La fuerza del Ballet Hispánico llegará al Cervantino

La agrupación proveniente de Nueva York tiene como misión romper estereotipos y difundir la cultura latina, principalmente en Estados Unidos
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Fundado en 1970 por Tina Ramírez, quien fue coreógrafa flamenca y también participó en muchos musicales en Estados Unidos, el Ballet Hispánico llegará el domingo para presentarse el último día de la edición 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

Ramírez inició esta compañía en Nueva York, en una época difícil, en el auge de los movimientos sociales de aquella época. Sus primeras alumnas fueron seis niñas de comunidades sin recursos, a quienes les dio la oportunidad de cambiar su vida a través de la danza.

Ahora ya cumplieron 53 años, ya no solo es el ballet, sino una organización internacional con 16 bailarines, una escuela para niños con mil 200 alumnos al año y programas educativos en escuelas públicas en Nueva York y otras zonas.

“Seguimos teniendo esos problemas de reconocimiento, Latinoamérica no es una cosa, somos muchos, hay diversidad, una bendición para la compañía. Fui bailarín por 10 años, lo que traigo a la compañía es una visión de ver la necesidad de la latinidad en los Estados Unidos, porque somos muchos inmigrantes y todavía seguimos luchando contra los estereotipos sobre qué es un latino”, explica Eduardo Vilaro, CEO de la compañía.

El Ballet Hispánico ofrecerá su arte el domingo 29 de octubre, a las 12:00 horas, en el Teatro Juárez, a través de coreografías que hablan de la diversidad “y de la importancia de la cultura como la que dejamos cuando nos fuimos de nuestros países y la que estamos creando en los Estados Unidos como latinos”, explica Vilaro.

Una de las coreografías que presentarán será “Línea Recta”, de Annabelle López Ochoa, pieza con la que quería conectarse con el flamenco, porque cuando vivió en Holanda no podía hablar español, así que fue una forma de resistencia, en la que combina con pasos contemporáneos con ballet clásico.

También se ofrecerá una pieza de Michelle Manzanales, en la que explora la vida y el legado de Sor Juana. La decisión de presentarla es porque en Estados Unidos no es conocida la poetisa.

“Sor Juana es una obra de imágenes de la vida de esta mujer, no es un ballet completo, pero habla de partes de su vida muy importantes para resaltar su escritura”, cuenta Vilaro.

El programa cerrará con la pieza “18+1”, la cual celebra los 19 años de Gustavo Ramírez Sansano como coreógrafo.

“Esta pieza es una obra fuerte, atlética, con música de Pérez Prado y con otras canciones de esa época. No hay movimiento total, es un lenguaje contemporáneo y al final enseña algunos pasos de mambo, para decir que sí podemos hacer arte con nuestra música”, considera Eduardo.

Estas coreografías serán ejemplo del trabajo que hace el Ballet Hispánico para vencer los estereotipos y enseñar la latinidad en Estados Unidos y otras partes del mundo.

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