A través de los años, la educación en México ha cambiado, y hoy en día ese sigue siendo el objetivo. El actual gobierno, representado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), busca, por ejemplo, que los estudiantes de educación básica tomen clases de Civismo y Ética, así como de Historia, con el propósito de que esos estudios los conviertan en buenos ciudadanos en años próximos.
“Debe de procurarse reforzar el Civismo, la Ética, la Historia, todo aquello que se hizo a un lado durante el periodo neoliberal. Tiene que ser una educación humanista, con ese tronco común. Y desde luego avanzada en los científico, en las Ciencias Naturales, en las Matemáticas, pero con una base en lo humano, no debemos descuidar eso”, resaltó el jefe de Estado en abril pasado.
Además, el representante de Morena ha asegurado que una de las acciones que podrían parar la violencia que invade al país, en manos de asaltantes o incluso por el narcotráfico, es la implementación de materias cívicas en aquellos que se encargarán de la estabilidad nacional en los próximos años.
En ese sentido, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), establece en el informe titulado Situación y Diagnóstico de la educación en México: perspectivas y posibilidades (2018), que para hacer posible una nueva etapa de la humanidad, caracterizada por la paz social y el florecimiento cultural, es necesaria una transformación educativa, con la participación de todos los interesados en realizar un proyecto de vida humana.
“La transformación educativa es parte esencial de la transformación social para lograr una vida nacional sustentada en la justicia, la equidad, la fraternidad y la libertad”, se lee en el texto del STUNAM.
Esta semana, los diputados federales votarían la Ley General de Educación, para analizar el posible ingreso de materias éticas al plan de estudios básico; sin embargo, ese acto no sucederá sino hasta el próximo septiembre.
María de la Paz Jiménez Castañeda, maestra en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revela, en entrevista con Reporte Índigo, que las asignaturas morales y éticas que pretende implementar la nueva administración sí son importantes para los niños y jóvenes porque les enseña a vincularse con las necesidades del siglo XXI, como lo es el saber interactuar con otros de manera adecuada.
Manejo de conflictos, relaciones interpersonales y toma de decisiones, son tres asignaturas en las que, de acuerdo con Jiménez Castañeda, el gobierno actual debería poner mayor atención, además de sólo Ética y Civismo, debido a que en las nuevas generaciones se presentan problemas de comunicación e interacción con otros.
Para la catedrática, no hay asignaturas que no sean importantes para los estudiantes de educación básica, aquellos que abarcan de los tres a los 15 años; sin embargo, platica que hay algunas otras, como la educación física y las artes, que llegan a verse como innecesarias.
“Algunos dicen que la educación artística y la física son de relleno, que no ayudan a formar, pero yo creo que no se les reconoce el valor que pueden proporcionar”, agrega la profesora.
El pilar familiar de la educación
Cuando el mandatario Andrés Manuel López Obrador expuso los movimientos educativos que pretendía implementar, aseguró que, primero que nada, buscaría tener un acuerdo inicial con los padres de familia y maestros de todas las escuelas básicas del país. “No podemos llevar a cabo ningún plan sin el apoyo de estos dos pilares”, dijo .
Margaret Spellings, exsecretaria del Departamento de Educación de Estados Unidos, decía que el tiempo que un maestro le puede dedicar a un alumno de manera individual es limitado, y que si se quería que un niño tuviera éxito en lo escolar, debía contar con el apoyo familiar, activando su aprendizaje.
Al respecto, María de la Paz Jiménez Castañeda comenta que aunque se cumpla con un proyecto escolar excelente en las escuelas de todo el país, si esos valores y enseñanzas no se refuerzan en el entorno familiar o personal, no servirán para nada los movimientos gubernamentales.
“El apoyo y la presencia de los familiares en el entorno educativo de los niños y jóvenes no se sustituye por nada, les va a ayudar toda la vida”, asegura la pedagoga.