Enraizada en las leyendas y paisajes místicos de Oaxaca, La Bande Son Imaginaire construye una experiencia sonora que atraviesa los límites entre lo visible y lo oculto, lo real y lo fantástico. Su música nace de una cosmovisión donde el misterio y la naturaleza son inseparables, así como rituales ancestrales y cuentos sobrenaturales dan forma a la vida cotidiana.
Para Óscar Tanat, vocalista de la banda, esta conexión con lo enigmático es una respuesta a la saturación de temas de amor y desamor en la música actual.
“Nuestra música es el soundtrack de los aspectos oscuros de la naturaleza humana. Nos interesa contar historias que exploran lo inexplicable, lo que late bajo la superficie. Estamos cansados de la música monotemática que solo habla de amor y desamor. De niño crecí escuchando puras canciones de amor en el soundtrack de la vida de mis padres, y la verdad es que hay una infinidad de temas que se pueden musicalizar en torno a la literatura u obras cinematográficas”, explica en entrevista con Reporte Índigo.
Con Synthesizer Magazine, su álbum lanzado el 25 de octubre, La Bande Son Imaginaire invita a una travesía por escenarios que mezclan lo onírico y lo ancestral. En el sencillo “Mexican Wave”, por ejemplo, exploran la atmósfera de la costa oaxaqueña, donde se dice que fuerzas misteriosas emergen del mar, alterando la vida de sus habitantes. Otras canciones revelan figuras de culto imaginarias y la inquietante presencia de seres invisibles en el hogar, temas que capturan la esencia de un Oaxaca visto desde una perspectiva entre cinematográfica y mística.
“Todo el mundo habla de que ‘hay una crisis’ en el rock mexicano, más bien es que hay gente que está ciega con lo que está sucediendo debajo de los cerros”
¿Qué toca La Bande Son Imaginaire?
La propuesta del grupo va más allá de la música: cada canción forma parte de un proyecto integral que incluye un magazine de diseño editorial, con el que buscan recuperar la profundidad artística en un mercado dominado por lo inmediato. Al conjugar influencias del darkwave europeo con la cosmovisión oaxaqueña, la banda crea un puente cultural y un nuevo resurgir de la escena underground.
“Nosotros retratamos lo oaxaqueño porque somos de Oaxaca y porque así nos sale, es natural al haber crecido en una cosmovisión donde hay que tener cuidado con abrir la ventana cierto momento en la noche, porque podría ser un mal aire, o que nada te puede curar porque seguramente te pasó el espanto, son cosas que están arraigadas en nuestra configuración cultural. Conjugamos nuestras influencias, tanto culturales arraigadas a la tierra, como nuestras influencias adquiridas a través de buscar nuevos horizontes mundiales”, expone Óscar.
Así, el álbum Synthesizer Magazine, compuesto por 10 sencillos, refleja rituales y creencias arraigadas en su historia personal. A este bagaje cultural añaden sus influencias del darkwave y la electrónica.
Según Tanat, aunque los géneros de los que se inspiran provienen de Europa, sienten que, actualmente, el espíritu de innovación y originalidad reside en Latinoamérica.
“Tenemos la impresión de que aquello que está ofreciendo Europa está cayendo en la monotonía, de que se está haciendo un darkwave sin espíritu, y que ahora el espíritu está de este lado, que las cosas que se están proponiendo de este lado tienen otros referentes, yéndose más lejos de lo que los europeos lo habían planteado, algo como que lo que pasó con la poesía, cuando la gran poesía estaba en España y después hubo una decadencia, provocando que la poesía latinoamericana llegó a influenciar a la española.
“Este año estuvimos en un festival en Rotterdam, recién terminamos nuestra visita por Europa y ya tenemos una invitación para tocar el 17 de mayo junto a bandas como Lebanon Hanover; entonces creo que el público europeo notó que había algo en este proyecto que difícilmente lo ven en proyectos locales.
¿Cuál es el estado del darkwave en México?
Óscar Tanat menciona que, aunque el darkwave parece no despegar en México, el grupo sigue explorando su esencia en un entorno que se siente a menudo monótono.
“Siempre ha sido una búsqueda constante de superarnos a nosotros mismos y explorar las posibilidades de nuestros recursos. Hemos aprendido a utilizar elementos audiovisuales, literarios y teatrales, lo que nos permite crear un lenguaje musical único que nos representa”, opina.
El desafío, agrega, radica en la falta de una industria musical sólida en México, especialmente dentro de la música subterránea.
La Bande Son Imaginaire ha trabajado desde su trinchera en Oaxaca, sin necesidad de trasladarse a Ciudad de México, donde muchas puertas se cerraron al inicio.
“Al principio, todo el mundo nos cerraba las puertas, hubo foros que nos dijeron ‘no, chavo, no te invito porque no metes ni 100 personas. Al ver que todas las puertas estaban cerradas. Nosotros decidimos generar nuestra propia industria, invirtiendo en foros, publicidad y marketing. Todo esto nos llevó a desarrollar una historia paralela y a crear público.
“Eso generó que hiciéramos una historia paralela, nunca pasamos por los circuitos en la Ciudad de México, en realidad nos saltamos todo eso y todo fue porque las puertas estaban cerradas, porque la industria es muy prejuiciosa”, detalla el vocalista.
Luego de crear su propio circuito, la banda, se presentará el 9 de noviembre, por primera vez, en El Circo Volador, espacio en el que interpretarán los sencillos de Synthesizer Magazine además de sus ya clásicos. Estarán acompañados por Malcriada (CDMX), Píldora Letal (Colombia) y Lalo 3 Diablos.