Sin tener en mente que ocurriría una crisis global de salud, Jesús Ramírez Bermúdez se adentró en el estudio de la depresión para poder publicar un libro. Durante tres años se dedicó a recopilar su trabajo como profesional de la salud.
Indagó en los estudios históricos y en los orígenes del dolor emocional del ser humano, hasta llegar a la melancolía, aquella que fue descrita desde la Grecia antigua como el mal de tener la bilis negra y se asociaba con una afectación mental. Todo eso logró recapitular Ramírez Bermúdez para publicar Depresión, la noche más oscura.
Este material, ahora, puede ser una herramienta que auxilie a quienes padecen depresión, ansiedad o pánico, entre otros malestares mentales, debido a lo que pasa con el Covid-19.
“La editorial y yo consideramos que el libro apareció en un momento en el que la información es importante, porque la pandemia, además de los efectos directos sobre la salud física de las personas que contraen la infección, deja una estela enorme de problemas de salud mental, en la forma de trastornos por estrés agudo o estrés postraumático, principalmente en los pacientes que sufren la infección y también en el personal de salud”, comenta el doctor y neuropsiquiatra, en entrevista virtual con Reporte Índigo.
Ramírez Bermúdez explica en Depresión, la noche más oscura que este padecimiento nunca ha sido una moda, pero sí una dolencia que le aqueja al ser humano desde siglos atrás, y que claramente se ha acentuado en este confinamiento.
“En un sentido más amplio, representa muchas pérdidas y amenazas para quienes están en confinamiento; entonces, se espera que también venga una oleada de problemas que tengan que ver con trastornos del sueño, adicciones, ansiedad y depresión. Quisiera mencionar que la depresión es un problema actual y que se puede proyectar que siga en el debate social”, explica el también investigador del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).
El académico comenta que, aunque faltaría actualizar las cifras de la depresión en México cuando el problema del Covid-19 pare, actualmente en el país se estima que el siete por ciento de la población la padece, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, realizada por la doctora María Elena Medina Mora, lo que se traduce en aproximadamente 10 millones de mexicanos
Para Ramírez Bermúdez es difícil hacer un pronóstico nacional de qué tanto han aumentado las crisis por ansiedad, pánico y otros efectos depresivos, pero, sin duda, asegura, van en acenso.
“Dentro de la medicina privada, por ejemplo, ha habido una caída en casi todas las consultas de todas las especialidades, porque las personas están en confinamiento y no quieren ir a los hospitales a atenderse, pero curiosamente quienes se dedican a la psiquiatría siguen manteniendo sus consultas y a veces tienen un incremento de las mismas, porque los problemas de salud mental son tan urgentes que no hay una caída”, dice el especialista.
Actualmente, Ramírez Bermúdez se encuentra haciendo guardias en el área de urgencias del INNN, y en su trabajo clínico diario ve cómo se agudiza la salud emocional de quienes padecen Covid-19, ya que algunas veces se afecta el sistema nervioso y padecen estrés agudo y postraumático.
“Por otra parte, también los familiares de las víctimas que han fallecido tienen procesos de duelo complicados, en ocasiones entran plenamente al terreno de la ansiedad y la depresión, porque a diferencia de la muerte que sucede en otros familiares, aquí es una muy abrupta y muchas veces no se pueden generar los rituales adecuados para elaborar un duelo como lo quisiéramos”, agrega.
Depresión: Entre aciertos y opacidades
Respecto al trabajo y a las medidas de salud pública que se han tomado en México para controlar al Covid-19, Ramírez Bermúdez considera que el gobierno está llevando el protocolo adecuado, de acuerdo a lo establecido de forma internacional, además de que se ha mantenido informada a la ciudadanía.
“Haciendo una apreciación equilibrada, opino que han habido aciertos en el manejo de la pandemia por parte de las autoridades de salud, específicamente del doctor (Hugo) López-Gatell. Considero que ha tenido una labor muy constante en cuanto a la comunicación científica, a abordar el tema frente a la sociedad y los medios”, dice.
Ramírez Bermúdez indica que también hay que prestar atención al panorama completo nacional, por ejemplo, que varios inmuebles hospitalarios operan al 50 por ciento de su capacidad porque se encuentran imposibilitados para atender la demanda del coronavirus. El neuropsiquiatra afirma que todavía hay un crecimiento epidemiológico en torno a esto, por lo que pide que haya una claridad en las cifras de casos reales.
“En diferentes sociedades hay subregistro, pero nosotros queremos saber que no estamos en una situación como la de Guayaquil, Ecuador, sino a lo mejor más parecido a la de España, en términos de la magnitud del subregistro. Insisto, no creo que estemos en una situación como la de Guayaquil y mi apreciación del trabajo que se ha hecho en términos epidemiológicos es más positiva que negativa, pero no es infalible; hay problemas de pronto de insumos en los hospitales que tienen que atenderse”, subraya.
José Agustín en calma
Jesús Ramírez Bermúdez es hijo del prolífico autor José Agustín, y además de su reciente libro también ha publicado Un diccionario sin palabras y tres historias clínicas (2016), Breve diccionario clínico del alma (2010) y Paramnesia (2006), entre otros.
Es sabido que el autor de Ciudades desiertas (1982) tuvo un aparatoso accidente en 2009 que derivó en hidrocefalia y posteriormente fue operado.
Ramírez Bermúdez comenta que su padre se encuentra viviendo en quietud junto a su esposa; ambos están al pendiente de lo que sucede con el coronavirus.
“Él ha tenido un buen desenlace, está tranquilo, tiene la gran ventaja de que a su lado está mi madre Margarita Bermúdez, quien es una de las personas con más fortaleza moral que conozco, ella es una cuidadora espléndida. Ellos han podido estar en armonía dentro de la situación tan difícil de confinamiento, en Cuautla, Morelos, donde por suerte no ha sido tan grave la epidemia”.