Con tan sólo 19 años, el autor veracruzano Alan Blasco escribió su segunda obra de teatro, Razones para decirte adiós, pieza en la cual habla de cuando le rompieron, por primera vez, el corazón. De aquellos amores pasionales y de creer que al término de esa relación se acabaría también el mundo.
A 10 años de distancia y con una mirada más madura, la pieza del dramaturgo llegará al Teatro Tepeyac.
“Se ha convertido en una de mis dramaturgias más representadas en varios países y me llena de mucho entusiasmo, bendición y sorpresa, porque en ese momento no ejecutaba en forma el oficio del teatro, no pensaba en perspectiva de género, poética, era una catarsis para depositar mis dolencias”, explica el autor a Reporte Índigo.
Blasco retomó parte de las vivencias que escribió a sus 19 años, pero ahora las potencializa y las transita a través de la ficción para llevarlas a escena.
Si bien realizó algunas modificaciones al guión para dejar su visión más madura sobre las relaciones personales, Alan aclara que la esencia del montaje es la misma.
“Apuesto por una versión más ácida, por ende, es más oscura, más incómoda, real, y honesta. Es la apuesta por la palabra y la presencia del actor y la situación, la verdad, la honestidad e intimidad; todo eso con una pincelada de humor negro que me encanta y es importante también reírnos de los vicios, manías y de los propios espejos rotos, porque la vida es demasiado cruel como para ir al teatro y ver una tragedia”, precisa.
Entusiasmados de anunciar el próximo #estreno de #ABproducciones en @tepeyac_teatro “Razones para decirte adiós” comedia negra sobre las relaciones amorosas.
Protagonizada por @LaBermudez y @eduardocordoba_
6 de #noviembre @CarteleraCDMX @ACPT_Mex @TeatrosMX @elteatrocdmx pic.twitter.com/oe6ALMHsFj— Alan Blasco (@AlanBlasco) October 18, 2022
La pieza Razones para decirte adiós desde la ficción
Razones para decirte adiós cuenta la historia de Lola (Patricia Bermúdez) y Lucas (Eduardo Córdoba), una pareja con más de 10 años de estar juntos, que, tras una tormentosa y endeble relación, decide rescatar lo poco que aún le queda en unas vacaciones en la playa, pero una insignificancia da un giro inesperado y es cuando se descubren infidelidades, traumas y secretos que hacen cuestionarse si continúan o terminan dicha relación.
“Es una relación nociva, donde hay falta de comunicación y respeto, violencia pasivo-agresiva, donde la monotonía, la rutina gana y al final quedan dos personajes invadidos por el hartazgo, por la ilusión, pero también la añoranza de recuperar o revivir lo que alguna vez fue”, describe el autor.
Tal como el título lo menciona, la pieza teatral va desarrollando sus motivos para ya no permanecer en una relación, desde aspectos como los ronquidos, la monotonía que pueda causar el vivir juntos, o la falta de intimidad, infidelidades y violencia a la cual se someten día con día.
La obra llega a capas más profundas, donde se ponen a discusión teorías del psicoanálisis y del complejo de Edipo, cuando inconscientemente en las relaciones personales se busca a alguien parecido a la figura materna o paterna.
“Las parejas son grandes maestras de vida, materias de las cuales nos tenemos que graduar, porque tocan todas nuestras fibras, fantasmas y huellas, y si no nos graduamos de eso, el universo nos vuelve a poner en matemáticas 1 para que volvamos a cursar hasta que la pasemos, pero a veces somos bien necios y nos olvidamos de nosotros mismos, del amor propio.
“En las relaciones hacemos mucha pendejada; cuando estamos enamorados decimos: ¿en qué momento me olvidé de mí, quién era antes? Es un espejo muy claro y crudo de lo que somos cuando estamos inmersos en relaciones tan nocivas, cuando no escuchamos ni vemos por más que tengamos las cartas clarísimas”, concluye Alan Blasco.
Te puede interesar: El arte hace libres a las actrices de la obra teatral “Alquimia y Transmutación”