¿Tu hijo no está creciendo? ¿Es más pequeño que los niños de su edad? Puede que sufra de talla baja, una interrupción en el desarrollo normal que se debe a muchos factores, desde psicológicos como estrés y depresión, hasta problemas serios de salud como cardiopatías, enfermedades intestinales, hepáticas o hipotiroidismo.
Por un lado, los factores genéticos regulan no sólo la talla y morfología potencial de un individuo, sino también el ritmo y velocidad del crecimiento.
El medio ambiente, por su parte, condiciona la expresión del genotipo, y entre ambos determinan el fenotipo o características observables de los individuos. En este sentido, un ambiente favorable contribuye a una convergencia más rápida hacia los estándares de talla latentes de una población.
“Talla baja es un término que se aplica para los niños que están teniendo una estatura menor al promedio. La definición como tal es que si nosotros formáramos a 100 niños en una fila, el 50 por ciento estaría en una estatura que le llaman la media, el 25 por ciento sería más alto que la media, y el resto estaría por debajo de la media”, explica, en entrevista con Reporte Índigo, Armando Blanco López, endocrinólogo pediatra.
Para cada uno de los tres grupos, se conoce un promedio de estatura determinado, para ello, están unas gráficas que se llaman las Tablas del Crecimiento, que contienen la información necesaria para llevar un registro de los niños.
El endocrinólogo pediatra asegura que las causas más frecuentes para que los niños padezcan talla baja, son las enfermedades más comunes.
“Si un niño tiene una enferme dad crónica, por ejemplo, como una parasitosis intestinal, pero la tiene por un periodo largo, puede afectar su velocidad de crecimiento”, sentencia el experto.
“Es decir, mientras el niño esté sano, tendrá una buena velocidad de crecimiento, y ese es el mejor indicador del estado de salud. Por ejemplo, los niños en la etapa escolar, que es un periodo que empieza desde los 5 años hasta que llegan al brote de la pubertad, normalmente, crecen de 4 a 7 centímetros en un año, y si el niño está creciendo menos que eso, por ejemplo, si crece dos o tres centímetros, podría ser por cualquier enfermedad”, indica Blanco López.
Las hormonas también juegan un papel importante para hacer que los niños crezcan o no, de acuerdo con su edad. La falta de algunas hormonas puede provocar que crezcan mal o hacer que lo hagan menos de lo que les corresponde.
Mientras que en los hombres, el brote de la pubertad, en pro- medio, comienza dos años más tarde que en las mujeres, es decir entre las 11 y medio y 12 y medio, edad en la que el crecimiento es acelerado, llegan aumentar hasta 14 centímetros anuales, ya cuando está completo, el crecimiento se vuelve muy lento, como entre los 18 y 19 años.
¿Cómo identificar el problema?
El principal motivo de la consulta del niño que tiene talla baja, es porque los papás lo notaron y tiene que ver con los promedios, con la comparación que se hace con otros niños de su edad.
“Llegan al consultorio y dicen ‘es que su hermanito a esa edad estaba creciendo mejor’, o ‘en el salón se está quedando con los de adelante y antes estaba más en medio de la fila y ahora que regresaron a clases está más adelante, con los más bajitos’. Entonces, esa es una forma en cómo los papás comúnmente identifican el problema”, narra el experto.
Para Blanco López, la velocidad de crecimiento es el mejor indicador del estado de salud del niño, si el pequeño está creciendo lo que le corresponde a esa edad, se puede pensar que es un niño sano, pero si está creciendo menos, se debe identificar el problema rápidamente.
“Depende mucho de la causa, si el niño tiene un problema alérgico, pues hay que resolverlo porque mientras avance, le traerá más complicaciones. Si el niño lo que tiene es un problema de los riñones, pues lo mismo, o del corazón o alguna otra cosa que le esté afectado su salud, sobre todo, lo más frecuente es el estado nutricional”, considera el endocrinólogo pediatra.
Los mitos son otro de los problemas que impiden un diagnóstico oportuno en México, porque con el famoso “estirón”, que es una etapa real en el que los niños se desarrollan con mayor velocidad, pero independiente- mente de esto, los niños deben mantener una taza de crecimiento constante y llevar un control adecuado para conocer la talla blanco promedio.
La talla baja es el resultado de otros problemas que se tienen que resolver urgentemente para que no generen más complicaciones en la vida de los pequeños.
“En ocasiones, probablemente el niño esté sano y esté bien, simplemente sólo es más bajito que los primos, amigos o compañeros del colegio, pero si los padres tiene duda, es importan- te que los llevan al especialista, en este caso al pediatra, para que los puedan medir y comparar con las gráficas de crecimiento y si es necesario, empezar a hacer algunas pruebas más profundas para identificar la causa del tras- torno del crecimiento”, finaliza el experto.