La elegancia de Cartier llega al Museo Jumex; exhiben piezas icónicas de María Félix

Más de 160 piezas de la Colección Cartier se exhiben en el Museo Jumex como parte de la exposición El diseño de Cartier: Un legado vivo. Varias de ellas dan cuenta de momentos históricos importantes o de figuras claves del mundo, como las que le pertenecieron a María Félix
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Las salas del Museo Jumex se transforman en minas, en cavernas que esconden tesoros preciosos dignos de encontrarse. Aunque la luz es poca, a lo lejos se perciben brillos y destellos, joyas que emergen de la tierra. Broche de clip Pirámide, de 1935, es la pieza que abre este recorrido cronológico en la exposición El diseño de Cartier: Un legado vivo.

Provenientes de la Colección Cartier, así como de colecciones privadas y documentos de archivo, estas 160 piezas ayudarán a que el visitante entienda cómo ha evolucionado y se ha posicionado el “estilo Cartier”, que actualmente es muy distintivo, y cómo desde un principio hubo una serie de innovaciones con materiales, como el platino, que permitieron tener una pureza y fineza en las joyas, lo que fue muy innovador en su momento.

“Los primeros años y el nacimiento de un estilo”, “Curiosidad universal”, “El gusto de Jeanne Toussaint”, “Medir el tiempo y portar la belleza” y “María Félix y los íconos de la elegancia” son los núcleos temáticos de la muestra, que podrá visitarse del 15 de marzo al 14 de mayo de 2023.

“Cuando llegué a revisar la colección lo que más me llamó la atención fue su archivo, porque existe desde siempre, se conservó en la boutique de la rue de la Paix. En la muestra tenemos dos docenas de dibujos que dialogan con las piezas y que nos permiten entender el proceso creativo de Cartier, cómo se acercan los clientes y proponen para las distintas colecciones y cómo eso va tomando forma  y se convierte en una pieza tridimensional”, explica la curadora Ana Elena Mallet.

Piezas que son historia

La relación de la maison con Latinoamérica y su legado atemporal son esenciales en esta exposición, por ello destacan piezas icónicas que pertenecieron a José Yves Limantour, secretario de Hacienda de Porfirio Díaz, al aviador brasileño Alberto Santos-Dumont y a la actriz María Félix.

A “La Doña” le gustaba la joyería grande, vistosa y elegante, por lo que Cartier satisfacía sus necesidades. Entre 1959 y 1976 adquirió importantes piezas de la marca, como un collar de serpiente con diamantes, ojos de esmeralda, y esmaltes verde, negro y rojo o el collar de dos piezas de cocodrilos con oro amarillo con esmeraldas y diamantes de un tono amarillo intenso.

“María vendió las piezas en un punto de su vida y las adquirimos a través de personas intermediarias; incluso, vio una exposición que sucedió aquí en México en 1999. Esas piezas ya no le pertenecían, ella sabía que Cartier las tenía, me acuerdo de que me dijo que estaba muy orgullosa de que pudieran regresar a la maison”, cuenta Pierre Rainero, director de Patrimonio de Cartier.

La Colección Cartier se presentó por primera vez en México hace 24 años en el Museo del Palacio de Bellas Artes y ha visitado museos como el Centro Nacional de Arte de Tokio, el Grand Palais de París y el Design Museum de Londres. En total, se ha montado 38 veces.

“Esta colección fue decidida en 1933, hace 40 años. La idea de los archivos nos permitió y nos dio directivas para poder construirla. Nunca tuvimos en Cartier la idea de crear un museo permanente porque cuando fue decidida fue para ser compartida con el público, por eso desde el principio está disponible para cualquier museo o institución cultural”, afirma Rainero.

El director de Patrimonio de Cartier indicó que cada uno de los montajes ha sido curado de forma diferente por equipos curatoriales independientes, como lo fue con el Museo Jumex, lo que representa un reto.

Después de 38 exposiciones es difícil tratar y proponer algo nuevo, por eso el punto de vista de los curadores es importante.

Entre las 160 piezas, hay 130 que tienen momentos muy específicos de la historia, como por ejemplo los broches Ave enjaulada y Ave Liberada dentro del contexto de la Segunda Guerra mundial en 1942 o el broche Flamenco que fue de la duquesa de Winsor Walis Warfield cuando su esposo fue nombrado gobernador de las Bahamas.

“La joyería no es algo únicamente para adornar o dialogar con el cuerpo, porque también marca tiempo e historia, y creo que eso es muy importante”
Ana Elena MalletCuradora

Desde el origen

La museografía de El diseño de Cartier: Un legado vivo estuvo a cargo de la arquitecta Frida Escobedo. Su idea era regresar al origen para entender todo el legado de Cartier, y para ello planteó una museografía que recordara a una mina, como una cantera, el lugar donde inician las cosas.

También tomó como referencia unas fotografías de Josef Albers de un sitio arqueológico en Tenayuca, que mostraban el uso de talud y meseta, una figura arquitectónica muy presente en la exposición referente a la arquitectura mexicana.

La exposición El diseño de Cartier: Un legado vivo está conformada por 160 piezas entre brazaletes, collares, anillos, broches y fotografías pertenecientes a la Colección Cartier. Fotos: Especial
La exposición El diseño de Cartier: Un legado vivo está conformada por 160 piezas entre brazaletes, collares, anillos, broches y fotografías pertenecientes a la Colección Cartier. Fotos: Especial

“Hay un aspecto muy personal, soy una arquitecta mexicana y teníamos que añadir esa capa. Mi abuelo hacía relojes y cuando era muy joven trabajaba en una mina, esas son referencias fuertes para mí, para desarrollar la museografía. La idea era crear un entorno inmersivo donde pudieras conectar con los orígenes del legado, hay ciertos aspectos que emergen cuando pasa el tiempo y fue muy importante crear esa narrativa que iba avanzando con la museografía”, señala la arquitecta.

Escobedo indica que es una arquitectura de la tierra con líneas horizontales que crearon un contraste con la belleza y la alta definición de las piezas. “Es un poco brutalista en su arquitectura, pero un elemento de manufactura que también es relevante”.

Como una manera de celebrar lo hecho a mano, crearon más de mil paneles hechos a mano montados en los muros, cada uno es único.

“Hay cerca de mil paneles hechos a mano en concreto, cada uno de ellos es diferente, entonces, un poco era generar una relación entre la manufactura, el trabajo hecho a mano y la creatividad de Cartier”, comparte la arquitecta.

Entre 1959 y 1976 María Félix adquirió importantes piezas de la marca, como un collar de serpiente con diamantes o uno de dos piezas de cocodrilos con oro amarillo con esmeraldas y diamantes de un tono amarillo intenso. 
Entre 1959 y 1976 María Félix adquirió importantes piezas de la marca, como un collar de serpiente con diamantes o uno de dos piezas de cocodrilos con oro amarillo con esmeraldas y diamantes de un tono amarillo intenso.

La historia de Jeanne Toussaint es el punto culminante de la exposición, quien se convirtió en 1933 en la primera mujer directora creativa de la Maison y aportó la visión de Louis Cartier a una sociedad en permanente evolución

La exposición quiere confirmar la importancia de Cartier en el panorama cultural con piezas cuidadosamente construidas con maestría y excelencia, basándose en la herencia y los procesos tradicionales, al tiempo que incorpora nuevos métodos de investigación y producción, así como avances tecnológicos.

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