La comunidad de afrodescendientes frente a la autoridad
We own this city, la miniserie que describe a fondo la corrupción policíaca en Baltimore, Maryland, también ahonda en la discriminación y segregación que viven los afroamericanos. El reparto comparte su sentir sobre lo que aparece en la ficción, que está basado en hechos reales y violentos
Hidalgo NeiraEn 1955, el filósofo afroamericano James Baldwin reflexionaba en torno a cómo la historia de Estados Unidos está tergiversada solo a favor de recordar que los anglosajones y caucásicos son quienes escribieron el episodio de la independencia, olvidando a los afrodescendientes y a todas las demás comunidades que en ese entonces eran minoría.
Ante esta reflexión y llegando al presente, se puede observar que en aquel país existe, realmente, una sociedad fragmentada y segregada, donde hay una falta de cohesión entre blancos, latinos, asiáticos y cualquier otra comunidad inmigrante, situación que también se logra ver en We own this city, miniserie creada por David Simon y George Pelecanos que ya se encuentra en HBO.
Esta ficción basada en hechos reales retrata a profundidad la podredumbre del sistema judicial en Baltimore, Maryland, y cómo es que sistemáticamente persiguen a los afrodescendientes, solo por ser negros, porque se tiene el estigma de que son delincuentes, narcomenudistas o criminales mayores.
Para Wunmi Mosaku y Darrell Britt Gibson, actores afroamericanos que interpretan, respectivamente, a Nicole Steele, abogada de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, y a Jemell Rayam, policía que se une a las fuerzas especiales, las palabras de Baldwin hacen un eco tremendo a casi 70 años de haberse escrito, y, lo peor, están más vigentes que nunca.
“Esa es en verdad la historia de Estados Unidos. Creo que el problema es que nadie ve que esa es la historia de nuestro país y es fácil aislarlo y decir ‘pues ese es su problema y no es mío’, y como dijo Baldwin, tenemos que verlo como un problema masivo”, expresa Britt Gibson.
Por su parte, Mosaku coincide y añade que este es también un problema con el poder que, además, ocurre en otras partes del mundo, como en Nigeria, de donde ella es originaria y emigró junto con sus padres a Reino Unido para tener mejores oportunidades de vida.
“Lo que todos queremos es sobrevivir y vivir libremente, y un mal sistema policiaco no ayuda en eso, tampoco los malos gobiernos, ni el sexismo, ni el patriarcado, o el capacitismo, nada de esto nos permite vivir bien y estos son los sistemas que globalmente nos oprimen; entonces, no es un problema solo de Estados Unidos, es un problema de todas las personas del mundo”, comparte la actriz.
A la opinión de sus compañeros, se une Jamie Hector, quien encarna a Sean M. Suiter, detective del área de homicidios que alguna vez estuvo en fuerzas especiales y sabe las corruptelas que ahí operan, por lo que es llamado a juicio en calidad de testigo.
“Es desafortunado, porque yo también he sido víctima del racismo y la brutalidad, y cuando eso pasa, no ves de manera individual al policía, ves su camisa, no ves su auto, ves que es un Pontiac, y todos encajan en esa misma caja y, a veces, eso cambia una vez que los conoces, pero ¿por qué sucede este abuso? Por ignorancia y poder”, describe Hector.
We own this city sigue estrenando capítulos nuevos cada lunes por HBO hasta concluir el 30 de mayo. Sus episodios anteriores ya se encuentran disponibles en la plataforma de streaming.
Afrodescendientes, perseguidos por el Sistema
Como lo expresó Jamie Hector, los afrodescendientes en Estados Unidos ven más allá de lo que representa un uniformado, ven lo que significa portar una placa y la ostentación del poder; ante esto, Britt Gibson agrega que el sistema gubernamental “funciona” y está construido para sólo responder a las necesidades de los ciudadanos blancos, por ello es necesario hacer una ruptura y cambiar las políticas públicas a fondo.
“Hay que quebrar el sistema, y eso empieza desde arriba, solo estamos viendo el punto de la superficie y pensamos que ahí inicia el cambio, pero no pasa ahí, tenemos que tumbar la fundación en la que está construido todo, sino será siempre un ciclo sin fin, es como pensar que tengo hambre y si me dan migajas con eso puedo aguantar, entonces, no, queremos ir por la verdadera comida de cambio”, reflexiona a manera de metáfora el histrión.
Mosaku insiste en que los afrodescendientes se han acostumbrado a desconfiar de todas las personas que tienen poder, porque, eventualmente, puede convertirse en un problema y no es fácil que los oprimidos se liberen del yugo, porque hay una transacción de beneficio para quienes son superiores y no a la inversa.
“Es un esfuerzo que se tiene que hacer en comunidad, no de solo las personas que han sido atacadas, todos tenemos que estar ahí y las cosas no han cambiado porque nadie le ha dado la importancia que esto significa, la gente se siente ‘segura’, pero realmente somos gobernados por una supremacía blanca heteronormativa”, subraya la actriz.
Como reflexión final, el personaje que interpreta Hector en la serie tiene una relevancia especial, tanto en la ficción como en la realidad. Este detective murió en circunstancias sospechosas, hay quienes creen que se suicidó o que fue asesinado, para que no testificara en contra de sus compañeros corruptos; sea el motivo que haya sucedido, esto habla del gran horror que existe en Estados Unidos y el mundo.
“La comunidad negra es afectada de la misma manera en casi cualquier ciudad, pero bueno, lo afortunado es que ahora podemos verlo en We own this city en HBO, y vamos a poder decir ‘ok, sabemos lo que hace la policía y podemos involucrarnos e intentar hacer un cambio grande’, porque esto no es diferente de Nueva York, Baltimore o Chicago, una vida inocente civil es inocente en cualquier parte, y la gente está siendo afectada negativamente y eso se queda en ellos, es un trauma que no se va”, ahonda Hector.