La llegada masiva de sargazo, que ha provocado afectaciones en la economía y en el medio ambiente, comienza a ser vista por empresarios y emprendedores como otra fuente de recursos además del turismo, en Quintana Roo, en áreas como la construcción o la farmacéutica.
El nombre de esta vivienda es “Angelita” en memoria de la madre de su constructor, Omar Vásquez Sánchez, quien además de desarrollar una técnica que permite elaborar tabiques de sargazo, ha comenzado a donar casas de este material a personas de bajos recursos.
“Está hecha con el 60 por ciento de sargazo, el otro 40 es materia orgánica, no utilizamos cemento ni pegamentos. Todo es 100 por ciento natural, no te podría decir qué y qué porque bueno, está patentada y es mi fórmula. Pero es cómo nació y tiene beneficios que un bloque convencional de cemento no tiene”, dice Vásquez, sobre la fórmula de sus bloques.
La idea nació después de que Omar fuera despedido como recolector de sargazo. Dice que sus tabiques son resistentes a fenómenos naturales como huracanes y más baratos que uno hecho de cemento; y ya tiene una fábrica artesanal donde los elabora.
“Estamos hablando de un 30 por ciento más barato a un bloque convencional, los beneficios son que es térmico, 100 por ciento orgánico y mejora la acústica. Esto lo que te hace es que te aísla el ruido”, explica.
Además de construir a “Angelita”, la primera casa donada fue entregada el 16 de enero en el poblado de Leona Vicario a la familia conformada por Ismael y Mónica, con seis niños pequeños, quienes perdieron su vivienda en un incendio y no recibieron ninguna ayuda por parte de las autoridades.
“Estamos construyendo la segunda de donación y gracias a Dios ya se está comercializando. Hay un desarrollo en Tulum, Adora Tulum, que es de alta gama, el primero en el mundo, que va a utilizar nuestros bloques para muchas áreas de construcción”, comenta.
La otra vivienda que donará es para una familia de la tercera edad compuesta por Julieta y Jorge que tienen dos hijos, uno con síndrome de Down y otro en estado vegetal, explica.
Los primeros bloques de Omar eran realizados de manera artesanal y ahora ya está industrializando su producto con una máquina y trabajan cuatro personas.
“Nosotros damos trabajo a personas con problemas de adiciones al alcohol, drogas y ansiedad. Todo tipo de gente es bienvenida a sumarse a trabajar”, señala.
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Más ayuda, más proyectos
Miguel Ángel Diego, presidente del Consejo Asesor del Parque Nacional del Arrecife de Puerto Morelos e integrante de la iniciativa Protocolo Puerto Morelos, explica que ya hay empresarios trabajando en cómo comercial con el sargazo.
“Tenemos ya varios proyectos que se están formulando, ha habido ya varias personas que se han sumado al proyecto del protocolo de Puerto Morelos, principalmente para contribuir y para formar una serie de industrias que se pueden desarrollar.
“Ya tenemos industriales que están trabajando en el orden de crear cosméticos a base de sargazo, también estamos con industriales que ya tienen proyectos acerca de formular ciertos materiales de construcción del sargazo usándolo como un componente y agregándolo con resinas para darle una consistencia que pueda ser utilizada en diferentes ramos de la construcción que van desde formas de tabiques para casas, hasta los durmientes del tren maya, si queremos”, dice.
El también representante de la propiedad de Zoëtry Paraíso de la Bonita, dice que hay una serie de usos que se le puede dar al sargazo y ahora se están concentrando en crear la materia prima, que es básicamente procesar el sargazo a través de cientos de mecanismos de secado y de molido.
“Una materia prima que las otras industrias lo puedan usar como su base para diferentes áreas, ya sean cosméticos, ya sea la parte farmacéutica, la parte de construcción y de esa manera darle un uso al sargazo que nos está llegando”, señala.
Rosa Rodríguez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, Unidad Puerto Morelos, tiene claro que la industrialización del sargazo es importante para resolver el problema que está causando.
“Si queremos resolver esto a largo plazo necesitamos industrias que procesen el sargazo, esa sería nuestra oportunidad. Tenemos un problema, busquemos oportunidades, ya se le han encontrado muchos usos al sargazo.
“Pero ya está ahí la oportunidad, aprovechémosla y demos otra industria al estado de Quintana Roo, que no dependamos sólo del turismo, sino que algo que nos está afectando ahora tomémoslo y saquemos provecho”, dice la maestra en Ciencias del Mar de la UNAM.
Entre las zonas turísticas más impactadas de la Rivera Maya se encuentra Tulum, Playa de Carmen, Puerto Morelos, Cozumel y Cancún, aunque también la alga ha recalado en Mahahual de manera importante.
De acuerdo con especialistas, el sargazo que llega al caribe se origina en el Atlántico a la altura de Brasil, pero en los últimos años se ha desplazado de manera masiva hacia el caribe, ocasionando mortandad de especies marinas.