Conforme pasan los días, el hombre está cada vez más cerca de conquistar el espacio, de encontrar la manera de sobrevivir en él. Pero el trabajo no ha sido fácil, los resultados de ahora son el reflejo del esfuerzo de hombres y mujeres que por años han dedicado su vida a demostrar que el cielo no es el límite.
El pasado 30 de mayo, la NASA logró llevar a dos de sus astronautas, Doug Hurley y Bob Behnke, a la Estación Espacial Internacional (EEI), gracias al apoyo que recibió de la compañía privada SpaceX, la cual está en manos del magnate Elon Musk.
Este viaje fue histórico porque, por primera vez en la historia, un cohete de compañía privada lanzó una nave tripulada al espacio con total éxito; sin embargo, ¿la intervención privada podría cambiar los objetivos de la agencia gubernamental, como tener una base en la Luna?
El doctor José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que la colaboración de las compañías privadas con la NASA no perjudica los planes que ya se tenían previstos, sino todo lo contrario.
En entrevista con Reporte Índigo, el doctor en física explica que ha sido gracias a las uniones o colaboraciones que se han hecho a lo largo de la historia que el desarrollo científico y espacial ha llegado hasta donde está, con una EEI desde hace décadas.
“El concepto de trabajo en equipo no es nuevo. Creo que definitivamente el sumar esfuerzos, talentos y dinero ha permitido que las cosas se sigan desarrollando como se desean”, comenta el doctor Franco.
El que la NASA haya comenzado a trabajar con una compañía privada no fue del todo sorpresivo, ya que desde hace años el gobierno aceptó colaborar con otros países para permitirse tener una estación que recibiera a sus astronautas.
Para el investigador de la UNAM, la colaboración de SpaceX con la agencia gubernamental tiene antecedentes positivos, ya que algunas de sus naves sin tripulación mandaban suministros a quienes habitaban la EEI.
Además, la compañía de Elon Musk ha funcionado para la realización de otras tareas espaciales, como la recuperación de piezas de los cohetes que son lanzados al espacio.
“Antes era carísimo poner cualquier cosa en órbita porque los tanques que tienen el combustible que empujan a los cohetes eran desechados y destruidos después de desecharse. En este caso, SpaceX ha logrado hacer que estas partes que son muy caras sean recuperables y reusables, lo cual genera una reducción gigantesca en los costos de estos viajes”, detalla el doctor.
Pero SpaceX no ha sido la única compañía privada dedicada a los proyectos espaciales, hay una lista de empresas con un futuro exitoso, como Blue Origin, fundada en el 2000 por Jeff Bezos, y Virgin Galactic, creada en 2004 por Richard Branson y Burt Rutan.
El siguiente paso hacía el espacio
Ya que Doug Hurley y Bob Behnke lograron pisar la EEI, tras 19 horas de vuelo, su trabajo consistirá en experimentar su estancia en el espacio con el fin de que, algún día, cualquier persona pueda tener la experiencia que ellos están viviendo actualmente, pero de una manera más accesible.
Uno de sus próximos retos es saber cómo reaccionan los cuerpos de los seres humanos a las condiciones de microgravedad, a los viajes y a los escenarios a los que van a exponerse.
Por otro lado, deben generar sus propios alimentos, así como reciclar agua, ya que, de acuerdo con el doctor José Franco, no les pueden estar llevando suministros tan frecuentemente como se desearía.
Cuando la agencia espacial estadounidense tenga dichos retos cumplidos y bien manejados, entonces podrá pasar a los siguientes, que son crear las bases en otros planetas, como en Marte, o comenzar a hacer viajes comerciales.
“El número de retos que tanto la NASA como el sector privado tienen son muchos y muy amplios. Esta historia acaba de iniciar, tomando en cuenta que el primer satélite se lanzó hace 70 años; es muy joven el desarrollo de nuestra tecnología, pero los avances que se han realizado han sido muy grandes. Como dicen por ahí, ‘el cielo es el límite’”, señala el doctor José Franco.
Sin desarrollo mexicano
México está fuera de la lista de los países con desarrollo espacial, y lo ha estado por muchos años. El investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, José Franco, comparte que ese problema se ha dado debido al poco apoyo económico que los gobiernos le han suministrado al avance espacial.
“Es una tristeza ver que México hizo su primera agencia en 1962 y que sólo duró unos años. Todo el desarrollo que se logró en ese tiempo se perdió. Ahora tenemos a la Agencia Espacial Mexicana, pero el financiamiento que se le ha dado es mínimo, no ha podido desarrollar gran cosa (…) Con este tipo de políticas, las del pasado y del presente, México no va a desarrollarse”, asegura el doctor.