La ciencia del peatón
Cuando caminas, ¿qué lado de la acera sueles ocupar? Cuando traes prisa, ¿rebasas por la izquierda o la derecha? ¿Te ha tocado toparte y “bailar” un par de pasos con alguien que decidió hacer el mismo movimiento que tú?
Juan Antonio Zertuche
Cuando caminas, ¿qué lado de la acera sueles ocupar? Cuando traes prisa, ¿rebasas por la izquierda o la derecha? ¿Te ha tocado toparte y “bailar” un par de pasos con alguien que decidió hacer el mismo movimiento que tú?
Caminar es una actividad tan cotidiana que no nos detenemos a pensar qué hay detrás de las decisiones que tomamos para ir de un lado o del otro. El problema llega cuando se aglomeran personas en la salida/entrada del metro, en los corredores peatonales de gran afluencia (normalmente los primeros cuadros de las ciudades) o en los eventos masivos (conciertos, partidos).
“Se trata de pronosticar cómo se comportará la multitud en diferentes ambientes. Por ejemplo, si tienes un estadio o en la organización de un concierto (…) y esperas –por decir– a 10 mil personas, entonces lo que quieres saber es si es peligroso o no, cuál es el riesgo de que suceda un accidente, la eficiencia del tráfico, la comodidad en el caminar, entre otras muchas cosas por el estilo”, dice en entrevista para Reporte Indigo, Mehdi Moussaid, un joven investigador quien se ha dedicado a estudiar el comportamiento de los peatones y las multitudes.
Antes, el comportamiento de la multitud era simulado en computadora bajo la presunción de que la gente –en multitud– se comportaba más o menos de la misma manera que las moléculas en un líquido.
Pero Moussaid ha desarrollado un modelo de computadora más innovador para medir y pronosticar el comportamiento de multitudes: en lugar de tratarlos como moléculas, este nuevo modelo toma en cuenta la “voluntad” de movimiento.
Según Moussaid, cada persona entre una multitud sigue dos simples reglas. La primera es que las personas intentan trazar una línea lo más recta posible a seguir para llegar a su destino. Esto quiere decir que si se les atraviesa un obstáculo, lo esquivarán (y no lo acompañarán, como hubiera ocurrido con el modelo basado en moléculas). Y en segundo lugar, cada persona ajusta su velocidad dependiendo de la distancia que tiene en relación a los obstáculos que se le presentan.
“Hay algunas perturbaciones de tráfico debido al hecho de que en las multitudes, algunas personas quieren caminar rápido y otras más lento, depende de cuál sea su motivación”, señala Moussaid. ¿A quién no le ha pasado? En centros comerciales, en las calles del centro de las ciudades o en las salidas y entradas del metro, siempre hay gente que quiere llegar más rápido y se topa con bloques de personas que caminan más lento. Esto crea las perturbaciones en el tráfico peatonal que menciona el investigador francés.
“Con el fin de mejorar la eficiencia del tráfico, creemos que sería de gran ayuda tener líneas peatonales separadas. Así que por decir, si tu quieres caminar lento te tendrás que colocar de un lado, y si estás apresurado y quieres caminar rápido te tendrás que colocar en otro lado, como en una vía rápida de autopista”.
‘Conflicto’ de nacionalidades
En un experimento que hizo el equipo de Moussaid, cientos de personas fueron colocadas –solo dos personas a la vez– en un pasillo para estudiar cómo es que se esquivaban uno del otro. La idea era ver qué lado preferían tomar, si su mano derecha o izquierda para esquivar al otro.
El experimento se realizó con franceses y alemanes, pero por casualidad los investigadores se dieron cuenta que podrían haber convenciones sociales por nacionalidades para escoger qué flanco tomar para esquivar. Franceses, alemanes y suizos esquivan por el lado derecho; japoneses y australianos, por otra parte, lo hacen por la izquierda.
Aunque curioso, este tipo de descubrimientos sirven para prevenir congestionamientos peatonales –e incluso conflictos– en eventos como un mundial de futbol, donde conviven decenas de nacionalidades en gran número.
“Esto podría ser un problema si tienes a diferentes nacionalidades moviéndose en el mismo ambiente (…) por ejemplo, en un estadio de futbol, un partido Japón vs Francia que tenga mucha asistencia. Lo ideal sería que no se mezclen los seguidores de las dos nacionalidades porque podrían provocar congestiones de tráfico al caminar cada una por sus convenciones sociales”, explica Moussaid.
El estudio del comportamiento de multitudes está en sus primeras etapas, pero ya han surgido algunas propuestas para implementarse en ciudades. Por ejemplo, en la Oxford Street, Londres, hace un par de años surgió la propuesta de separar una línea para turistas y otra para locales que viven más apresurados y no tienen tiempo de estar esquivando bloques de personas.
“También es una cuestión de comunicación, hábitos (…) tener este tipo de convenciones sociales puede tomar algo de tiempo en las ciudades, pero teóricamente esto mejoraría el tráfico (peatonal)”, insiste Moussaid.
El peatón siempre tiene preferencia
Con más de 40 mil personas cruzando cada hora –y tan solo 2 mil vehículos–, Oxford Circus es una de las intersecciones con mayor movimiento en Londres.
En 2009 se rediseñó el cruce de peatones para que también se pudiera dar de forma diagonal, así como de forma frontal, como de costumbre.
El rediseño le da preferencia a los peatones por encima de los vehículos. Y anque no se divide el camino por velocidad y dirección, el nuevo cruce le da orden a la calle.
Esto se suma al rediseño de Exhibition Road en South Kensington, en un concepto llamado “shared space” (espacio compartido), en donde conviven peatones y bicicletas.
Más acerca de Mehdi Moussaid
En entrevista vía Skype desde Alemania, Moussaid explica cómo estudia el comportamiento de multitudes: http://indiga.cc/moussaidpiensa
Consulta sus publicaciones: mehdimoussaid.com