La obra de teatro “Piñata Drink” habla de la violencia en México, pero desde la sátira
En su obra Piñata Drink, Miguel Narro habla sobre la violencia imperante en el país y, para ello, creó un universo colorido. En entrevista, el director platica por qué recurre a la sátira para presentar al público una situación que lo lleve al límite
Karina CoronaHace seis años, cuando el director teatral Miguel Narro vio la película Heli, de Amat Escalante, le sorprendió la manera en la que se abordó la violencia que se vive diariamente en el país y cómo la gente reaccionó ante el asesinato de un hombre y un perro. A partir de ahí quiso llevar esta paradoja al lenguaje teatral partiendo de la pregunta “¿qué importa más, la vida de un ser humano o la de un perro?” Y aunque algunos podrían contestar fácilmente que las dos importan por igual, otros estarían en total desacuerdo. ¿Quién está en lo correcto? Y es en la obra Piñata Drink que es plantea está situación.
“Quise escribir una obra donde se muestran estas dos caras, de personajes que están defendiendo a su ser más querido, una a su hijo y otra a su perro. Tuve que poner una balanza y desde la dramaturgia dar un 50 y 50 para que, al final, el público se vaya con una opinión propia y reflexione sobre las acciones de cada personaje”, cuenta Narro a Reporte Índigo, sobre esta pieza que se presenta en el Foro Lucerna.
En la pieza teatral, Miguel Narro habla de la violencia imperante en México y para ello crea un universo colorido. Un grupo de asesinos se reúne en el restaurante mexicano “Piñata Drink” para planear la muerte de un mataperros, pero su estancia en el lugar desatará conflictos no previstos.
La pieza es abordada desde la sátira a través de las actuaciones del elenco conformado por Renata Milán, Mel Fuentes, Roberto Valdez, Luz Olvera, Alan Escalona, Pamela Ruz y Héctor Sandoval.
“Los personajes hablan desde una manera cruda sobre cómo cometen asesinatos. Me interesa ver cómo reacciona el público ante esto, es como un experimento ante este tipo de personajes hablando tan banal y superficialmente sobre asesinatos”, añade.
Para el director era importante mostrar cómo la violencia ya está normalizada en la sociedad, por ello la crudeza de su pieza.
“Piñata Drink empieza desde lo cómico y de repente toma un giro donde se oscurece, es como una trampa, la gente ríe y ríe y llega un punto en el que dicen ‘no te deberías de reír de esto’, pero esto es nuestro México, nos guste, o no.
Los estereotipos del macho en Piñata Drink
Otra de las reflexiones es acerca de las nuevas masculinidades y los estereotipos que existen. Por ejemplo, el líder de los asesinos porta un traje rosa pastel, toque con el que Narro quiso jugar para darle vuelta a lo que se cree que debería de usar, o no, un hombre.
“Actoralmente, llevamos a este personaje a un punto más sensible para quitarnos estas imágenes. Incluso, alguien me preguntó si era gay, aquí ya dependerá de la concepción de cada persona, pero no es gay; es interesante cómo sólo por una imagen empezamos a estereotipar a las personas”, precisa.
El montaje no plantea estos mensajes desde una mirada juiciosa, sino que el director quiso poner sobre la mesa temas que considera pertinentes para reflexionar sobre la sociedad mexicana, y algunos conceptos como la moral y la ética.
Incluso, también para él mismo, pues considera que ya no es el mismo Miguel de hace seis años, ha cambiado su percepción de la violencia y cómo podría escribirla de la manera más adecuada.
“Antes no dimensionaba toda la violencia que pasaba en la obra, ahora le agregué matices cómicos para aligerarla un poco, porque la violencia en el país sí es algo que me entristece. Con la sátira quiero provocar una reacción incómoda en el público, personalmente no me molesta, cuando soy público una de las emociones que me gusta sentir es lo incómodo, porque me mueve y me lo cuestiono”, puntualiza.