pertenecen completamente, como los espacios públicos; por ello Hernández quiso rendirles homenaje y que vean que también pueden tomar decisiones importantes como parte del pueblo, por ejemplo, al hacer alianzas y organizarse.
Asimismo, la pieza teatral explora cómo los medios pueden intervenir en las decisiones de la gente.
“Villoro nombró al personaje Ricky Rating, quien nos dice ‘necesito que me mires’, sin importar lo que tenga que hacer, como poner a un hámster a bailar, o cómo se ridiculiza a un político, tampoco es culpa totalmente de los medios, tiene que ver también con nuestro morbo, pero la obra expone justo que muchas cosas están en juego y cómo elegimos la mejor para nosotros.
“Cuando le escribes a un niño también hay un adulto que mira la reacción de su hijo a ese mensaje, dejamos claro que no estamos a favor o en contra de nadie, sino que necesitamos participar, involucrarnos más y buscar la verdad, de pronto, empieza a sonar como una utopía y no, lo dice el lema ‘la verdad nos hará libres’”, concluye.
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