En las últimas semanas, la policía de Francia ha sumado un nuevo caso de investigación a su agenda: el robo de docenas de hortensias –Hydrangea– en plazas y jardines públicos del país.
Los jóvenes europeos, aludidos como la “Pandilla de Hortensias”, podan los pétalos de estas flores ornamentales originarias de Asia no porque se ven atraídos por su estética, sino para ponerse “high” de forma económica.
Las fuman como si fueran porros de mariguana.
Y es que expertos han confirmado que la sensación que se produce al fumar hortensias es muy similar a los efectos alucinógenos y de euforia que genera el tetrahidrocannabinol (THC), la principal sustancia psicoactiva en el cannabis.
Pero, como afirmó al diario francés Le Matin Kurt Hostettmann, profesor de farmacología de la Universidad de Lausanne, en Suiza, “los efectos secundarios (de fumar esta flor) son muy nocivos para la salud”, pues puede producir trastornos gastrointestinales, problemas respiratorios, aumento del ritmo cardíaco y mareos.
El experto señaló que en dosis altas, las sustancias de la planta se convierten en cianuro de hidrógeno, un componente letal conocido como Zyklon B, que usaron los Nazis en las cámaras de gas para exterminar a los judíos. Esto se traduce en “una muerte rápida por asfixia.”
El Capitán Frederick Evrard, portavoz de la policía regional de Nord-Pas-de-Calais, comentó al diario francés Le Figaro que estas acciones son resultado de la crisis económica que se vive en el país.
“Con la crisis, tenemos la impresión de que las personas ahora están recurriendo a productos naturales, porque los sintéticos son más caros. Si estos hurtadores están relacionados con el consumo de drogas, entonces es el mismo tipo de tendencia como los hongos alucinógenos que se obtienen en la naturaleza”.
De hecho, los hurtos de hortensias también se han registrado en propiedad privada.
“Los rateros vinieron y cortaron mis plantas justo debajo de mi ventana”, dijo Jean Carpentier, residente de un pueblo al noroeste de Francia, a la estación de televisión regional France 3.
“Seguramente se les había informado bien, pues nuestro jardín no es visible desde la calle”, agregó Carpentier.