El Kamasutra, ese libro que el mundo idealiza, que lo relacionan con la sexualidad, el que a veces se ocupa para volver a encender la “llama de la pasión”, el que las parejas quieren practicar hasta terminar, ese símbolo erótico que también es tabú, esa guía que todos creen conocer… no es solo lo que parece.
Hasta ahora, el Kamasutra sigue rodeado de muchos mitos, todos hablan de él pero, ¿en realidad lo han leído? Este libro no es solo una guía de posiciones sexuales, o al menos no lo era cuando surgió.
La fecha en que apareció aún es un debate, solo se tiene la seguridad de que fue escrito durante los primeros siglos de nuestra era y que fue la base de la religión budista.
Así es, contrario a lo que se cree, el Kamasutra no era considerado un libro sexual ni mucho menos, era un libro sagrado escrito por un sabio de nombre Mallanaga Vatsyayana.
Aunque es el único libro que se le conoce, Mallanaga Vatsyayana logró sentar un precedente en cuanto a sexualidad a pesar de que su móvil para escribirlo siempre fue religioso.
Para él, la única forma de alcanzar el estado perfecto o lo que nosotros llamaríamos felicidad, era cumplir con tres cualidades de la vida: la religión, la prosperidad y la satisfacción sexual.
Es decir, si las personas no se sentían sexualmente satisfechas, además de no poder conseguir ni gozar plenamente de la perfección espiritual, se llenarían de frustraciones que al final, las llevarían por un mal camino.
¿QUIÉN DIJO QUE EL TAMAÑO NO IMPORTA?
Mira los genitales de tu pareja y te diré si serás feliz o fracasarás. Con este precepto se puede resumir parte de la obra de Mallanaga Vatsyayana.
Y es que al momento del sexo se pasan por alto muchas cosas, sobre todo la parte en que si tu pareja o la persona con la que te vas a relacionar es “ideal” para conseguir la plena satisfacción sexual.
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Piensas en estar bien aseado, en el lugar, la protección, en si llevas la mejor lencería o las posiciones sexuales que quieres realizar, pero jamás se te viene a la cabeza si sus genitales son lo que tu cuerpo necesita.
Parece algo superficial, principalmente para aquellos que predican “el tamaño no importa” pero para el sabio Mallanaga Vatsyayana el cuerpo y los comportamientos sexuales eran algo fundamental.
Por ello, antes de escribir su obra, comenzó a estudiar las características físicas de los hombres y mujeres para después clasificarlos e indicar qué parejas serían felices y cuáles fracasarían.
EN RELACIÓN A LAS MEDIDAS
En el Kamasutra existen tres tipos de amantes masculinos según las dimensiones del pene: el hombre liebre, el hombre toro y el hombre caballo.
Del mismo modo, las amantes femeninas se clasifican según la profundidad de su vagina en mujer cierva, mujer yegua y mujer elefante.
Dependiendo los cruces o las parejas que se formen con cada uno de ellos, sería el grado de satisfacción sexual.
Si algo nos da la pornografía, son múltiples ideas sobre el sexo que poco tienen que ver con la realidad.
Por ejemplo, todo mundo cree que la mejor relación sexual se da entre un hombre dotado y una mujer estrecha, cuando en el Kamasutra es todo lo contrario, de hecho, ese cruce, el cual sería entre una mujer cierva y un hombre caballo, está considerado como la peor unión erótica.
Para Vatsyayana la pareja ideal o la mejor relación sexual es la que se forma en correspondencia con nuestras peculiaridades físicas. Es decir, las uniones iguales:
Hombre liebre con mujer cierva, hombre toro con mujer yegua y hombre caballo con mujer elefante.
Claro, como en todo hay puntos medios y Vatsyayana lo deja claro en el Kamasutra, de manera que la mujer yegua y el hombre toro no tendían problema en relacionarse con los demás amantes de su clasificación.
Así, la mujer yegua bien podría relacionarse con un hombre liebre y un hombre caballo y gozar de una buena satisfacción sexual.
Lo mismo ocurriría con el hombre toro quien llevaría una vida sexual plena con una mujer cierva y una mujer elefante.
Pero eso no es todo. En el Kamasutra también se toma en cuenta la intensidad del deseo o la pasión que tiene cada persona y el tiempo que emplea en el acto sexual.
Y sobre esto, también podemos encontrar tres clasificaciones. Aquí se dice que un hombre es de pasión débil cuando su deseo carnal no es muy vivo y su semen es poco abundante.
En cambio, a los hombres que poseen un mejor temperamento, se les denomina de pasión mediana y los que se muestran llenos de deseos, son hombres de pasión intensa.
Las mujeres, del mismo modo, tienen esos tres grados de pasión.
Como bien se había dicho, en el Kamasutra el tiempo que se emplea en el acto sexual también es importante. Están los hombres que invierten poco tiempo, aquellos que invierten un tiempo moderado y los que lo hacen por mucho tiempo.
En esta última clasificación, las mujeres difieren de los hombres y si eres una mujer la que está leyendo esto, no necesitarás explicación del por qué no fueron clasificadas en esta categoría, pero si no, Vatsyayana lo explica de esta manera:
Bien, ahora ya sabes lo que en realidad dice el Kamasutra ¿lo tomarás en cuenta en tu próxima relación sexual?
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