Por muerte temprana, y sin estar enfermo, Gabriel Hernández comenta que convivió poco con su padre, Francisco José Hernández Mandujano, mejor conocido como Chico Che, aun así, recuerda que su conexión con él fue a través de la música y los deportes, en especial del béisbol y el motociclismo.
A 33 años del fallecimiento de Chico Che, su sucesor tomó el nombre de Chico Che Chico para rendirle un homenaje a través de una trilogía en la que recopila gran parte de los éxitos de su padre, quien estuvo vigente en la escena musical por casi 20 años.
“Mi padre acumuló alrededor de 40 discos y son muchos temas, todos muy distintos, pero había la inquietud y las ganas de compartir con toda la gente. Ha sido una labor intensa, pero vamos en función de lo que la gente guste”, declara Chico Che Chico.
En entrevista con Reporte Índigo, el joven cantante comparte que está presentando el último álbum de esta trilogía con el sencillo “María Cristina”, canción que grabó con La Sonora Santanera y la cantante María Fernanda.
Se trata de una pieza de la vieja trova, de los tiempos del Trío Matamoros y los grandes sextetos de los años 20 que su padre interpretó e hizo famosa en la década de los 80, por lo que ahora lanza esta versión con mucho respeto y amor.
“Fue todo un honor, como mucha gente, he sido fan de La Santanera, tuve la fortuna de convivir con ellos en el 2020, conocer a Andrés Terrones, uno de los fundadores de los grandes éxitos y ahí surgió la idea de hacer una colaboración y una fusión de estilos”, relata.
Chico Che Chico adelanta que en los próximos meses saldrá el sencillo “Huele a gas”, una cumbia con la cual su padre debutó en el cine mexicano, además de otros temas que fueron grabados en un auditorio en Xalapa, Veracruz.
Un bit distinto de Chico Che Chico
Si bien confiesa que los tiempos han cambiado, el bit se ha acelerado y los sonidos de la actualidad son más electrónicos, la producción de estos materiales se mantiene fiel a la esencia, pero no igual, pues no existe alguien que pueda imitar aquello que realizó su padre, a quien considera ya un ídolo de México.
“Mi padre se ha convertido en parte de la cultura de México a través del mundo digital, de las redes sociales, ahora son los memes y esas canciones y frases como ‘¿Dónde te agarró el temblor?’ o ‘Quién pompo’. Para mí era importante rescatar su legado de canciones, pero que ya no son solamente de él, son del pueblo”, indica.
Chico Che es todo un concepto, no sólo es música tropical, es una temática para burlarse de los problemas cotidianos, una parte romántica y sensible, una faceta social que sigue vigente en la realidad política de hoy, una parte festiva de alta complejidad musical.
“No solamente eran canciones chuscas, sino que en esos 20 años grabó canciones con mensaje social, de protesta, temática campesina, yo creo que eso fue lo que le dio un peso y trasfondo de la cultura. Hoy en día tratamos de compartir este legado con una nueva generación que está escuchando su música”, explica.
De acuerdo con el cantante, su padre, al usar un overol, era la imagen del pueblo que a través de su música reflejaba la realidad de la gente. Con su vestimenta y canciones plasmó las crónicas de los grandes personajes de la ciudad.
“Consideraba el overol como una pieza que caracterizaba a la clase trabajadora, eso le dio una identidad para que la gente se viera reflejada, era un personaje sencillo, pero con un discurso muy poderoso, porque hablaba de las situaciones sociales de los personajes de la época”, platica.
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