Duele que una empresa como Gibson se encuentre al borde la bancarrota. No sólo es doloroso para la industria, sino también para los millones de fanáticos del rock alrededor del mundo; y es que la empresa que siempre se diferenció por innovar, hoy parece estar estancada.
Junto con Fender, Gibson forma parte de la columna vertebral del rock, sin embargo, durante los último meses la compañía ha esta luchando para liberarse de las deudas que la aquejan, según un reporte reciente del Nashville Post.
Sin embargo, las deudas son el menor problema de Gibson, su verdadera preocupación recae en que la venta de guitarras eléctricas ha decaído en los último años, mientras ha crecido la popularidad de género sintéticos como el hip-hop o la música electrónica.
Basta con ver las estadísticas recientes, la cuales muestran que el rap superó al rock como el género de música más escuchado en Estados Unidos durante el año pasado; basta echar un vistazo a los nominados y ganadores del Grammy 2018.
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La firma de análisis Nielsen Music señala que ocho de cada 10 artistas más escuchados de 2017 fueron ubicados en la categoría de R&B/hip-hop, al igual que siete de los 10 mejores álbumes.
¿Dónde esta el héroe de la guitarra de esta generación? ¿Quién podría llenar en este momento ese lugar? Lejos quedó Jack White, probablemente el último guitarrista que marcó época. Claro que siguen vivos guitarristas de la vieja escuela, pero dónde está el relevo generacional.
Gibson ha sido la marca predilecta de guitarristas como Jimmy Page, Eric Clapton, Jeff Beck, Paul McCartney y Slash, sin embargo, esos son ídolos de ayer.
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Hace décadas, las viejas generaciones veían con recelo a la guitarra eléctrica y se preguntaban para qué serviría algo así; hoy en día, Gibson mira de esa manera a los adelantos tecnológicos y a la música hecha en un ordenador.
Por ejemplo, Spotify, Google, Sony e IBM han creado inteligencias artificiales capaces de crear melodías por cuenta propia. Gibson podría voltear hacia estos proyecto y aceptar los cambios en lugar de ahogarse a consecuencia de estos.
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Google y su Project Magenta, por ejemplo, no tiene la intención de sustituir a los músicos, sino de complementarlos con instrumentos que se combinan con inteligencia artificial.
Quizá el próximo héroe de la guitarra está esperando la tecnología adecuada para deslumbrar al mundo.
