Para el cantautor Kevin Johansen sí es posible soñar con los ojos abiertos; solo basta creer en la música y el arte. Su perspectiva no es una evasión de la realidad, que muchas veces puede ser cruda y tumultuosa; es un enfoque para construir un mundo mejor para todos.
Su visión trasciende la mera versatilidad musical. Ya sea a través de composiciones como “Cumbiera intelectual” o “Desde que te perdí”, el músico se posiciona como un observador y narrador de la vida, un poeta moderno que utiliza la ironía para develar verdades profundas, pues “el humor ayuda a decir las verdades más tremendas”.
“Ahora que estoy más grande, la capacidad de sorpresa es súper importante; el sorprenderse con una idea y esa adrenalina que puedes conectar con alguien me hace soñar. La conexión a través del hecho creativo me despierta mucha ilusión”, confiesa Johansen en entrevista con Reporte Índigo.
Y esa capacidad de ilusión, la misma con la que compuso “Anoche soñé contigo” en 2007, sigue latente, incluso más profunda, ahora que ha madurado musicalmente. En este punto, Kevin Johansen confiesa que ha encontrado su libertad creativa.
El camino hasta su punto más maduro
Durante esta búsqueda se ha liberado de las restricciones autoimpuestas y las expectativas externas que a menudo encasillan a los artistas. Reconoce el peligro de dejarse influenciar por las etiquetas y comentarios que sugieren un estilo específico, como baladas o boleros.
En lugar de sucumbir por estas limitaciones, Johansen lucha contra la tendencia a encasillarse, abogando por la creencia de que todos poseen dimensiones múltiples y deberían tener la libertad de explorarlas plenamente, pues de lo contrario podría convertirse en una prisión artística. Justo en este punto de su carrera, sacó a la luz el sencillo “Puntos equidistantes”, junto a la cantante Natalia Lafourcade.
“Desde siempre hubo una afinidad, un amor y amistad con Natalia. Hubo una complicidad con ella porque es un alma retro, tiene un gusto por la música de raíz, pero llevada a una modernidad y eso lo tenemos en común. Ni siquiera te diría que platicamos tanto, es una conexión que nos atraviesa, somos almas retro y a la vez tenemos ese gusto por la canción atemporal, que desafía el tiempo.
“Me gusta decir, parafraseando el famoso dicho ‘pinta tu aldea y serás universal’, pinta tu tiempo y serás atemporal. Creo que eso es un poco lo que buscamos los cancionistas”, considera el compositor.
Kevin Johansen comparte que la idea de “Puntos equidistantes” comenzó a mediados de los años 90; la composición se gestó gradualmente. Más de 12 años atrás, compartió su creación con Natalia Lafourcade, quien, al escucharla, expresó su deseo de interpretarla. Johansen, con amor y respeto, honró ese pedido, dando vida a la colaboración que hoy ya se puede escuchar en todas las plataformas digitales.
“La canción habla de que más allá de las distancias, la conexión con otro ser amado, amistad o cariño, existe. Creo mucho en la telepatía, en la energía de pensar en el otro, y de golpe ese otro aparece. El cariño y el amor van más allá de la distancia”, comenta.
“Puntos equidistantes” formará parte de Quiero mejor, disco que se suma a la serie de composiciones que le interesan hacer y que tiene que ver con su deseo de contribuir a una mejora colectiva de la humanidad.
En sus composiciones, busca transmitir sensaciones y observaciones, particularmente centradas en el amor, la empatía y la celebración de las diferencias.
También enfatiza en la importancia de conectarse con otros a través de la creatividad, confiando en que las ideas lanzadas al aire resonarán con audiencias diversas, convirtiendo las canciones en experiencias compartidas.
“Uno repite temáticas porque quiere que mejoremos como especie, que seamos más humanistas y empáticos. Con mis canciones busco sensaciones; por supuesto que dentro del amor está la empatía, y celebrar las diferencias, no sufrirlas, ni padecerlas”, argumenta.
Este sencillo se suma a “El vals de la luna”, que es el puntapié de su disco nuevo que saldrá el 29 de febrero, noticia que le tiene muy contento, pues son letras que se suman a su universo lírico y lo definen como músico, al igual que, por ejemplo, “Guacamole”, pues, desde su punto de vista, su mayor fortaleza es que se puede reír de sí mismo, incluso cuando tiene el corazón partido o puede lanzar observaciones “sin sentido”.
Llegará al Teatro de la Ciudad
Después de realizar una gira por gran parte de Latinoamérica y Europa, Kevin Johansen se prepara para regresar a México y presentarse junto a su amigo, el ilustrador Liniers, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, el 14 de marzo de 2024.
Destaca la peculiaridad de trabajar con alguien que se dedica a lo visual, algo que no se escucha, en contraste con la música, que es intangible y no se ve. Esta combinación, según el cantautor argentino, resulta en un complemento ideal que el público disfruta enormemente.
“Trabajar con un amigo no es trabajar y encima es un amigo que no es músico; los músicos son insoportables, así que para qué necesito. Además, la gente lo disfruta mucho, así que estamos de vuelta, muy felices”, abunda.
El valor agregado que Liniers aporta al espectáculo enriquece la experiencia, pues el ilustrador aporta humor y profundidad, provocando emociones diversas en la audiencia a través de sus dibujos que a veces no siguen la línea directa de las canciones.
“Miro al público y la gente está con lágrimas en los ojos por un dibujo que remarcó la canción. A veces, ni siquiera describe mis canciones, yo estoy tocando una balada súper conmovedora y la gente ríe porque él está dibujando algo súper gracioso. Esa diversidad dentro de nosotros mismos es un poco lo que intento traer desde la canción y él desde su arte”, detalla.
En cuanto al repertorio para el Teatro de la Ciudad, Johansen menciona que, aunque será bastante clásico, incluirá canciones de su próximo álbum, Quiero mejor, como el primer corte “El vals de la Luna” y “Puntos equidistantes”.
Su opinión sobre la situación política en Argentina
La creatividad artística, según Kevin Johansen, representa un poderoso statement de ejercer las libertades individuales, fusionando expresión y política. En este contexto, la defensa de la democracia se convierte en un juego serio donde la libre expresión es fundamental.
“La creatividad y la libertad artística son inherentemente declaraciones de libertades individuales. Es un hecho político y parte del juego democrático. Defender la democracia desde el respeto a las opiniones divergentes es crucial. La libre expresión es súper importante en este momento; estar de acuerdo en estar en desacuerdo es esencial sin recurrir a la hostilidad”, opina.