La fiesta de la Juangamanía
Con el dolor de su corazón al escuchar ahora “Amor Eterno” sin que Juan Gabriel pueda cantarla nuevamente en vida, Magda Loera salió de su casa ayer por la mañana incentivada por sus hijos quienes no pudieron acompañarla pero no quería quedarse con las ganas de estar cerca de los restos del compositor mexicano.
Hidalgo Neira
Con el dolor de su corazón al escuchar ahora “Amor Eterno” sin que Juan Gabriel pueda cantarla nuevamente en vida, Magda Loera salió de su casa ayer por la mañana incentivada por sus hijos quienes no pudieron acompañarla pero no quería quedarse con las ganas de estar cerca de los restos del compositor mexicano.
Así como Loera, miles de mexicanos dieron su peregrinar inclusive durante la noche y madrugada de este lunes y martes, quienes sin importar el frío hicieron múltiples filas que inundaron la Alameda Central de la Ciudad de México.
“Lo sentimos de corazón, del alma, cantamos sus canciones, las bailamos e igual lloramos”, describió la mujer de 59 años.
Más allá del dolor, del sentimiento amargo por la pérdida, ayer México se vistió de fiesta, ya que entre las filas no paraban de corear temas como “Te sigo amando”, “Se me olvidó otra vez”,
“Querida”, y muchos más del difunto cantautor que dio su último aliento el domingo 28 de agosto en Santa Mónica, California, debido a un ataque cardíaco a sus 66 años de edad.
Una familia musical
Desde las 10 de la mañana Alyn Herrera se dio cita en Bellas Artes, y comenzó la fila que le daba vuelta a la Alameda para ver la urna del “Divo de Juárez” grabada con las iniciales de Alberto Aguilera Valadez y que son acompañadas por la Virgen de Guadalupe.
Pero las cuatro horas de espera no le fueron sufridas a la mujer ya que en su paso se hizo de nuevas amistades que de igual manera se dieron cita para dar el último adiós a Juan Gabriel.
“Ayer resultó imposible pero no le podíamos quedar mal esta vez a Juan Gabriel este día y la verdad es que tuvimos contacto en común nada más de estar formadas con personas que amaban al divo.
Aquí se hace una familia, Juan Gabriel hizo la familia que tanto quiso, que nunca tuvo, aquí estamos presentes sus fans”, precisó Herrera, quien salió con lágrimas en los ojos abrazada de Loera.
Al preguntarle a ambas de si había valido la pena estar esperando durante cuatro horas para sólo pasar frente a la urna menos de medio minuto, ambas respondieron sin titubear, asintiendo con la cabeza en modo de afirmación.
“Dejo aquí mi corazón y mi alma con él”, refrendó la ciudadana capitalina.
Espectáculo para todos
A pesar de que el velatorio de los restos de Juan Gabriel no se detuvieron en toda la noche del 5 de septiembre ni de la madrugada del martes 6, las actividades musicales se reanudaron a partir de las
10 de la mañana del día de ayer.
El mariachi Gama mil, la Orquesta sinfónica del Estado de México, La Sonora Santanera, Olivia Gorra y más, fueron de los talentos que se presentaron para hacer la espera más amena a la multitud que sobrepasó el medio millón en asistir al Palacio de Bellas Artes, según estima el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
A pesar de la espera, los asistentes agradecieron que equipos de sonido y video replicaran los espectáculos ocurridos en el vestíbulo al interior del Palacio al igual que las presentaciones en la explanada del mismo, mientras aguardaban en las inmediaciones de la Alameda, lo cual mitigaba las horas pasadas de pie para ver a Juan Gabriel.
El homenaje al artista nacido en Parácuaro, Michoacán, culminó a las 21:30 horas para después desplazar las cenizas hasta Ciudad Juárez, Chihuahua, donde tendrán su eterno descanso.
Previsión ante todo
Una semana tuvo el Gobierno de la Ciudad de México para planear la logística del homenaje póstumo al autor de “Siempre en mi mente”, y ante un dispositivo de seguridad que rebasó los mil 200 elementos de uniformados se llevó en paz el encuentro entre los dolientes y los restos del finado michoacano.
Se cumplió la felicidad de miles y sin disturbios ni problemas mayores los mexicanos lograron acercarse al tributo en Bellas Artes. Aunque el ofrecimiento del Zócalo capitalino por parte del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, sigue sin cristalizarse con fecha definitiva, la previsión fue clara para el desplazamiento de los miles de mexicanos que fueron a despedir al “Divo de Juárez”.
“Llevamos aquí desde las 8 de la mañana del lunes y la gente no termina de llegar, aquí seguimos bajo las órdenes de nuestro mando”, dijo un elemento de seguridad capitalino que prefirió no identificarse en referencia al operativo indicado por el secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Hiram Almeida.
Vendimia informal
El comercio pirata tampoco se hizo esperar en la fiesta luctuosa, ya que banderines, pósters, fotografías, pancartas y demás inundaban las calles del centro histórico con sus vendedores ambulantes.
Aunque dentro del cerco de la Alameda se resguardaba de los comerciantes, en la otra acera de la avenida Juárez, así como por eje central, no faltaban quienes mercadeaban con los recuerdos del artista a precios accesibles, además de la venta de rosas para dar un último tributo al “Divo de Juárez”.