A la conquista del Polo Norte
El Polo Norte no es ese paraíso blanco que se presenta en las películas o documentales. Se trata de un territorio que se derrite cada vez más rápido, y que es rico en recursos como petróleo y gas natural.
Y es que el calentamiento global no solo ha contribuido a que la capa de hielo se derrita, también ha vuelto más accesible "la riqueza energética del Ártico y, por tanto, recrudece la batalla por los derechos a explotarla", de acuerdo a una publicación en la BBC.
María Alesandra Pámaneshttp://youtu.be/70Uo02taF1I
El Polo Norte no es ese paraíso blanco que se presenta en las películas o documentales. Se trata de un territorio que se derrite cada vez más rápido, y que es rico en recursos como petróleo y gas natural.
Y es que el calentamiento global no solo ha contribuido a que la capa de hielo se derrita, también ha vuelto más accesible “la riqueza energética del Ártico y, por tanto, recrudece la batalla por los derechos a explotarla”, de acuerdo a una publicación en la BBC.
Razón por la que países como Dinamarca, Estados Unidos, Rusia y Canadá desean obtener la soberanía del Polo Norte. De hecho, Dinamarca reclamó ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que pedía la soberanía del lugar.
Las naciones mencionadas tienen puesta la mira sobre una zona marítima de Groenlandia porque todo indica que el subsuelo de ese territorio posee un potencial de 30 por ciento de gas natural y poco más de 13 por ciento de petróleo sin descubrirse en el planeta, de acuerdo a datos del Instituto Geológico de Estados Unidos.
Además, “con el deshielo, también está en juego el control de rutas de navegación interoceánicas mucho más cortas entre el Atlántico y el Pacífico”, añade la publicación en la BBC.
En un comunicado Martin Lidegaard, ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, estableció que “el objetivo de este gran proyecto es definir los límites exteriores de nuestra plataforma continental y, por lo tanto –en última instancia–, del Reino de Dinamarca”.
Según indica Asociated Press (AP), Dinamarca realizó un estudio en el que se confirma que Groenlandia está conectada con una zona bajo la capa de hielo del Ártico, en el Polo Norte, es decir que está conectada a una corteza continental submarina.
Dinamarca es el primer país que reclama propiedad sobre esa parte del Ártico que está constituida aproximadamente por 895 mil 541 kilómetros cuadrados, “un área 20 veces más grande que la propia Dinamarca”, señala AP.
De acuerdo a Reuters España, “los países tienen derecho a una plataforma continental que se extiende 200 millas náuticas desde su costa. Las reivindicaciones más allá deben ser apoyadas por datos técnicos y científicos (…) Desde 2002, los expertos han recogido y procesado datos de la zona norte de Groenlandia para enviar a una comisión de la ONU sobre los límites de la plataforma continental”.
Riqueza bajo el hielo
Las reclamaciones que han hecho los países desde una conferencia que se llevó a cabo en Groenlandia, en el 2008, se resolverán según lo que estipule la Convención de Derecho Marino de la Comisión Internacional para los Límites de la Placa Continental de la ONU. En ese acuerdo solamente se otorgaba el derecho hasta lo que hay a 320 kilómetros de la costa, “si la plataforma continental se extiende más allá, entonces el país puede presentar su reclamo para que la comisión de la ONU recomiende un límite ulterior”, tal como lo reclamaron Rusia y Canadá, y ahora Dinamarca.
Por su parte, el gobierno de Stephen Harper, primer ministro de Canadá, lanzó una misión en agosto de este año para “asegurar” que le pertenece más de un millón de kilómetros cuadrados del norte del planeta. Este país señala que le pertenece el área que compone la Sierra de Lomónov, ya que ésta tiene conexión con su plataforma continental.
Y Michael Byers, de la Universidad de British Columbia, dijo a AP que “duda mucho que alguien llegue a explotar petróleo en una zona tan remota con una profundidad de casi 4 mil metros”, dice la BBC, “estamos hablando del centro de un enorme e inhóspito océano que está en total oscuridad tres meses al año y a miles de kilómetros del puerto (…) no se trata de motivaciones económicas sino de política interna”.
El gobierno de Harper asegura que no solo tiene interés en obtener beneficios económicos, sino que también se trata de utilidades científicas.
Casualmente, cuando Canadá reclamó su parte “del pastel de hielo”, el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, incrementó la presencia militar en esa zona ártica.
En el caso de Noruega, el país también busca abastecerse de hidrocarburos provenientes del norte de la Tierra, sobre todo ante la baja reserva petrolera que tiene su nación.
A partir del 2010, hasta la fecha, Noruega y Rusia respetan la división que acordaron equitativamente, al “repartirse” un área que abarca alrededor de 175 mil kilómetros cuadrados.
Por último, Estados Unidos no ha firmado la Convención de Derecho del Mar y este país tiene una política ártica que “se centra en la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible, con particular énfasis en el rol de los pueblos indígenas”, de acuerdo a la BBC.
Cada vez más deshielo
Un estudio publicado en la revista británica Nature Climate Change, revela que durante la segunda mitad del presente siglo el derretimiento del hielo podría acelerarse debido a la formación de una especie de bolsones de agua.
“Los lagos supraglaciares pueden acelerar la velocidad a la cual se funden los glaciares. Nuestro estudio muestra que, de aquí a 2060, su superficie total duplicará la de Groenlandia”, dice Amber Leeson, de la Universidad de Leeds en Gran Bretaña y uno de los autores de esta investigación.
Y es que los lagos supraglaciares son más oscuros que el hielo, por ello absorben más calor del sol y eso aumenta el derretimiento. El agua se filtra en las grietas de los glaciares y hacen que la capa del hielo se disuelva cada vez más rápido.
Leeson añade en sus conclusiones que “cuando los glaciares son más delgados, pierden altitud y quedan a merced de masas de aire más cálidas, que también aumentan la fusión del hielo”.
Y también China
El país asiático no tiene frontera con la región del Polo Norte, y tampoco reclama soberanía sin colindar con el territorio como es el caso de Estados Unidos, pero sí ha demostrado estar interesado en dicha región del Ártico.
Ha realizado expediciones y el año pasado inauguró el Centro de investigación China–Ártico Nórdico. La BBC apunta que “el interés económico de los chinos tiene una razón obvia en que la ruta entre el norte de Europa y Shanghái, por ejemplo, es casi un cuarto más corta por el norte que por el Canal de Suez”. Ya que el deshielo inminente de Groenlandia, “no solo abre el camino sino facilita la minería en zonas como Groenlandia, donde los chinos son uno de los principales inversores”, añade la BBC.
Además, en el 2013, China obtuvo licencia de Rusia para extraer petróleo del Ártico.