Las acciones humanas, según destacó el investigador Jaramillo Moreno, han dejado una huella indeleble en los fundamentos del ciclo hidrológico, un proceso geofísico complejo que va más allá de lo físico, incorporando elementos biológicos cruciales.
Un cambio significativo se manifiesta en la alteración de la ruta del agua superficial en áreas urbanas. La extracción de agua del subsuelo no solo contamina los acuíferos, sino que también introduce riesgos de infecciones como Escherichia Coli, salmonella, schistosoma e incluso hepatitis A. Este deterioro de la calidad del agua impacta no solo en la salud humana, sino también en otras especies que comparten este recurso vital.
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Durante la conferencia “Aprendiendo cómo los humanos modifican el ciclo hidrológico“, organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, Moreno explicó que la deforestación ha desencadenado cambios significativos en el balance hídrico. Las propiedades del suelo se ven afectadas, con una disminución de la infiltración debido a la presencia de asfalto y áreas impermeabilizadas, lo que conduce a problemas de anegación.
“A pesar de que el 2.5 por ciento del agua en la Tierra es dulce, la mayoría se encuentra en glaciares y aguas subterráneas. Subrayó que la preocupación no debería centrarse únicamente en la cantidad de agua, sino en la dinámica entre los diferentes reservorios en el sistema terrestre”, subrayó.
La disponibilidad del agua
La evaporación, un proceso crítico, se ve afectada por diversas formas, incluida la transpiración de las plantas. Moreno introdujo eltérmino “evapotranspiración” para resaltar la interconexión de estos procesos y su impacto en el ciclo hidrológico.
“¿Cuál es la crisis del agua? La crisis no radica en la cantidad total de agua en la Tierra, sino en la disponibilidad, accesibilidad y calidad del recurso. A medida que la humanidad utiliza solo el 10 por ciento de la escorrentía continental anual, se destaca la importancia de abordar estos problemas fundamentales para garantizar un suministro de agua sostenible y de calidad para las generaciones futuras.
Los gráficos que explican el ciclo del agua en la tierra, no están actualizados, debemos tener en cuenta la intervención que ha tenido el ser humano, especialmente por las alteraciones que ha causado al medio ambiente. #MedioAmbiente #Agua @ONUMedioAmb @MinAmbienteCo pic.twitter.com/6Ek1uW3LE9
— Juan Cardenas (@juan_cardenas91) July 7, 2019
“El agua no es tanta como imaginamos, es una cantidad finita: 96.5 por ciento está en los océanos, solo 2.5 por ciento es fresca (dulce), de ese porcentaje la mayor cantidad se encuentra en glaciares en capas de hielo, y otro porcentaje en aguas subterráneas, aunque no es tan importante el volumen sino la dinámica con la que se mueve entre estos distintos reservorios que existen en el sistema terrestre”, apuntó.
La reflexión sobre las acciones y la comprensión de su impacto en el ciclo hidrológico se presentan como imperativos en la búsqueda de soluciones a estos desafíos globales. La precipitación, dependiente de la evapotranspiración, se convierte en un factor clave.
Aunque la escorrentía anual promedio es de 40 mil kilómetros cúbicos, la humanidad utiliza solo el 10 por ciento, subrayando que la crisis no es de cantidad, sino de disponibilidad, accesibilidad y calidad del vital líquido.
Consejos para cuidar el agua:
Cada pequeña acción cuenta, y al adoptar estas prácticas, contribuimos colectivamente a preservar este recurso vital para las generaciones futuras.
Reducir el consumo en el hogar:
- Reparar fugas de aguainmediatamente.
- Utilizar dispositivos de ahorro de agua en grifos y duchas.
- No dejar correr el agua mientras se cepillan los dientes o se lavan las manos.
Eficiencia en el riego:
- Utilizar sistemas de riego eficientes, como goteo o riego por aspersión.
- Regar las plantas temprano en la mañana o tarde en la noche para evitar la evaporación.
Prácticas sostenibles en el jardín:
- Optar por plantas nativas y resistentes a la sequía.
Educación y conciencia:
- Educar a la familia sobre la importancia de conservar el agua.
- Participar en campañas comunitarias para sensibilizar sobre el uso responsable del agua.
Reutilización del agua:
- Recoger agua de lluvia para regar plantas.
- Reutilizar el agua de enjuague de frutas y verduras para regar plantas o limpiar.
No contaminar fuentes de agua:
- No verter productos químicos nocivos en sumideros o inodoros.
- Reciclar productos químicos y medicamentos de manera responsable, evitando su disposición en el agua.