El domingo por la mañana, el periódico Times of India reportó que Malavath Purna, una joven de 13 años, y Anand Kumar, de 16, habían alcanzado la cima del Monte Everest después de 52 días de trayecto, patrocinados por la Sociedad Educativa de Bienestar Social Andhra Pradesh.
Así, Malavath se convirtió en la mujer más joven en escalar la montaña, tomando el puesto previamente ocupado por Nima Chemji Sherpa, joven de Nepal que en el 2012 consiguió la hazaña, a los 16 años.
Es un logro digno de reconocerse, pero sumamente peligroso. Más de 300 personas han muerto intentando lograrlo desde el primer ascenso exitoso en 1953. El peligro es en parte porque el aire por encima de los 7 mil 900 metros de altura no contiene suficiente oxígeno para la supervivencia humana, y en parte por la constante amenaza de avalanchas.
Hace solo un mes, 16 guías nepaleses fallecieron en una de ellas, lo que provocó el cierre del paso al Everest desde ese país.
Además, la corta edad de Malavath es considerada un gran impedimento. De hecho, desde el 2010 las autoridades de Nepal –donde se encuentra el camino más fácil para escalarlo– prohibieron que menores de 16 años suban al Everest. Por ello, Malavath y Nima subieron los 8 mil 848 metros desde el lado tibetano de la montaña, donde las reglas son más laxas, aunque con ayuda de un guía nepalí.
Mingma Sherpa, el guía, ha ascendido a los 14 picos del mundo con más de 8 mil metros de altura, y llamó a la hazaña de Malavath “un logro para alguien tan joven”. También mencionó a AFP que “no es fácil obtener un récord así”.
La joven y su compañero fueron seleccionados entre 150 niños “ (…) elegidos para deportes de aventura, como parte de la iniciativa de la sociedad para promover la excelencia en los estudiantes del grupo”. El resto de sus compañeros realizaron expediciones menos arriesgadas.
