El suicidio es una de las causas de muerte más comunes del mundo. Solo la semana pasada, una trabajadora de Servicios Públicos del municipio de San Pedro, en Nuevo León, detuvo el intento de una mujer de tirarse de un puente de la localidad.
El jueves pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su primer reporte sobre el suicido en el mundo, llamado “Prevención del suicidio: un imperativo global”.
En él, además de revelar cifras alarmantes, exhorta a los líderes de los países a crear programas de tratamiento y prevención, y señala algunas complicaciones al momento de cuantificar la incidencia de este tipo de fallecimientos. También trata los factores de riesgo y habla sobre la búsqueda de una respuesta a estos.
Según las cifras del reporte, en el 2012 se registraron 804 mil muertes por suicidio en el mundo, pero la organización afirma que el número podría ser mayor, ya que “el suicidio es un asunto sensitivo” y “muy probablemente exista subnotificación”.
Es decir, ciertas muertes por suicidio podrían ser reportadas como una causa distinta. Incluso, aseguran, “en los países sin registro fiable de las muertes, los suicidios simplemente no se cuentan”.
Pero según los datos que obtuvieron, los países ricos tienen una tasa tres veces mayor de suicidios en hombres que en mujeres; en los países con ingresos menores, la relación es de 1.5 suicidios de hombre por cada uno de mujer.
Sin embargo, la proporción de muertes por suicidio es mayor en ellas que en ellos. De los hombres, 50 por ciento de las muertes violentas son por suicidio, mientras que en las mujeres la cantidad asciende al 71 por ciento.
A su vez, se reveló que el suicidio es la segunda causa de muerte más importante entre la población que tiene entre 15 y 29 años de edad, y que los medios para cometerlo más comunes son “la ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y el uso de armas de fuego”.
En cuanto a los factores de riesgo, la OMS señala como el más relevante el tener intentos de suicidio anteriores.
En el caso de la mujer que intentó suicidarse en Nuevo León, los reportes indicaron que tenía más de cinco intentos previos.
La OMS también menciona los problemas que provienen cuando hay dificultades para obtener la asistencia necesaria, el sensacionalismo de los medios que reportan suicidios describiéndolos –lo que facilita su imitación– y la estigmatización que sufren las personas que buscan ayuda por tener pensamientos suicidas, problemas de salud mental o consumo de sustancias psicoactivas.
Como parte del Plan de Acción sobre Salud Mental adoptado por la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud del 2013, se propuso como meta disminuir un 10 por ciento la incidencia de muertes por suicidio en cada país, para el año 2020.
Y es que, para contribuir a alcanzar el objetivo, la organización propone “establecer una estrategia nacional de prevención del suicidio”, que enuncie “el compromiso claro de un gobierno” respecto al tema.
“Los ministros de salud desempeñan un papel importante al proporcionar liderazgo y reunir a los interesados directos de otros sectores del país”, dice el reporte.
Y enfatiza que “los países que todavía no hayan emprendido actividades de prevención del suicidio deberán enfatizar en la búsqueda de interesados directos y desplegar actividades donde haya mayor necesidad o donde ya existan recursos”.