Ir al cine es una experiencia que comienza al salir de casa, llegar al lugar, tomar la butaca y previamente haber pasado a la dulcería para comprar palomitas. Además, estar en un espacio con desconocidos, anticipando el momento en el que se atenuarán las luces y comenzará el viaje audiovisual.
“A mí me gusta el cine, me gusta la experiencia de sentarme en una sala llena de extraños y compartir dos horas, sin celulares, sin distracciones, sin niños. Entonces sí, siempre voy a defender la distribución convencional del cine, y espero que nunca desaparezca, pero la realidad es que las cosas están cambiando mucho cada día”, explica el cineasta Alonso Ruizpalacios.
Con la próxima llegada de Roma, la más reciente producción de Alfonso Cuarón, a Netflix, se está volteando a ver a estos servicios como los competidores en la distribución de contenidos. Aunque esta fórmula, que ahora parece aprovechar el mercado mexicano, ya tiene tiempo funcionando en otras partes del mundo.
Otro ejemplo reciente fue la cinta de ciencia ficción Aniquilación que protagonizó Natalie Portman, la cual se estrenó el 23 de febrero en mercados selectos de China, Estados Unidos y Canadá de este año y a menos de un mes de su exhibición pasó directamente a Netflix, lo que no complació a su director.
“Es una decepción realmente. Hicimos la película para cine, pero desde mi punto de vista y el colectivo de las personas que la hicieron, fue hecha para ser vista en una gran pantalla”, dijo el director del filme Alex Garland para Collider, en diciembre pasado.
Lo que le importa primordialmente a los realizadores es que su contenido sea visto, y si es por medio del streaming, no queda de otra que adaptarse a las nuevas reglas del negocio, de esto están conscientes los inversionistas mexicanos.
“Todos hacemos películas para que se vean en una gran pantalla, lo que más nos gusta es que los espectadores vayan al cine, pero si ellos no van y la oferta está ahí y la gente la va ver ahí (…) las cosas cambian y tenemos que tratar de procurarnos de eso”, indica el productor de cine Roberto Fiesco, en entrevista para Reporte Índigo.
Alfonso Cuarón ha defendido que Roma pase casi directamente al streaming, porque sabe que ahí será vista por millones de espectadores a futuro, lo que le conseguirá un mejor posicionamiento.
“Las ventanas son irrelevantes (…) yo en mi vida quizás he visto más películas en formatos digitales que en salas de cine y he ido mucho al cine”, expresó el director mexicano cuando visitó el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en septiembre.
Ahora será cuestión de tiempo ver que otros cineastas se suman a vender sus producciones a los servicios de streaming, pero queda la duda sobre cómo esto puede ser redituable para los productores.
Recuperando parte de la inversión
Cuando una película se exhibe en salas, siempre es como una moneda al aire el saber si es que se podrá recuperar el costo de producción. En el caso de Roma que, de acuerdo con el sitio IndieWire, tuvo un costo de 15 millones de dólares, fue adquirida por 20 millones de dólares, según reportó el portal especializado en cine.
“Es una película barata para el estándar gringo, es una película muy cara (para México), es la película más cara que se ha filmado en México jamás”, precisa Fiesco
Aunque el productor admite que no siempre sucede que las compañías digitales paguen lo que costó la película, todo depende de la negociación. Por ejemplo, explica el productor mexicano, si un filme costó 10 pesos, las plataformas streaming terminan pagando menos por él.
Fiesco señala que el cine independiente es castigado en el país, porque hay ocasiones en las que no se logra recuperar la inversión en taquilla y todo se vuelve números rojos. Eso fue lo que pasó con la cinta que él produjo Yo soy la felicidad de este mundo (2014), que pasó a Netflix acabada su corrida comercial y el pago solventó la producción.
“ Si e s mucho más de lo que ganamos en salas cinematográficas. El costo de la película se cubrió gracias a la plataforma”, revela Roberto Fiesco.
Los pioneros mexicanos del nuevo mercado
Entre las producciones nacionales que pasan directo a streaming o con un estreno limitado en salas, están las siguientes películas independientes.
El elegido (2016)
La película que habla del asesinato de León Trotsky fue de las primeras en entrar a Netflix, sólo tuvo un paso breve en salas independientes. Los realizadores sabían que así lograrían llegar a más público y recuperarían parte del dinero de la producción.
Ayotzinapa: El paso de la Tortuga (2017)
El documental financiado por Guillermo del Toro estuvo en la gira Ambulante, pero casi de inmediato se transmitió por TV UNAM, ya que la máxima casa de estudios también tuvo un aporte económico y se buscaba exponer la denuncia social a más mexicanos, a través de la televisión.
Museo (2018)
La cinta, que tuvo un costo de producción de alrededor de 60 millones de pesos, inicia hoy su corrida comercial en salas mexicanas y llegará a cines latinoamericanos el resto del año. YouTube Originals la tendrá en exclusiva una vez terminado su recorrido en taquilla.
Roma (2018)
El trato de venta a Netflix del largometraje de Alfonso Cuarón se logró en abril pasado. La película tuvo una breve corrida comercial en el Cine Tonalá para colarse en la selección a Mejor Película Extranjera que propuso la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para los premios Oscar.
Nuevas posibilidades de consumo
El que una película vaya directo a streaming o pase por pocas salas de cine, es una manera de ofrecerle al público la posibilidad de acercarse al séptimo arte. Ante esta apertura, Jesús Chavarría apoya la idea de que existan más opciones.
“Contra el estreno de tanto blockbuster hay muchos directores que ya no pueden estrenar cuando ellos quieren o encuentran mucho menos espacios en la cartelera mundial para sus películas si no tienen que ver con superhéroes, efectos especiales, o pertenecen a alguna saga importante. Por eso muchos directores empezaron a migrar no sólo a plataformas como Netflix, sino también a la televisión”, argumenta el crítico de cine.
De esta nueva forma de consumir cine, Fiesco asegura que las grandes exhibidoras no están conformes con ellos ni tampoco las instituciones gubernamentales que inyectan dinero a las producciones fílmicas.
“Sin duda, a Cinépolis y Cinemex no les gusta nada, en absoluto y tampoco los que entregan los fondos públicos están de acuerdo, porque al final están diciendo ‘bueno, están haciendo películas para que entren directamente a una plataforma, mejor que las plataformas les paguen por hacer películas’”, explica el productor.
El Cine es primero
Estrenar en cines, recuperar el costo del filme, generar ganancia y hacer que el público llegue al contenido, son algunas de las metas a conseguir por los realizadores. Todo eso estaba cubierto para los productores de Museo cuando hicieron su trato con YouTube Originals.
“Para nosotros, digamos que era un requisito para poder vender esta película, colocarla en distintos medios y que tuviéramos la posibilidad de mostrarla en salas de cine, fue algo que nunca estuvimos dispuestos a sacrificar, fuera el cheque que fuera”, añade Gerardo Gatica, quien fue parte de los productores del largometraje que estelariza Gael García Bernal.
¿Cuál es el futuro del cine con las compañías del streaming? Al parecer, a Amazon y Netflix les interesa además de consolidar reconocimiento y colarse a las premiaciones internacionales, tener sus propias salas de cine, ya que algunos certámenes exigen corridas comerciales, lo que sería un negocio redondo en la industria fílmica.
Roma, ¿en Cineteca?
Netflix y los productores de Roma no han dado una fecha exacta de cuándo es que llegará la cinta de Cuarón a la plataforma digital, sólo se sabe que será en diciembre. Entre los rumores que se manejan, está el de que la película podría llegar a la Cineteca Nacional, aunque tampoco se tiene un dato exacto de cuándo ocurriría esto.
Y Del Toro también
Recientemente, Guillermo del Toro anunció que está por producir, escribir y dirigir una nueva adaptación de Pinocho exclusivamente para Netflix. El proyecto será realizado en animación, cuadro por cuadro, en conjunto con The Jim Henson Company, mismo que creó Los Muppets.
“Ninguna forma de arte ha influido en mi vida y en mi trabajo más que la animación, y ningún personaje en la historia ha tenido una conexión personal tan profunda como Pinocho”, dijo el cineasta mexicano en un comunicado.