Llegar hasta este punto del confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19 ha enfrentado a la humanidad a diversos obstáculos y retos, muchos surgidos desde la parte más interna del ser; como descubrir, quizá, que el ritmo de vida se realizaba desde la inercia. Así le sucedió al actor Juan Ríos Cantú, quien, además de llegar a estas reflexiones, se replanteó lo que ha hecho a lo largo de su carrera.
Cantú pasó por esta confrontación e introspección para realizar Hombre perfecto, monólogo del director y dramaturgo Víctor Sandoval, donde el personaje expone su vida completa y reconoce la importancia de lo vivido.
“A mí me pasó con relación a la misma actuación, entrar en una inercia en la que vas en un trabajo sobre otro diciendo que sí, prácticamente, a lo que sea, a lo que venga, programándote en tiempos, pero con una voracidad por la permanencia, por las apariencias y por tener algo que decir en redes sociales con mi carita feliz, decir que estoy contento, que tengo trabajo, cuando, por un lado, lo que enfrentamos en el confinamiento fue todo lo contrario”, platica Ríos Cantú a Reporte Índigo.
Para Cantú, todos y todas llegaron a momentos de crisis que no sólo tenían que ver con lo financiero, sino con lo personal, con relación a qué se ha hecho a lo largo de todo este tiempo; y a escuchar, en realidad, la propia voz interna para pesar en el concepto de la felicidad, pero no aquella que propone la sociedad desde el consumismo y la pretensión.
Uno de los motivos por los que se unió a esta propuesta teatral, que se realizará en el Teatro Jorge Negrete, tiene que ver con los puntos de identificación que encontraba con el personaje, de estar involucrado en situaciones que pueden resultar traumáticas y que ponen a prueba la propia fortaleza.
“El personaje es un hombre que está demasiado consciente del juicio social, de los otros, de la sombra que la misma familia puede hacerte, o de lo que creen tus padres que es lo mejor para ti cuando, a lo mejor, aunque se estén preocupando por ti, van en contra de cuáles son esos deseos naturales de tu propio ser”.
Enfrentar esas luchas, tanto con tu parte profesional como con tus preferencias sexuales, como sucede en este caso, porque también estoy interpretando un personaje gay y ahí encuentro un punto de identidad. Al personaje le importaba tanto el juicio de su padre que, quizás, quería seguir cumpliendo cabalmente con esas expectativas o el hecho de no poder hacerlo le representaba también otro tipo de retos y de experiencias que resultaban no del todo positivas”, relata el actor.
Un desnudo del alma para Juan Ríos Cantú
La obra Hombre perfecto desnudará literal y emocionalmente al personaje, quien, a lo largo del monólogo, compartirá todas las vicisitudes que ha padecido a través de un recorrido por diferentes pasajes de su existencia y en las que realizó cosas por el simple hecho de complacer las expectativas de la sociedad.
Precisamente, con este punto considera Juan Ríos, el público podrá identificarse con la obra y así reflejarse para llegar a uno de inflexión.
“No es mi primer desnudo, pero no de esta manera, no solo en el escenario, eso sí representa algo nuevo, algo que voy a tener que enfrentar con mucho ánimo y mucha fe. Creo que será un proyecto muy interesante. Me parece, de hecho, es una propuesta transgresora por parte de la dirección, pero que está justificada y no intenta, en ningún momento, herir susceptibilidades o que implique algo que puede resultar ofensivo para el espectador, pues también es una desnudez de pensamientos”, comparte.
Llevar a escena Hombre perfecto implicó tanto retos personales y actorales, como a los que se ha enfrentado la comunidad debido a la pandemia. Le implicó considerar si era viable que se pudiera realizar; no obstante, todo el equipo de la puesta decidió arriesgarse y presentarla, pues consideran que la gente está ávida de teatro.
Trabajo desde el interior
De acuerdo con Juan Ríos Cantú, se deben tomar estos desafíos creativos, regresar al teatro desde su sentido ritual y parte más mística de la representación para que el público pueda conectar con la historia y además pase un buen momento. Incluso, que la misma puesta en escena ayude a sobrellevar estos momentos donde la incertidumbre y miedos imperan.
“Yo padecí la misma enfermedad y vivo sus secuelas, creo que es una bendición y un maestro, porque, además, no puede ser de otra manera, ya existe y no nos podemos encargar de negarla, rechazarla o maldecirla. Me parece que hay que enfrentarla juntos y con consciencia. A mí me hizo volver, por ejemplo, a cuestiones que no pensaría haber retomado, como la literatura dramática, estas horas en casa me dieron la oportunidad de desarrollar proyectos para cine, para televisión, obras de teatro, escribir poesía”, revela.
Invariablemente, Juan Ríos Cantú, al representar a este hombre que vive a partir del juicio de la sociedad, llegó a la pregunta si cambiaría algo de su pasado, una reflexión, a la cual, quizás, muchos llegarán.
El actor recuerda que durante la pandemia compartió una foto con su novio, misma que provocó muchos comentarios.
“En ese momento ya teníamos unos 12 años juntos y me recriminaban que por qué había salido del closet hasta ahora, pero yo nunca había estado en el closet, porque nunca había fingido algún romance con alguna actriz, nunca había presentado o intentado casarme, o cumplir con esas expectativas. Sí lo maneje con cierta discrecionalidad pensando que algunos productores se cerrarían a la posibilidad de contratarme por ya tener cierto conocimiento sobre mis preferencias”.
“Quizás habría sido más libre, porque veo que vamos hacia un mundo donde debemos ser honestos con quienes somos, donde debemos aceptar toda forma de amor posible, porque el amor nunca puede ir en contra de la naturaleza. Aceptar cualquier forma de amor, mientras no afecte a terceros. En ese sentido, a lo mejor, hubiera mostrado con más antelación la verdadera persona que soy, porque me siento orgulloso”, concluye Juan Ríos Cantú.
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