La noche que U2 sanó un corazón roto en el Super Bowl

La banda irlandesa dio por unos minutos esperanza a un pueblo estadounidense destrozado por los atentados terroristas del 9/11
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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La banda exacta en el momento exacto; no hay mejor manera para definir la actuación de U2 en el Super Bowl XXXVI celebrado en Nuevo Orleans.

Menos de cinco meses atrás, Estados Unidos había sufrido los peores ataques terroristas de su historia en los que perdieron la vida más de 3 mil personas.

El pueblo estadounidense llegaba a la fiesta más grande del futbol americano con un corazón dolido, en cierta manera temeroso y con pocas esperanzas.

Más allá de lo mucho que se le pueda criticar a Estados Unidos y su entonces presidente, George W. Bush, la sociedad estadounidense buscaba sanar.

Aquella noche del 3 de febrero de 2002, Bono apareció cantando entre el público antes de subir al escenario; era su manera de decir “hoy soy uno con ustedes”.

La pieza elegida para abrir el show de medio tiempo fue ‘Beautiful Day’, una canción que habla sobre un hombre que lo ha perdido casi todo, pero que encuentra alegría en lo que aún tiene.

El público no tardó en entregarse a la voz de Bono, la guitarra de The Edge, el bajo de Adam Clayton y la batería de Larry Mullen, quienes esa noche revivieron la esperanza del público.

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Sin embargo, los momentos más emotivos llegaron con la interpretación de ‘MLK’, una dulce canción de cuna en honor a Martin Luther King.

“Duerme, duerme esta noche y quizá tus sueños se harán realidad”, comenzó a cantar el vocalista irlandés, mientras The Edge hacía los coros y detrás de ellos se desplegaba una enorme pantalla.

Cientos de nombres aparecieron detrás de la banda; era el homenaje a las miles de personas que perdieron la vida aquella mañana del 9/11.

Las personas de la lista habían muerto en alguno de los aviones secuestrados, también estaban los bomberos y policías que habían dado su vida durante el rescate y las cientos de personas que perdieron la vida en las desaparecidas Torres Gemelas.

La canción de cuna terminó, el escenario, que asemejaba un corazón, se llenó de luces y el grupo comenzó a tocar ‘Where the Streets Have no Name”, famosa por la guitarra de The Edge.

El público en el estadio y los millones espectadores en sus casas ya estaban entregados por completo, pero fue cuando Bono se abrió la chaqueta y mostró que el forro de ésta eran las barras y estrellas de la bandera; fue en ese momento que la gente alcanzó la catarsis.

Un momento climático que sólo podría haber funcionado con esa banda y en ese momento. Si alguien lo hiciera hoy en día, seguramente sería linchado en las redes.

Históricamente, U2, principalmente Bono, ha sabido leer el momento político y social de las naciones que visitan; aquel momento fue la mejor demostración.

Para muchos estadounidenses este ha sido el mejor medio tiempo de un Super Bowl, y no es para menos; aquella noche, U2 sanó el corazón de un pueblo.

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