‘La gente anda diciendo’
Con más de un millón se seguidores, este proyecto digital, que recopila frases en la vía pública con el objetivo de recuperar la forma en la que las personas hablan, busca impactar en más vidas a nivel mundial
Luz RangelMiles de frases entrecomilladas, con la edad aproximada de quien lo dijo y la ubicación, pueden recorrer América Latina gracias a Facebook, Twitter e Instagram y volverse virales. Así funciona el proyecto de Ezequiel Mandelbaum y Tatiana Goldman: La gente anda diciendo.
Lo que empezó en una charla de café, tomó forma en el mundo digital. El éxito fue tal que hoy hay dos libros publicados y un Sol de Oro en el Festival Iberoamericano de Publicidad, en la categoría Creatividad Independiente en Redes Sociales.
El origen es Argentino, pero México es el segundo país en el que La gente anda diciendo tiene mayor presencia, pues cuenta con más de un millón de seguidores. Después sigue Colombia, Chile, Perú, Uruguay, Ecuador y Paraguay, incluso, ha tenido alcance en el continente europeo.
En entrevista con Reporte Índigo, Ezequiel Mandelbaum recuerda que fue el 8 de diciembre de 2011 cuando nació la idea, en un bar de Buenos Aires.
El creativo publicitario, que también estudió Filosofía por dos años, resalta la importancia de la curiosidad y el humor en La gente anda diciendo.
“No es que escucháramos toda la conversación, sino que aparecían como frases sueltas de repente, fragmentos que nos daban curiosidad y que, a la vez, sin conocer la historia, nos causaban gracia”, recuerda.
Mandelbaum encuentra relación entre ambos campos de estudio por algo que en publicidad se conoce como insight. Lo filosófico viene de la verdad que hay en cada frase.
“Hay que encontrar un poco en estas pequeñas verdades, algo más profundo, que nos identifique a todos como sociedad, como gente. Porque en general, uno lee una frase y hay algo muy particular”, señala.
En ese momento comenzó el proyecto de hacer una recopilación de frases que se dicen en la vía pública, con el objetivo de recuperar la forma en la que las personas hablan en sus pláticas cotidianas y así registrar las palabras que se usan y los temas que le interesan a la gente.
“En la calle, en el bus, colectivo, el subte, en un shopping, qué sé yo. Pasan en todos lados, nos dimos cuenta de que era algo muy cotidiano, estas composiciones que por algún motivo impactan y después se pierden. Entonces dijimos ‘¿qué pasa si empezamos a recopilarlas, a anotarlas, a escribirlas?’”, revela.
Desde un principio, Ezequiel y Tatiana pensaron en grande. Inicialmente, la idea era hacer un libro, sin pasar por el gran empuje que representó el mundo digital. De cualquier forma, se dieron cuenta que era necesario tomar nota tan pronto se escuchara a alguien pronunciar una frase.
“Salimos del bar y de lo primero que nos dimos cuenta fue de que nos habíamos olvidado de todo lo que habían dicho en la mesa de al lado. Esa fue una de las primeras claves que tuvimos para hacer el proyecto: hay que anotar en el momento”, explica Ezequiel, y añade que a veces la propia redacción arruina las frases, pues otro requisito es la espontaneidad.
Al salir del bar, recuerda que él y Tatiana pasaron por un taller mecánico y escucharon que uno de los trabajadores le dijo a otro ‘Es cobardía y no otra cosa’. Esa fue la primera frase.
“Uno no entiende de qué es lo que se está hablando, pero sí te puedes identificar. Yo sé que hay cosas que son cobardía y no otra cosa”, platica entre risas.
A partir de ahí, Ezequiel y Tatiana, cada uno por su cuenta, empezaron a escribir las frases que escuchaban por nueve meses. Para agosto de 2012 ya habían juntado 150 frases.
“Las leímos y nos dimos cuenta que lo que habíamos pensado al principio tenía sentido, funcionaba. De ahí decidimos compartirlas en una página de Facebook. Creamos estos cartelitos y lo que pasó fue bastante mágico, porque compartimos la página a unos amigos y cuando regresamos ya tenía muchos seguidores y al día siguiente había mil, a la semana había 3 mil y empezó a crecer muchísimo, de forma exponencial”, expresa.
Antes de hacer el lanzamiento, evaluaron diferentes opciones para dar nombre a este proyecto. Hoy Ezequiel está convencido de que él y Tatiana no se equivocaron al decidir, porque La gente anda diciendo refuerza la identidad del proyecto.
Colaborar para crecer
Ezequiel sabe que el éxito no se construye solo. Está convencido de que las colaboraciones que reciben de la gente influyen mucho en el crecimiento y recibimiento en redes. Eso ha ocasionado, incluso, que haya un administrador de las páginas, o community manager, y que tanto él y Tatiana se conviertan en una especie de curadores.
“El proyecto continúa con nosotros dos, tenemos a una chica que colabora sobre todo en la recepción de las frases. Nosotros pasamos a hacer la función de curadores, porque llegamos a recibir cerca de 500 frases por día de Argentina y otros países”, cuenta el creador.
Parte de la esencia de La gente anda diciendo es la capacidad de retratar problemas que pueden ser muy dramáticos, pero se expresan con humor.
“En las colaboraciones de la gente recibimos las frases de forma espontánea, nunca damos indicaciones de lo que se tiene que poner”, responde. Las únicas frases que no se permiten son aquellas sobre partidos políticos.
Sin embargo, La gente anda diciendo no es un proyecto aje- ‘La gente anda diciendo’ no a los acontecimientos diarios, importantes y que forman parte de la historia. Prueba de ello son los libros de 2013 y 2015.
Son tantas frases de La gente anda diciendo que Ezequiel no puede elegir a su favorita, aunque para elaborar los libros sí fue necesaria una selección.
“En 2013 sacamos el primer libro con un tiraje de 2 mil ejemplares. Fue una experiencia súper linda, además de que tiene una selección con las mejores frases. Lo que hicimos fue que estuvieron todas conectadas con todas, como si fuera una gran conversación. Le fue muy bien, se volvió a imprimir dos veces más”, asegura.
En 2015 llegó la segunda publicación con la misma estructura y diseño, pero con la intención de recuperar frases de la época.
Ezequiel adelanta que el siguiente proyecto es realizar cuentos. “Siempre estamos viendo de alguna u otra forma cómo se puede o hasta dónde podemos llegar”, finaliza.