La obra de teatro “La compañera” dignifica el papel de la mujer en la historia

El poder visualizar otro tipo de maternidad es posible, al menos, así lo considera Laura Agorreca, directora de teatro, quien para poder dar voz y visibilidad a muchas mujeres dirige la obra de teatro La compañera, la cual, tras haberse presentado en formato virtual, llega a la Sala Novo, del Teatro La Capilla.

“Esta pieza nos da la posibilidad de reflexionar sobre qué pasa con las mujeres, cómo nos miran, cómo nos miramos, de qué demandas nos hacemos cargo, de cuáles no. Porque la maternidad es todavía una deuda pendiente de los feminismos latinoamericanos, y en eso estamos también, abonando un poco ese diálogo que tiene que darse para encontrar nuestro lugar más auténtico como mujeres madres”, explica Agorreca a Reporte Índigo.

En La compañera, una niña chilena, cuya tarea es exponer logros de algún héroe nacional, cuenta la vida de su madre: Cecilia Magni, mejor conocida como la “Comandanta Tamara”, una mujer que participó en el atentado contra Pinochet y que murió torturada.

Para Agorrea, es la oportunidad para dar visibilidad a esta mujer, sus luchas y todo lo que tuvo que enfrentarse durante una dictadura.

“Aparecen diálogos como la mamá que abandona, la que enseña, la ausente, la que lucha por su hija desaparecida, la que es olvidada en casa. Reunimos estas demandas sociales de ‘cómo debe ser la mujer madre’ y sus necesidades”, explica.

La idea de escribir esta obra surgió en 2019, ante la necesidad de Agorreca y Carla Romero Martínez de hablar sobre el papel de la mujer en la sociedad, la maternidad, la migración, así como las dictaduras y su impronta en Latinoamérica.

“Es un ejercicio de memoria, porque está repleta de signos y de preguntas que, además, al estar puestas desde la perspectiva de una niña, nos permiten cuestionarnos cosas que los adultos y las adultas pasamos por alto, o damos por sentadas”, dice.

Como dramaturga, para Laura también era indispensable hablar de temas difíciles, o que causan dolor,  pero desde la empatía y el humor. “Podemos hablar de las dictaduras, o las partes más difíciles de las relaciones entre madres e hijas, pero de una manera que no duela y no parezca que una se tenga que hacer un tajo en el corazón, sino tender la mano y hablar amorosamente”, sostiene.

Con La compañera también esperan reunir las voces que han sido silenciadas, sobre los crímenes de Estado y heridas que deben salir a la luz.

Para la dramaturga, la historia está muy ligada a la realidad mexicana y los familiares desaparecidos.

“Hay que hablarlo, porque nos genera un poder y es una manera de sanar estas heridas. Y sobre un montón de mujeres que no sabemos el nombre, pero que las vemos luchar día a día, que se levantan también de un dolor y una pérdida, pero que no se detienen solamente a llorar, sino que eso las motiva para salir adelante, para reclamar justicia, para que no vuelva a suceder, encontrar otras mujeres y darse la mano y seguir avanzando”, reflexiona Laura Agorreca.

Sobre la figura de la ‘Comandanta Tamara’

Fue una mujer chilena, quien abandonó todos sus privilegios para tomar las armas y luchar. Tuvo que dejar a su hija bajo el cuidado de su padre.

“La historia ha borrado de los libros a tantas mujeres, por eso necesitamos nombrarlas, porque ¿quién más lo hará? Tratamos de recuperar las propias memorias y reflexionar sobre aquello que se nos ha negado”, detalla.