¿Te gustaría saber quién te miente? Cada vez existe mayor desconfianza entre las personas, se vuelve complicado conocer o entablar una conversación con un desconocido, porque no conocemos sus intenciones.
Aún no existe una prueba confiable para detectar mentiras, por ejemplo, el polígrafo, que registra los cambios neurofisiológicos del individuo; sin embargo, la condición física de un atleta de alto rendimiento es capaz de burlar este sistema. Otra técnica para distinguir el engaño se basa en el estudio de las expresiones faciales, pero estas pueden ser dominadas por un experto en actuación.
De acuerdo con la Agencia Informativa Conacyt, un equipo de expertos del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), unidad Zacatecas, realizó un estudio para detectar el engaño a través de datos oculares.
“En Cimat, esta línea surgió bajo la idea de mejorar las interfaces gráficas y aspectos colaborativos entre los grupos de trabajo para ejecutar proyectos de manera exitosa en aplicaciones como, por ejemplo, de ingeniería de software, de la industria, mejorar la seguridad del trabajador y evitar accidentes, así como en el correcto funcionamiento de los dispositivos”, describió el doctor
Lara Álvarez.
Por su parte, Mitre Hernández, miembro nivel I del SNI, indicó que el estudio del engaño tiene aplicaciones muy diversas, entre las que se encuentran el desarrollo de nuevas tecnologías que podrán implementarse en la criminología, recursos humanos y estudios de trastornos psicológicos para prevención del suicidio, por mencionar algunos.
En concreto, su investigación comenzó recopilando información de 24 jóvenes de secundaria, con el propósito de reconocer características o variables de seguimiento ocular distinguibles en
entrevistas.
“En cuanto al uso de tecnologías para experimentos como este, por ahora estamos utilizando un rastreador ocular comercial, que registra información y arroja datos de todo el fenómeno ocular, como el tamaño de la pupila, movimiento de ojos y fijaciones de los ojos en la pantalla. Cabe mencionar que también estamos en busca de recursos para hacer nuestro propio rastreador ocular”, expresó el líder del laboratorio HCC en Cimat Zacatecas.
El estudio les permitió concluir que la verdad requiere más esfuerzo mental que decir una mentira planificada; esto debido a que en la mentira planificada la persona previamente ya pensó en lo que le podrían preguntar y en cómo podría contestar según el caso, mientras que en la verdad, la persona requiere recordar a detalle qué es lo que en realidad pasó para responder según las preguntas.
Otro hallazgo es que una mentira improvisada requiere mayor esfuerzo mental que una mentira planificada. Un tercer hallazgo es que la mentira improvisada —también llamada espontánea— requiere más esfuerzo que decir la verdad. Para llegar a estas conclusiones se midió el tamaño de la pupila, la frecuencia del pestañeo y la longitud del movimiento ocular.
La idea de este estudio es avanzar y en un futuro hacer un dispositivo tecnológico con modelo de utilidad que se pueda incrustar en unas gafas o directamente en ellas para medir el movimiento ocular y detectar el engaño. Para llegar a esto último, es necesario continuar con las pruebas por un largo periodo de tiempo.