El Alzheimer fue descubierto en 1906 por Emil Kraepelin y Alois Alzheimer, más de 100 años después, las causas de este padecimiento aún no son conocidas por completo.
Hasta ahora no había una manera de poder diagnosticarla hasta que aparecían los primeros síntomas visibles (pérdida progresiva de memoria y otras capacidades mentales), pero un grupo de investigadores está cerca de lograrlo.
Como parte de una asociación internacional de investigación conocida como DIAN (Dominantly Inherited Alzheimer’s Network), científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, y otros en Reino Unido y Australia, evaluaron una variedad de marcadores pre-sintomáticos del padecimiento en 128 sujetos de familias genéticamente predispuestas a desarrollarla. Los participantes del estudio tienen 50 por ciento de posibilidades de heredar a edad muy temprana una de las tres mutaciones que causan la enfermedad.
Los investigadores usaron la historia médica de los padres de los sujetos para estimar la edad del inicio de los síntomas en estos, así los científicos lograron hacer una línea del tiempo de los cambios en el cerebro que llevan a la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo que caracterizan a la enfermedad.
“En el cerebro comienzan una serie de cambios décadas antes de que los síntomas de Alzheimer sean percibidos por pacientes o familiares, y esta cascada de eventos puede proporcionar una línea del tiempo de cuándo aparecen estos”, dice Randall Bateman, profesor de neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y primer autor del estudio.
El primero de estos cambios es la caída en los niveles de líquido cefalorraquídeo del ingrediente clave de las placas de Alzheimer que se forman en el cerebro. Este primer síntoma es crucial y podría ser detectado hasta 25 años antes de la edad prevista de inicio de la enfermedad.
Los otros síntomas detectados por el estudio en el que se sometió a los participantes a pruebas de sangre, escáneres cerebrales y evaluaciones de la capacidad mental de cada uno, son niveles elevados de Tau, una proteína estructural en las células cerebrales. Este cambio aparece 15 años antes que los síntomas de la enfermedad.
Se da un encogimiento en estructuras claves del cerebro que se vuelve discernible también desde 15 años antes.
Disminución del uso de glucosa en el cerebro y alteraciones leves en un tipo específico de memoria pueden ser detectados 10 años antes.
“Conforme vamos aprendiendo más de los orígenes del Alzheimer podemos planear tratamientos preventivos, esta línea del tiempo será muy valiosa para pruebas de medicamentos que resulten exitosas”, afirma Bateman y añade que los nuevos datos muestran que las placas se vuelven visibles en los escáneres cerebrales 15 años antes de que los problemas de memoria se hagan evidentes. Con estos resultados, los investigadores de DIAN planean dar tratamientos para remover o bloquear la formación de estas placas desde la primera etapa de progresión y monitorear a los sujetos para ver no solo si éstas pueden ser reducidas o incluso prevenidas, sino también para ver si mejoran otros biomarcadores de Alzheimer que están siendo medidos en el estudio.
“Estos resultados son los primeros en confirmar lo que habíamos sospechado por mucho tiempo, que la aparición de la enfermedad comienza años antes del primer signo de deterioro cognitivo o pérdida de memoria”, dice Laurie Ryan, directora del programa de pruebas clínicas del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.