La amenaza se cumple
No es una amenaza más, ni un debate como muchos. El calentamiento global es una realidad y los efectos del cambio climático no son cosa del futuro.
Sequías extremas, inundaciones abundantes, anomalías en las precipitaciones, deshielos glaciares, calentamiento del océano, aumento del nivel del mar y las concentraciones de gases de efecto invernadero… son fenómenos cada vez más recurrentes.
Eugenia Rodríguez
No es una amenaza más, ni un debate como muchos. El calentamiento global es una realidad y los efectos del cambio climático no son cosa del futuro.
Sequías extremas, inundaciones abundantes, anomalías en las precipitaciones, deshielos glaciares, calentamiento del océano, aumento del nivel del mar y las concentraciones de gases de efecto invernadero… son fenómenos cada vez más recurrentes.
Y son efectos que “revelan que el clima está cambiando y que ello obedece en gran medida a la actividad humana (…)”, apuntó Michel Jarraud, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El 2014 ha sido clasificado por la OMM como el año más cálido que se ha registrado desde que comenzaron las mediciones con instrumentos modernos, según su informe “Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2014”, publicado este lunes con motivo del Día Meteorológico Mundial.
Esto confirmó “la prolongación de una tendencia al calentamiento en los últimos decenios”, pues 14 de los 15 años más cálidos registrados han tenido lugar durante presente siglo, señala el organismo.
Que el año pasado haya sido el más caluroso sorprende a la OMM en el sentido en que no vino acompañado de “El Niño”, un fenómeno que se caracteriza por la aparición de temperaturas de la superficie del océano inusualmente altas, lo que altera el comportamiento del clima en todo el planeta, causando un aumento en el termómetro global.
Se había previsto que podría formarse un episodio de dicho patrón climático en 2014, pero “El Niño” arribó este año. Su llegada fue hecha oficial a principios de este mes por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés).
Por ello, todo apunta a que hemos entrado a una nueva era del calentamiento global. La llegada tardía de “El Niño” –generalmente se presenta a mediados de verano–, que se prevé esté presente a lo largo de toda la primavera y el verano, aunado al aumento del calentamiento de los océanos, podría hacer que el 2015 se convierta en el año más caluroso de la historia.
Es importante mencionar que “el océano absorbe más del 93 por ciento del calor atrapado por los gases de efecto invernadero, cuya concentración atmosférica va en aumento”, advierte la OMM.
“Las temperaturas de la superficie del mar, así como los niveles, están aumentando, y el calor llega a profundidades más bajas. Ello implicará significativas repercusiones para el futuro”, afirmó Jarraud.
Y es que se puede confirmar que la Tierra ha registrado el invierno –de diciembre del 2014 a febrero del 2015– más cálido de su historia, según estadísticas de la NOAA.
Fast-forward al caos
Sí, el 2015 podría ser el año más caluroso donde se podrían agudizar las anomalías climáticas.
Según reportes de la NOAA, “El Niño” que se presentó entre 1997 y 1998 causó 45 mil millones de dólares en daños, entre sequías, incendios forestales, ciclones e inundaciones alrededor del planeta, y cobró la vida de más de 20 mil personas.
Pero que el 2015 bata récord en materia de temperatura global también significa que esto podría “ayudar a marcar el comienzo de una década o más de calentamiento acelerado”, subraya en Slate el meteorólogo Eric Holthaus, quien reportó que si bien “El Niño” suele durar entre seis y ocho meses, este patrón oceánico-atmosférico se podría prolongar durante dos años o más.
Holthaus cita estadísticas del modelo de pronóstico climático estacional de la NOAA que indican un posible repunte de “El Niño” durante el periodo 2015-2016. Y alude a un consenso de los modelos climáticos dinámicos del Centro de Predicción Climática y el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad que muestran un “fortalecimiento de ‘El Niño’ hasta finales de verano”.
La OMM define “El Niño/Oscilación del Sur (ENOS)” como “una de las principales causas de los cambios de la temperatura mundial de un año para otro”.
“Si ‘El Niño’ se intensifica puede tener un mayor impacto en las temperaturas globales, como se ha observado en sucesos pasados”, dice en Climate Central Jessica Blunden, científica del Centro Nacional de Datos Climáticos de la NOAA.
Independientemente de que ocurra un doble “El Niño” o no, lo cierto es que hemos llegado a un punto en el que nada retrocede y todo avanza, y se agudiza.
“Una forma de pensar sobre el calentamiento global de la influencia humana es que no solo se trata de un aumento gradual, pero quizás es más como una escalera, y estamos a punto de subir un paso adicional a un nuevo nivel”, apunta en la revista de noticias ambientales del Public Radio International (PRI) Living on Earth el climatólogo Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos.
Menos primavera, más verano
Quizá no te hayas dado cuenta pero, cada año, la primavera dura menos. Específicamente, esta estación del año se acorta alrededor de 30 segundos a un minuto debido a la forma en que el eje de la Tierra rota en un tipo de movimiento de atrás hacia adelante llamado precesión, reporta LiveScience, con información de Larry Gerstman, un astrónomo amateur de Nueva York.
Gerstman se valió del libro “Las tablas astronómicas del Sol, la Luna y los planetas” para calcular que este año, el verano será el más largo (93.65 días), seguido de la primavera (92.76), otoño (89.84) e invierno (88.99).
A medida que pasan los años, el verano y el otoño ganarán días a la primavera y el invierno respectivamente. En el año 3000, por ejemplo, el verano en el Hemisferio Norte durará 93.92 días, mientras que la primavera será de 91.97 días.
El otoño durará 90.61 días y el invierno 88.74 días, según Gerstman.
Larry añade que “la primavera termina en el solsticio de verano, y debido a la precesión, el punto a lo largo de la órbita de la Tierra, donde el planeta alcanza el solsticio de verano se desplaza ligeramente. El próximo año, el planeta alcanzará el punto de su órbita del solsticio un poco antes”.