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Marcas como Pepsi y Samsung fueron patrocinadoras de los premios Oscar. Los anunciantes que transmitieron spots publicitarios durante la ceremonia, desembolsaron 1.8 millones de dólares por comerciales de 30 segundos, los cuales fueron vistos por 43 millones de espectadores, es decir, 6.4 por ciento más audiencia que la ceremonia del año pasado, según datos de la agencia Nielsen.
Geri Wang, presidenta de ventas del canal ABC dijo a Los Angeles Times que este año “ha habido un mercado muy saludable para la entrega de los premios de la Academia, al haber tan pocas oportunidades ‘de marquesina’ para los anunciantes, lo que vuelve a los óscares más especiales aún”.
En el caso particular de Samsung, el gran anunciante de la noche gracias a la selfie que tomó Ellen DeGeneres junto a figuras como Meryl Streep, Brad Pitt, Angelina Jolie, Bradley Cooper y Julia Roberts, la estrategia aplicada fue la denominada product placement, con la que la phablet Samsung Galaxy Note 3 se convirtió en una estrella más de la noche.
Esto a pesar de que, posterior a los premios de la Academia, se desató la controversia en redes sociales como Twitter, dado a que se alegó que Ellen tuiteaba desde un iPhone tras bambalinas y no desde un dispositivo de Samsung. Después se afirmó que esto se debió a que el staff de la conductora publicó mensajes a nombre de la misma desde sus smartphones personales, una práctica común entre las figuras públicas.
Lo cierto es que DeGeneres no dejó su Samsung Galaxy Note 3 a lo largo de la noche en el escenario e hizo historia con la fotografía que fue retuiteada por más de 3 millones de usuarios.
Samsung desembolsó 20 millones de dólares en publicidad para los óscares, mientras que, del 2009 a la fecha, había invertido 24 millones de dólares, de acuerdo a las estimaciones de Kantar Media.
Allen Adamson, director de managing de Landor Associates, la firma de branding propiedad de WPP PLC., dijo que la selfie de Ellen fue mucho más impactante que cualquiera de los comerciales de Samsung. “No puedes comprar esa magia de volverte viral”, agregó.
Pero, sin duda alguna, las marcas triunfadoras de la noche fueron Coca-Cola y la pizzería Big Mama’s & Papa’s. La primera porque le anotó un gol a Pepsi al estar su logotipo impreso en las cajas de pizza que se repartieron de manos de Ellen y Brad Pitt en plena entrega del Oscar.
Y en el caso de la pizzería, los óscares se convirtieron en un golpe de suerte sin precedentes, ya que su producto fue visto por millones de personas sin esfuerzo alguno y las ventas se dispararon desde entonces.
No solo eso, la cadena de pizzas del empresario armenio Ararat Agakhayan ya contempla unirse con Coca-Cola para repetir la “estrategia” el próximo año en los premios de la Academia y convertirse en la pizza oficial de los óscares.
La pizza (no) oficial de los óscares
Diversas marcas de pizza invierten millones de dólares para conseguir la mejor publicidad. En el caso de Big Mama’s & Papa’s solo fue necesario aparecer a cuadro durante la ceremonia del Oscar, sin siquiera haber desembolsado un solo dólar.
Ellen suele ordenar pizzas de dicho negocio y la noche del domingo no fue la excepción. Bastó con que apareciera el repartidor de nombre Edgar Martirosyan con tres cajas de pizza, para que el revuelo se diera dentro y fuera del Teatro Dolby. Edgar sabía que habían hecho un pedido para el Teatro Dolby, pero nunca esperó que pisaría el escenario y que incluso le repartiría una rebanada a una de sus actrices favoritas, Julia Roberts.
Si Big Mama’s & Papa’s hubiera tenido que pagar a la cadena ABC por la exposición en pantalla, el equivalente habrían sido 10 millones de dólares, sin embargo, este golpe de suerte solo costó una orden de tres pizzas.
El lunes, Edgar acudió a “The Ellen show”, en donde se repartió pizza para los asistentes y en donde recibió la propina que tenía pendiente de manos de la conductora, quien le entregó mil dólares en efectivo.
Las ventas de Big Mama’s & Papa’s se dispararon a partir del domingo y los teléfonos de los 20 establecimientos que tiene en Los Ángeles no han dejado de sonar.
“El impacto es enorme. Su imagen de marca llegó a la mente de millones de personas”, dijo Andrés Terech, de la Escuela de Gestión Anderson de la Universidad de California (UCLA).
Y agregó que para la pizzería, aparecer en la fiesta más grande de Hollywood fue como “ganar un boleto de lotería. Genera un alcance muy grande que no hubieran podido conseguir con su presupuesto de ninguna manera”.
