Es un buen día para los fanáticos de “Super Mario 64”. Un estudio del Max Planck Institute for Human Development y la Charite University Medicina St. Hedwig-Krankenhaus, de Berlín, reveló que jugarlo incrementa la habilidad de ciertas regiones del cerebro.
La orientación espacial, formación de memoria, planeación estratégica y la coordinación motriz fina se benefician de los retos que presenta este popular videojuego.
Para la investigación, los científicos alemanes estudiaron a 23 adultos, a los que hicieron jugar media hora diaria durante dos meses.
Al final de este periodo, compararon sus cerebros con los de un grupo control que no estuvo expuesto a la plataforma. Los resultados mostraron un incremento “significativo” en la materia gris del cerebelo, la corteza prefrontal derecha y el hipocampo derecho.
“Aunque se sabía que hay diferencias en la estructura cerebral de los jugadores, este estudio demuestra una relación causal entre los videojuegos y el incremento en el volumen del cerebro”, asegura Simone Kühn, quien encabezó el proyecto.
La esperanza de los científicos es que estos resultados puedan usarse como base para desarrollar tratamientos usando videojuegos que, a su vez, puedan ayudar a pacientes con enfermedades mentales como esquizofrenia o estrés postraumático.
Este avance es un paso más en la eliminación de la mala fama que los videojuegos habían adquirido a través de los años. En este espacio mencionamos, incluso, que pueden utilizarse para evitar el deterioro cognitivo en las personas mayores de 50 años.